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Los mejores discos de lo que llevamos de 2019
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Los mejores discos de lo que llevamos de 2019

martes 30 de abril de 2019, 10:44h
Transcurrido el primer tercio del año repasamos los discos más destacados de un 2019 que cerrará la segunda década del Siglo XXI y que está siendo muy potente en lo musical. Podemos comprobar como continúa la tendencia del año pasado y las artistas femeninas siguen dominando el panorama musical, copando ocho de nuestros diez discos favoritos de lo que va de año.

1. Weyes Blood - Titanic Rising

'Titanic Rising' es una obra de arte de pop barroco, con canciones llenas de capas de cuerdas, sintetizadores y diversos instrumentos, en las que brilla la voz de una Natalie Merring que ha conseguido gradurase 'cum laude' con su cuarto trabajo. Aunque con un ojo puesto en el sonido Laurel Canyon de principios de los 70, el disco tiene un claro elemento de atemporalidad, en las tres primeras canciones parece evocar consecutivamente los trabajos en solitario de los tres Beatles más creativos en sus primeros discos en solitario de principios de los 70. 'A Lot's Gonna Change' comienza como si fuera la BSO de una película de los 80 pero entonces entra un piano que recuerda al Lennon de 'Imagine', con un exquisito trabajo de cuerdas apoyando la grave voz de Merring. 'Andromeda' le sigue, ahora apoyada en una guitarra acústica, con un esplémdido juego de cuerdas y voces, y una guitarra con 'slide' que recuerda claramente a George Harrison. Luego llega la perfección pop de 'Everyday', con una melodía digna del mismísimo Paul McCartney. Pero el disco va mucho más allá de sus influencias (que son mucho más variadas de las expuestas aquí) y cuenta con una increíble producción a cargo de Jonathan Rado de Foxygen. Es un disco ambicioso y complejo que suena como un regalo a los oídos. Si esta fuese la música que la orquesta tocara mientras se hundía el Titanic, hubieran sobrado los botes salvavidas.



2. Little Simz - Grey Area

Tras dos discos, y elogios de gente como Kendrick Lamar o Dizzee Rascal, ya sabíamos que Sembi Abisola Abiola Ajikawo, o lo que es lo mismo, Little Simz era una de las mejores (¿la mejor?) MC del Reino Unido pero es que este 'Grey Area' la eleva dentro del juego a la categoría de gran artista en general. Simz sigue recitando cosas como "They will never wanna admit I’m the best here / For the mere fact that I’ve got ovaries / It’s a woman world so to speak" o "I'm Jay-Z on a bad day, Shakespeare on my worst days" pero es que ahora lo acompaña de una producción a la altura de semejante confianza. El disco se abre con un bajo distorsionado absolutamente hipnótico al que se le dan pinceladas con una flauta jazzy, mientras su 'flow' fluye como si fuera "Picasso con un bolígrafo", recordando al mejor Tricky. Sin casi respiro entra el potente riff de 'Boss', casi punk rap, luego hay un cambio hacia la maravillosa musicalidad 'neo-soul' de 'Selfish', una de las mejores canciones del año. Y así seguimos durante 35 minutos que pasan volando entre guiños al dub, el drum'n'bass y colaboraciones tan interesantes como la de Michael Kiwanuka en el cierre con 'Flowers'.



3. Fontaines DC – Dogrel

Estos irlandeses y su nuevo disco están llamado a liderar el nuevo resurgir de las guitarras en el Reino Unido, como antes de ellos lo fueron Oasis, Arctic Monkeys o los Libertines con sus discos de debut. Como en esos casos no es que Fontaines DC sean absolutamente originales pero sí que saben imprimir un fuerte carñacter propio a sus influencias, de Joy Division (en 'The Lotts' parece que es el propio Peter Hook el que está tocando el bajo) a los Pogues, pasando por los Strokes. 'Dogrel' tiene una vitalidad refrescante pero también cuenta con unas letras de lo más interesantes a cargo del cantante Grian Chatten. 'Dogrel' no es un viaje por un día, sino por una noche en Dublín, "una ciudad embarazada con una mentalidad católica", como si fuera una especie de 'Ulysses' de Joyce, si Joyce fuera un joven enamorado del punk en pleno siglo XXI. Entre sus canciones destaca la antémica 'The Boys In The Better Land' en la que en el estribillo recomiendan: "Ya seas una estrella del rock, una estrella del prono o una superestrella, da igual lo que seas, consigue un buen coche y sal corriendo de aquí". 'Liberty Belle' es infecciosa, casi un guiño a sus compatriotas los Undertones. Aunque si hay una banda irlandesa cuya impronta esté en ellos, estos son los Pogues, no tanto por la música como por el espíritu, en concreto el de las letras de Shane McGowan, aunque el reflexivo final con 'Dublin City Sky' también suena a los de 'Fairy Tale In New York'.



