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Un artículo del doctor Emilio Rodríguez

Reflexiones de un dentista y odontólogo sobre la enfermedad periodontal y el Lipedema
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Reflexiones de un dentista y odontólogo sobre la enfermedad periodontal y el Lipedema

Las mujeres, a lo largo de su vida, experimentan cambios hormonales (pubertad, la ingesta de la píldora anticonceptiva, el embarazo o la menopausia, entre otros) quepueden afectar de forma negativa a su salud oral y sistémica. Estos cambios favorecen a nivel oral a la aparición de enfermedades periodontales y a nivel sistémico a enfermedades tan poco conocidas como el Lipedema. El aumento de los niveles de estrógenos y progesteronadurante la pubertad de las mujeres pueden favorecer la inflamación y el sangrado de las encías durante el cepillado. Tener buena higiene oral y acudir al dentista puede revertir este tipo de gingivitis. Igualmente,durante la menstruacióny especialmente en las mujeres que descuidan su salud bucodental, el efecto inflamatorio provocado por estas hormonas conduce a gingivitis durante esos días.

El Lipedema, una enfermedad aún muy desconocida (fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud en 2018) que afecta fundamentalmente a las mujeres y tiene un fuerte componente genético y hormonal. Se caracteriza por una afección del tejido graso o adiposo subcutáneo que provoca el acúmulo excesivo de grasa de forma simétrica fundamentalmente en piernas y/o brazos. La gran mayoría de los anticonceptivos que se ingieren por la vía oral contienen un estrógeno y un progestágeno. Esta combinación altera dos factores: por un lado a la permeabilidad capilar de las encías, haciendo que estas sean más frágiles y susceptibles al paso de toxinas al torrente sanguíneo; y por otro, a la microbiota provocando una situación dedisbiosis (desequilibrio entre los microorganismos presentes en nuestra microbiota) y convirtiendo a estas mujeres en personas más propensas a padecer enfermedades periodontales.

En condiciones de salud, la paredintestinal a través de las uniones estrechas actúa como barrera selectiva permitiendo el paso y la absorción de los nutrientesy evitando que macromoléculas y toxinas desemboquen en el torrente sanguíneo.Aunque no existe confirmación científica, en la experiencia clínica se ha visto que las pacientes con Lipedema tienen una alteración en esta “barrera protectora”. Este trastorno se denomina hiperpermeabilidad intestinal.

La boca es la primera parada de los procesos digestivos en los cuales también están implicada la microbiotaquees un conjunto de microorganismos que se encuentran a lo largo del tubo digestivo del organismo. Tenemos dos tipos de microbiota: la residente, que se adquiere desde el nacimiento hasta el primer año de vida y la transitoria, que es la que va cambiando a lo largo de las etapas de la vida y también se ve modificada por hábitos, país de residencia, antibióticos, trastornos psicológicos, ejercicio físico, etc.

La microbiota es beneficiosa para el correcto funcionamiento del sistema inmune, para el metabolismo y la absorción de nutrientes (Vitamina K y algunos complejos B), protege a las mucosas de la agresión de otros microorganismos y regula la secreción de neurotransmisores instestinales, insulina y otras moléculas fundamentales para procesos vitales. Sabemos que es relativamente estable pero puede variar entre individuos de la misma especie o incluso en un mismo individuo por las razones antes expuestas.

Es curiosoque ambas enfermedades ven aumentada su incidencia durante etapas de cambios hormonales como la pubertad, la gestación, la menopausia o tras la ingesta de la píldora anticonceptiva. La falta de hábitos saludables puede agravar la sintomatología en ambas enfermedades. Las pacientes periodontalesson propensas al sangrado de encías, al dolor, a la pérdida prematura de dientes, aparición de caries y halitosis por citar los mas destacados. Las pacientes de Lipedema por su parte, también son propensas al dolor causado por el acúmulo nodular y desproporcionado de grasa, a la aparición de hematomas, pesadez y cansancio en las extremidades. Ambas enfermedades acarrean un problemas funcionales y estéticos graves que de no ser tratadas pueden tener un impacto psicológico negativo en nuestras pacientes.

Como sanitarios comprometidos con la salud y el bienestar de las personas debemos hacer hincapié en la importancia de fomentar hábitos saludables como el ejercicio físico, dietas antiinflamatorias, tener una buena higiene oral y acudir siempre a profesionales debidamente cualificados, colegiados y capacitados para ofrecer una atención médica adecuada.

Desde la Odontologíatambién podemos observar que la mayoría de nuestros pacientes en consulta son fundamentalmente mujeres. Por muchas razones, que hoy no tienen cabida en este artículo, pero sobre las cuales creo que debemos resaltar los cambios hormonales por condición de sexo, se despiertan o asociar enfermedades sistémicas más severas y que no debemos tampoco relativizar. Es sabido que la prevalencia de las enfermedades periodontales en las mujeres embarazadas supera el 60% de los casos y que también guardan relación con partos prematuros o niños con bajo peso al nacer.

El objetivo de este artículo no es otro que el de visibilizar una patología largamente ignorada y trivializada, a pesar de la nada despreciable prevalencia en mujeres. Personalmente no puedo más que empatizar con las pacientes de Lipedema que, además de experimentar cansancio y dolor, también presentan cuadros de depresión, frecuentemente trastornos alimentarios y aislamiento socialdebido al impacto psicológico que genera su condición física y a la falta de un diagnóstico y de un tratamiento certeros.

Muy a mi pesar, vivimos en una sociedad superflua, donde el físico es lo que prima. La gente vive enganchada al teléfono móvil y sus Apps donde las imágenes de cuerpos bonitos, tratamientos de belleza milagrosos y lugares de ensueño son un bombardeo constante que pueden hacer mella en la autoestima de sus consumidores y tener consecuencias fatales en la vida real. Tener una condición física distinta no es una elección, puede ser una enfermedad.Comprender el Lipedema y reconocerlo como una patología crónicacomún, no es solamente una necesidad de las pacientes y el conjunto de la comunidad científica, sino una responsabilidad social por parte de cada uno de nosotros. Solo desde este compromiso es posible el progreso de nuestro estado del bienestar.

Por último, quiero agradecer personalmente a mi mujer Emma, a Beatriz Pardo Amil de la Clínica Constanza (Centro pionero en el diagnóstico y tratamiento interdisciplinar de Lipedema) y a Alicia Ballester JareñoInvestigadora titular de la Unidad de Regulación Génica / Unidad Funcional de Investigacio´n en Enfermedades Crónicasdel Instituto de Salud Carlos III. Sin vuestra ayuda y colaboración este articulo nunca hubiera sido redactado.

Emilio Rodríguez, Doctor en Odontología, Especialista en cirugía oral, Periodoncia e Implantología. Mail: [email protected]


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