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Las 10 mejores canciones de Pink Floyd

miércoles 28 de marzo de 2018, 10:54h

Elegir las 10 mejores canciones de Pink Floyd es algo así como tener que escoger entre las mejores obras de Shakespeare, los mejores cuadros de Velázquez o Picasso, o las mejores poesías de Machado. Pero la vida es un reto y por eso nos disponemos a ofreceros las que deberían ser las 10 canciones imprescindibles de los míticos músicos de rock progresivo y sinfónico Pink Floyd.

10 - High Hopes

Sin duda, si hay que escoger algún tema 'nuevo' o 'moderno' de Floyd, aunque hablamos del año 1994, debemos mojarnos por 'High Hopes', ya un clásico que intenta al mismo tiempo rememorar los clásicos setenteros y ochenteros de la banda. En 'The Division Bell' el reto de David Gilmour era volver a liderar al mítico grupo sin Roger Waters y no morir en el intento. El resultado fue óptimo, aunque muchos consideran aburrido este disco, quizás excesivamente postproducido. Sin embargo este tema tan épico, nostálgico y 'gilmourano' no se nos olvidará nunca mientras nos pone los pelos de punta y el alma llorando.

9 - Money

Aún bajo el riesgo de que algún talibán de la banda quiera lanzarnos piedras hasta sepultarnos, consideramos que este clásico imprescindible de Floyd se sobrevaloró con el tiempo y, aunque es impresionante tanto por su melodía y su estibillo pegadizos, no deja de ser un tema muy comercial y popero que Waters se sacó de la manga en un álbum tan impresionante y profundo como era 'The Dark Side of the Moon'. Un disco que hay que escuchar antes de morir, y si no lo has hecho, estás tardando... La crítica contra la sociedad materialista y consumista, ya denunciada en los años 1970, centra esta canción que para muchos será la más conocida del grupo y la más clásica en las radiofórmulas.

8 - Set the Controls for the Heart of the Sun

Un tema que para muchos no estaría entre los favoritos pero que se entiende si se escucha en su versión en directo del 'Live at Pompeii', un concierto que también hay que escuchar al menos una vez en la vida antes de dejar este mundo. Si bien 'Set the Controls for the Heart of the Sun' no tiene las mejores cosas que ofrece Floyd, mezcla de melodía, blues y épica vanguardística, su aroma a The Doors y a las músicas más oscuras de los 1960 y 1970 por los efectos de las drogas la hace imprescindible. Recogida en su segundo álbum, 'A Saucerful of Secrets', aún con su genio loco vivo, Syd Barrett, fue compuesta por Waters pero suponía un claro adiós ante el fin de una etapa en la banda. Adiós al rock psicodélico para abrazar la vanguardia del progresivo.

7 - Atom Heart Mother

La canción que da nombre al disco 'Atom Heart Mother' pasa muchas veces desapercibida por el gran público, y de hecho, es un álbum bastante olvidado cuando hablamos de los más populares de la banda. Un craso error porque estamos ante una joya musical que juega con la música clásica y supuso un reto a Floyd. Curiosamente es un trabajo que incluso hizo que Gilmour y Waters se pusieran de acuerdo para cuestionarlo años después, comentando que no estaban muy contentos con él.

6 - The Great Gig in the Sky

Si hay que decantarse por algún otro tema de 'The Dark Side of the Moon', además de 'Money', sin duda pensamos en la genial 'The Great Gig in the Sky'. Lo mejor de este mítico y disco superventas, uno de los mejores de la música moderna, es que no destaca por la individualidad de sus canciones, sino por el conjunto de las mismas. La suma de las partes hace un todo maravilloso, mágico y emblemático. Pero si hay rincones especiales en él, como con 'Time' o 'Us and Them', así como con 'Eclipse', 'The Great Gig in the Sky' supone un reto especial con voces negras en los coros que la hacen inolvidable y muy particular. Como curiosidad, recordar que muchos años después la vocalista Clare Torry, que hacía los coros sin letra, consiguió en los tribunales el reconocimiento de autoría parcial al aportar sus coros como un extra al material compuesto por Rick Wright.

