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Y en la oscuridad, Weyes Blood resplandece: crónica de su concierto en Madrid

martes 31 de octubre de 2023, 16:28h

Los que escribimos de música tendemos a veces a la exageración, realmente es imposible que hayamos visto tantos conciertos maravillosos, tantos momentos épicos o actuaciones para recordar. Supongo que he pecado como todos de eso, pero, créanme, lo del lunes de Weyes Blood en la sala Paqui de Madrid fue absolutamente glorioso, una voz sencillamente inmensa y unas canciones colosales ante un público que parecía hechizado por la magia que supuraba la presencia de Natalie Mering, el verdadero nombre de la artista, en el escenario, a medio camino entre un hada y una princesa elfa.

(Vea también: Las 10 mejores canciones de Weyes Blood)

No fue una sorpresa del todo, hace casi exactamente 3 años, un 7 de noviembre de 2019, ya pude ver a Mering en la Sala 0, presentando la que sigue siendo su obra maestra, 'Titanic Rising', en un concierto que me dejó convencido de una cosa, si Weyes Blood pasa por tu ciudad, hay que ir a ver a Weyes Blood, algo que volví a corroborar el lunes desde el momento en el que puso pie en el escenario y volvió a dar una lección de clase y elegancia con su particular visión del sonido Laurel Canyon y el pop barroco.

Pero en estos dos años ha ganado tablas y experiencia, su interacción con el público fue otro de sus puntos a favor, como ese bizarro momento en el que le regalaron 'Torrente' en DVD y luego pidió más películas y acabó con 'Hiroshima Mon Amour', 'Finisterre', 'La sombra de una duda', una película a la que describió como una chica con un tío que está bueno pero que resulta que es un asesino psicópata. o 'Mulholland Drive', de la que contó que la vio el día en el que se colocó por primera vez con unos hippies y estos le recomendaron ir a ver la película sola, una experiencia que dice que le cambió la vida. Por un momento, durante el concierto, cuando cantaba Mering, creía estar en el Club del Silencio de esa película, escuchando algo sobrenatural, aunque la cercanía de Halloween también podía tener que ver...

Las dos primeras canciones fueron las dos primeras canciones de su último disco, 'And In Darkness, Hearts Aglow', un título que resumía a la perfección lo que pasaba en el escenario, poco iluminado, con velas y una figura principal que parecía tener un brillo propio, y eso incluso antes de que se le encendiera literalmente el corazón como en la portada del mismo. 'It's Not Just Me, It's Everybody' y 'Children Of The Empire' sonaron a gloria pura, su voz, grave y suave, una segunda llegada de Karen Carpenter pero con más poso, sonaba celestial, la gente quería cantar pero ante una voz como esa casi era mejor escuchar respetuosamente y no comprobar, y sobre todo escuchar, las limitaciones de la voz propia.

Con 'Diary' se fue hasta su tercer disco, 'Front Row Seat to Earth', la obra en la que se convirtió en ella misma y el único, junto a 'Titanic Rising' y 'And In Darkness, Hearts Aglow', del que sonaron temas, aunque solo sonó una más del mismo, la maravillosa 'Seven Words'. Quizás ese puede ser el único pero (pocas canciones) que se le puede poner a un concierto que sonó a milagro, tanto por la entrega y la interpretación desde el escenario, como por la pasión que fue recibido desde la platea. Con la perfección pop de 'Everyday' fue el momento de moverse un poco, e incluso dejarse llevar y cantar esos coros que se pueden permitir nuestras mortales gargantas. Mering bromeó con que era nuestra única oportunidad de hacer un pogo, algoque , por lo que dijo Mering, es conocido el público español.

Fue uno de mis momentos favoritos, claro que no hubo uno malo, que digo malo, uno que no fuera especial, 'Andromeda', mi canción favorita de su carrera, sonó espectacular, demostrando que todavía hay melodías perfectas por descubrir en las viejas maneras de componer, mientras que otro de los momentos memorables de la noche llegó con la espectral 'God Turn Me Into a Flower', en la que su voz sonaba fuera de este mundo, como una Julee Cruise en el escenario del Bang Bang Bar de 'Twin Peaks'. Y luego cerró con una espectacular 'Movies' con un maravilloso montaje de imágenes cinematográficas detrás de ella.

Hubo un par de temas más, 'A Lot's Gonna Change' y un 'Picture Me Better' con solo su voz y su Guild que fue un cierre perfecto. Fue una hora y media de magia en la que se volvió a coronar como una de las artistas fundamentales de lo que llevamos de Siglo XXI. Y cierro con una de esas exageraciones, o no, de las que hablaba al principio, hay muchos grupos y artistas con más éxito y popularidad que ella, pero caben en los dedos de una mano, entre los que han aparecido en los últimos 10 años, que tengan su nivel.

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