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Excavación arqueológica en el yacimiento de El Mirador, Atapuerca
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Excavación arqueológica en el yacimiento de El Mirador, Atapuerca (Foto: Maria D. Guillén (IPHES-CERCA))

Desvelan que hubo canibalismo en Atapuerca: se comían los cuerpos de sus enemigos

viernes 08 de agosto de 2025, 08:58h

Un equipo de científicos liderado por el IPHES-CERCA, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha documentado un episodio de canibalismo humano ocurrido hace 5.700 años en la cueva de El Mirador, ubicada en Atapuerca, Burgos.

Este hallazgo se enmarca en un contexto de violencia entre comunidades neolíticas locales, revelando una práctica que podría estar relacionada con conflictos intergrupales.

Los restos pertenecen a un mínimo de 11 individuos, entre ellos niños, adolescentes y adultos, que fueron sometidos a procesos sistemáticos de despellejamiento, descarnado, desarticulación, fractura, cocinado y consumo.

Las marcas identificadas en los huesos indican un uso exhaustivo de los cuerpos sin evidencias claras de rituales o ceremonias, sugiriendo que este acto estuvo vinculado a enfrentamientos entre grupos vecinos o entre comunidades locales y recién llegadas.

Hallazgos clave y contexto temporal

El estudio, publicado en la revista 'Scientific Reports', fue liderado por Palmira Saladié, investigadora del IPHES-CERCA y la Universitat Rovira i Virgili, junto con Antonio Rodríguez-Hidalgo, del Instituto de Arqueología-Mérida (CSIC-Junta de Extremadura), e investigador asociado al IPHES-CERCA, y Francesc Marginedas, también vinculado al IPHES-CERCA y URV. Forma parte de un proyecto interdisciplinar sobre antropología forense, prácticas funerarias y violencia prehistórica, financiado por el Ministerio de Ciencia.

“Nos enfrentamos a un nuevo caso de canibalismo en los yacimientos de Atapuerca”, afirma Palmira Saladié. “Interpretar esta conducta es complejo debido a los prejuicios sociales modernos, que suelen asociarla con actos de barbarie. Además, no siempre disponemos de todas las evidencias necesarias para vincularla a un contexto específico”.

El análisis isotópico de estroncio reveló que todos los individuos consumidos eran locales y que fueron devorados en un breve período, posiblemente días. La datación por radiocarbono sitúa el evento entre 5.700 y 5.570 años antes del presente, durante una fase final de ocupación neolítica de la cueva, justo antes de que el espacio fuera utilizado como sepulcro.

Violencia intergrupal y control social

Francesc Marginedas explica por su parte: “No estamos ante una tradición funeraria ni ante una respuesta a una hambruna extrema. Todo apunta a un episodio violento, probablemente entre comunidades campesinas en conflicto”.

Los investigadores sugieren que este evento pudo ser resultado de un enfrentamiento intergrupal, donde un grupo familiar completo fue eliminado y posteriormente consumido.

Por último, Antonio Rodríguez-Hidalgo señala que “el conflicto y las estrategias para evitarlo son inherentes a la naturaleza humana. La etnografía y la arqueología demuestran que incluso en sociedades poco estratificadas se han dado episodios de violencia extrema, incluyendo el consumo de enemigos como forma de eliminación definitiva”.

Este caso se suma a otras masacres neolíticas documentadas en Europa, como las de Talheim (Alemania) o Els Trocs (Huesca). Sin embargo, el hallazgo en El Mirador destaca por el consumo sistemático de las víctimas, un comportamiento similar al observado en yacimientos como la Cueva de Fontbrégoua (Francia) o Herxheim (Alemania).

El Mirador: violencia prehistórica

Este estudio amplía los conocimientos previos sobre la cueva de El Mirador, donde ya se había documentado un caso de canibalismo más reciente, correspondiente a la Edad del Bronce (entre 4.600 y 4.100 años atrás). Ahora, los investigadores confirman que estas prácticas ya existían en el Neolítico final, lo que convierte al yacimiento en un lugar clave para entender el canibalismo prehistórico y su relación con la muerte y la cosmovisión de aquellos grupos.

“La recurrencia de estas prácticas en distintos momentos de la prehistoria reciente en El Mirador subraya la importancia de este sitio para comprender el vínculo entre el canibalismo y su posible interpretación ritual o cultural”, concluye Palmira Saladié.

La investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Fondo Social Europeo (FSE), proyectos como PGC2018-093925-B-C32 y PID2021-122355NB-C32, y la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación de la Generalitat de Catalunya, entre otros apoyos institucionales.

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