5 - Wish You Were Here

La otra canción 'comercial' o fácil de Floyd que se cuela en este top 10 es sin duda 'Wish You Were Here', por lo maravillosa, bella y delicada que es. Canción de la que hay que conocer el contexto y su sentido, ya que para muchos oyentes puede parecer sin más una balada o canción de amor, un tema compuesto sobre el echar de menos a una persona a la que amas. Pero en realidad es la canción que el grupo compuso para Syd Barrett, su miembro fundador y ex líder, que tuvo que marcharse a un psiquiático para hacer frente a su pesadilla personal. El grupo le homenajeó con todo este disco, titulado así, 'Wish You Were Here', "Ojalá estuvieras aquí", y este tema en particular, del mismo nombre.

4 - Shine On You Crazy Diamond

Y en conexión con la anterior canción, 'Wish You Were Here', llega 'Shine On You Crazy Diamond', porque ambas son homenajes a Syd Barrett. En esta ocasión a su ex compañero le llamaron 'joya loca' con cariño, y le pedían que siguiera brillando. Al final compusieron ellos una joya, un diamante de sobra pulido y realmente bien producido por el grupo. Un tema tan largo dividido en partes que incluso aparece segmentado en el álbum, en el inicio y en su final, pero que suele escucharse de manera seguida con los trucos de la tecnología que nos permiten recomponer las piezas. La gracia era escucharlo en el vinilo original, cuando no te saltabas de una parte a otra del álbum. 'Shine On You Crazy Diamond' es rock progresivo en esencia pura, y quizás su canción más representativa de su etapa en este subgénero musical.

3 - Another Brick in the Wall

No se puede entender a Floyd sin escuchar 'The Wall', el cual es sin embargo el disco menos característico del grupo porque en realidad es el disco de Roger Waters. Por supuesto que el resto de la banda aportó sus partes, pero nadie quedó contento y supuso el comienzo del fin. Waters quiso crear una épica opera rock sobre los horrores de la guerra y sus efectos en una sociedad británica posbélica en la que creció él mismo, aunque prefiere esconder su intimidad más oscura bajo el personaje ficticio de Pink, protagonista de la historia narrada en este imprescindible álbum en cualquier casa que se precie de tener buen gusto musical. Y si El Muro es conocido en casi todo el mundo, de sobra célebre es 'Another Brick in the Wall', una composición por partes que está bien repartido en la primera parte de la ópera que tiene todo: coro infantil, una mítica base de funky que no se le olvida a nadie y un estribillo ya mítico para la sociedad que denuncia el excesivo control en las mentes de nuestros niños. Una canción protesta con toques intelectuales que es imposible que no guste a todo el mundo.

2 - Comfortably Numb

La gran aportación de Gimour al 'disco de' Waters, 'The Wall', fue este temazo donde él pone un solo de guitarra que ha quedado para el recuerdo y quizás es el mejor de todos los tiempos. "Cómodamente adormecido" es el relato de un niño enfermizo que tiene demasiados cuidados de su madre pero que realmente sufre. Para plasmar eso en la música, Waters y Gilmour firman juntos la autoría de una pieza que nos eriza la piel y que sin duda es de las cosas más bellas y sensibles que ha compuesto jamás el ser humano sin caer, además, en la ñoñería o la cursilería sentimentaloide. Curiosamente es una pieza que gana en directo y en la versión del filme que hizo Alan Parker, sin un final no abrupto, pero en 'fade out' o desvenecimiento, del solo de Gilmour al finalizar el tema. Un error de la producción y de la versión de estudio que aún escuece a los fans más clásicos de la banda.

1 - Echoes

Siempre es difícil acertar. Más a veces lo es mojarse en esta vida. Pero sin duda que si alguien pregunta qué sonido tiene Pink Floyd como característico, o qué tema le puede definir aunque el grupo tenga décadas de historia detrás, ese tema sería siempre 'Echoes'. Simplemente porque lo recoge y lo resume todo en ellos: atmósferas oníricas, distopia contextual, vanguardia sonora y musical, épica guitarrera, experimentación, viaje a la locura, melancolía... 'Echoes' lo es todo y es nada. Aunque más de 20 minutos de música puede suponer un ladrillo para el oyente medio, siempre hay que pedir dar una oportunidad al que es, quizás, el mejor tema compuesto jamás por Pink Floyd. Otro punto a su favor es que está compuesto y firmado por los 4 clásicos componentes de la banda, con lo que no se le puede acusar de ser otro ejercicio de talento individualista. El disco en el que está recogido, 'Meddle', es mucho más que 'Echoes', pero sin duda queda marcado por la espera para escuchar al final del mismo este pedazo de canción.

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