4. Sharon Van Etten - Remind Me Tomorrow

Llevábamos sin canciones nuevas de Sharon Van Etten desde la publicación de su EP 'I Don't Want to Let You Down' de 2015. Desde entonces había aparecido en 'The OA', se había pasado por el Roadhouse de 'Twin Peaks' y había sido madre. Cuando a finales del año pasado apareció el primer adelanto de este disco, 'Comeback Kid', muchos nos sorprendimos con su sonido ochentero, recordando al 'Kids In America' de Kim Wilde, pero es que Van Etten ha decidido que, tras alcanzar la perfección del sonido clásico con 'Are We There' no se quería repetir y ha buscado nuevas sonoridades para 'Remind Me Tomorrow', eso la ha llevado a dejar de construir sus canciones sobre la guitarra y poner sobre la mesa nuevas influencias como Suicide o Portishead. Pero, más allá de cómo estén recubiertas, las canciones siguen llevando la firma de una de las mejores compositoras de esta década, como se puede comprobar en gemas como 'Seventeen', 'Malibu', 'You Shadow' o 'I Told You Everything'.



5. Aldous Harding – Designer

Recién estrenado, se publicó el viernes pasado, 'Designer' es la confirmación de la neozalandesa Aldous Harding como una de las grandes iconoclastas de nuestro tiempo. El disco viene aupado por la que considero como la canción del año, 'The Barrel', en cuyo vídeo rinde tributo a surrealistas audiovisuales como Lynch o Jodorowsky. Su música es parecida al vídeo, inquietante, adictiva y totalmente fascinante. El disco es una especie de folk pop con letras surrealistas e impenetrables con canciones que, de repente, se abren hacia lugares inesperados como en la adictiva 'Fixture Picture'. 'Designer', la canción titular que comienza como si fuera a ser una canción de Leonard Cohen, pero luego se transforma en otra cosa completamente mientras que 'Damn' es puro Nico, pronunciación gélida incluida, si tuviera un arreglo de cuerda podría aparecer en 'Chelsea Girl'. Por su parte en 'Zoo Eyes' se puede ver como juega a la perfección con los varios registros de su voz, desde el gélido y grave de las estrofas hasta llegar a esos gloriosos agudos del estribillo que parece como si nos dieran la bienvenida después de habernos colado por la madriguera del conejo blanco de ‘Alicia en el País de las Maravillas’.



6. Solange - When I Get Home

Notable continuación del excelente 'A Seat At The Table' con el que la hermanísima de Beyoncé vuelve a demostrar que es el motor artístico de las Knowles. Puede que no haya una canción tan redonda como 'Cranes In The Sky' pero tampoco hay canción mala y el resultado vuelve a mejorar como un todo que la coloca como la mejor alumna posible de los grandes del soul de principios de los 70.



7. Julia Jacklin – Crushing

La australiana Julia Jacklin es una prueba más del excelente estado de forma de las artistas indie rock de las Antípodas, como Stella Donnelly o Courtney Barnett, de la que ha tomado prestado el productor, Burke Reid. Lo que más destaca de 'Crushing' es la calidad de sus composiciones, tanto en lo musical como en lo lírico, con ejemplos como la irresistible 'Pressure To Party (en donde canta como una Patsy Cline actualizada), la intensa 'Body' (en la que relata el desmoronamiento de su relación) o el himno feminista que es 'Head Alone' ("No quiero que me toquen todo el rato, he criado mi cuerpo para ser mío (...) Así que lo diré hasta que lo entienda, puedes amar a alguien sin tener que utilizar las manos")



8. Jenny Lewis - On the Line

En canciones como 'Heads Gonna Roll' aparece gente como Ringo Starr a la batería o Benmont Tench al órgano, pero eso es lo de menos en un disco en el que la ex Rilo Kiley trata de lidiar con la muerte de su madre, la misma persona que se gastaba en heroína todo lo que ella ganaba siendo una niña actriz. Pero no es un disco que caiga en el resentimiento y lo que comentaba antes queda reducido a la ironía en la adictiva 'Wasted Youth' ("Malgasté mi juventud en amapolas, Du-du du-du du, solo por diversión"). Es el cuarto disco de su carrera en solitario y el mejor hasta la fecha.



9. Deerhunter - Why Hasn't Everything Already Disappeared?

Una de las mejores bandas de los últimos 15 años, cuyo reconocimiento artístico es muy superior a su reconocimiento popular. En su octavo disco vuelven a demostrar que son una de las bandas de rock del siglo XXI con un sonido más propio, sin olvidar guiños a otras bandas como esos clavicordios que parecen sacados de los Kinks. Y además siguen demostrando que no se les ha olvidado escribir grandes canciones como 'Death in Midsummer', 'What Happens to People?', 'No One’s Sleeping', 'Element' o 'Plains'.



10. Jessica Pratt - Quiet Signs

Una de las grandes voces del folk del esta década, la californiana se ha sacado de la manga su mejor disco con su tercera obra, 'Quiet Signs'. Una pequeña maravilla de apenas 30 minutos de duración en la que el foco vuelve a ser su particular voz, espartanamente acompañada por guitarra acústica o piano, además de pequeñas pinceladas de otros instrumentos. 'Poly Blue' parece sacada del canon de Laurel Canyon mientras que 'This Time Around' suena avocadora de los Simon & Garfunkel de 'Bookends'.

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