El consumo diario de refrescos de cola, tanto en su versión estándar como en la variedad libre de azúcares, se ha convertido en un hábito extendido en nuestra sociedad.
Sin embargo, los efectos que esta práctica tiene sobre nuestra salud son más significativos de lo que muchos suponen.
Los expertos tienen claro cómo impacta en nuestro organismo el consumo habitual de estas bebidas.
Efectos de los refrescos de cola con azúcar
El consumo regular de colas azucaradas tiene consecuencias directas y medibles sobre la salud. Una lata estándar de 330 ml contiene aproximadamente 35 gramos de azúcar, equivalente a unas 7 cucharaditas. Esta cantidad supera ampliamente la ingesta diaria de azúcar añadido recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Aumento de peso y obesidad: Las calorías líquidas no generan la misma sensación de saciedad que los alimentos sólidos, lo que lleva a un exceso de ingesta calórica. Como ya informó el Gobierno de España.
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Mayor riesgo de diabetes tipo 2: La sobrecarga regular de azúcar puede derivar en resistencia a la insulina.
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Problemas dentales: El azúcar combinado con la acidez de la bebida erosiona el esmalte y promueve la formación de caries.
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Alteraciones metabólicas: El alto contenido en fructosa se asocia con aumento de triglicéridos y ácido úrico.
- Anemia o alzheimer: Según un estudio de la UNAM mexicana, los refrescos de cola causan desde anemia hasta Alzheimer
¿Y qué pasa con las versiones sin azúcar?
Las colas "light", "zero" o "sin azúcar" que comercializan marcas como Coca-Cola o Pepsi, entre otras, parecen la alternativa saludable, pero su consumo diario también presenta dificultades. Estos productos sustituyen el azúcar por edulcorantes artificiales como aspartamo, ciclamato o sucralosa.
Investigaciones recientes indican que el consumo habitual de edulcorantes artificiales podría alterar la microbiota intestinal y afectar a la regulación del apetito.
Al percibir el sabor dulce sin recibir las calorías asociadas, el organismo puede desajustar sus mecanismos de saciedad, llevando a un aumento del consumo de otros alimentos.
Impacto común en ambas versiones light
Tanto las versiones azucaradas como las light comparten componentes problemáticos:
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Acidez elevada: El ácido fosfórico presente en ambas variedades puede interferir en la absorción de calcio, debilitando la densidad ósea a largo plazo.
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Cafeína: Una lata contiene aproximadamente 40 mg de cafeína, que consumida diariamente puede generar dependencia, alteraciones del sueño y nerviosismo.
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Aditivos: Colorantes como el caramelo IV (E150d) contienen compuestos potencialmente carcinogénicos en altas concentraciones.
Consecuencias a largo plazo
El consumo diario de refrescos de cola, independientemente de su variedad, se asocia con problemas crónicos de salud. Estudios epidemiológicos han establecido correlación entre el hábito de consumir estas bebidas y el desarrollo de síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y deterioro renal.
La acidez constante que provoca en el organismo requiere mecanismos compensatorios que pueden alterar el equilibrio natural del pH corporal. Además, la costumbre de elegir bebidas carbonatadas en lugar de agua o opciones más saludables desplaza nutrientes esenciales de la dieta.
Alternativas saludables
Para aquellos que buscan reducir o eliminar el consumo diario de refrescos de cola, existen opciones que permiten mantener la hidratación sin los efectos adversos:
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Agua infusionada: Con frutas, hierbas o pepino para dar sabor natural
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Tés fríos naturales: Preparados en casa sin azúcares añadidos
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Agua con gas: Con un chorrito de zumo natural de cítricos
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Bebidas probióticas: Como el kéfir de agua, que beneficia la flora intestinal
Fuentes fiables de salud y ciencia:
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