El BCE mantuvo ayer los tipos de depósito en el 2%, como se esperaba, y evitó ofrecer señales sobre próximos movimientos. La presidenta afirmó que la economía de la eurozona está “en un buen lugar”, apoyada por la demanda interna y con la inflación en niveles compatibles con su meta, aunque insistió en que las decisiones seguirán dependiendo de los datos.
Señaló además que los riesgos están “más equilibrados” que en junio, pese a la persistente incertidumbre global. Según las nuevas proyecciones, la inflación se situará en el 1,9% en 2027, ligeramente por debajo del objetivo del 2%, lo que mantiene abierto el debate sobre un posible recorte adicional, aunque de alcance limitado. La decisión fue unánime, con énfasis en la necesidad de mantener la flexibilidad. Entre los factores de riesgo destacan los aranceles, el aumento del gasto público y la tensión política en Francia.
En EE.UU., el IPC subió en agosto un 0,4% mensual y un 2,9% interanual, el mayor aumento desde enero, impulsado por la vivienda, los alimentos y el transporte. La inflación subyacente se mantuvo en el 3,1%. A la vez, las solicitudes de subsidio por desempleo aumentaron hasta 263.000, su nivel más alto desde 2021, lo que refuerza las expectativas de un recorte de tipos por parte de la Fed en su reunión de la próxima semana.