El pasado 17 de noviembre la vicelehendakari del Gobierno vasco presentaba a los periodistas los mas recientes datos sobre la situación económica proporcionados por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Por primera vez la vicelehendakari aseguró que la economía vasca estaba asistiendo a
"un serio proceso de contracción de su crecimiento" pero añadiendo que el ejecutivo vasco mantenía la previsión de un crecimiento del 2,3 % , o al menos más de un 2%, para el cierre del presente ejercicio, y que el PIB vasco había crecido en el periodo interanual un 1,9% frente al 0,9% de la media española, el 0,8 % de Alemania, o el 0,6% de Francia . Los periódicos vascos revisaron las cifras y concluyeron que, a pesar de las grandes exhibiciones y planteamientos optimistas del lehendakari Ibarretxe,
"desgraciadamente la crisis ya nos ha alcanzado": en el tercer trimestre del año la economía vasca había crecido
"sólo" un 0,3% respecto al trimestre anterior. Y , ya "
en tiempo real", aparecen por un lado y otro informaciones de cierres temporales o de vacaciones forzosas en las grandes fábricas como Fagor, Arcelor, Maier y empresas de complementos del automóvil , básicas en la economía vasca que suponen un etc.etc de crisis sectoriales que no podemos prever todavía.
El gobierno vasco venía manteniendo machaconamente desde el comienzo de la crisis, -por convencimiento, por estrategia de gobierno, por motivaciones estimuladoras nacionalistas- , que la economía vasca está preparada para superar la tormenta económica con más éxito que la economía española y que las otras economías europeas. Esta fortaleza se debería primero a que la economía vasca se basa en una industria muy renovada tras las recientes transformaciones que ha sufrido en la década de los 90, ( modernizándose tanto en sus objetivos y sistemas de producción cuanto en la diversificación de sus mercados en España, Europa y fuera de Europa, en Suramérica y Asia sobre todo); segundo, la industria vasca ha diversificado sus objetivos y no dependía tanto del ladrillo como la economía española; tercero, la inversión en I+D había crecido espectacularmente (1.090 millones de € , 20% + que en 2007);cuarto, el paro era relativamente bajo: 6,27% (o según el Eustat el 3,5%).
El entramado industrial vasco, tanto en la empresa "
familiar", pequeña o mediana, guipuzcoana, como en la tecnologizada industria vizcaína y alavesa, siguen gozando de un entorno socio-político-económico estabilizado y competitivo especialmente favorable (a pesar de la tragedia del terrorismo etarra que también se ha cebado en los empresarios vascos).
Hay que reflexionar sobre la historia para entender el fenómeno:
Como conclusión de las guerras carlistas los liberales bilbaínos, cuando aun no existía el PNV de Arana, concertaron con los gobiernos liberales de Madrid una fórmula especial de contribución a la hacienda de un Estado que, desde el Bilbao asediado por la carlistada, ellos habían defendido. Y se han aferrado año tras año a esa fórmula "
lejana" para ellos y "
asumible" para los políticos de Madrid. Ese pacto se ha ido renovando sucesiva y progresivamente salvo el paréntesis del franquismo.
El carácter emprendedor de los vascos, la capacidad
"negociadora-pleiteadora- organizadora" de los vascos, los beneficios
fiscales y el margen de maniobra política y económica que el Concierto les concede, ha proporcionado a los vascos una situación "
privilegiada" en el Estado (la enorme potencia de Eroski, la expansión de las Kutxas, Iberdrola etc. etc.). Su iniciativa les lleva por el mundo pero saben que en casa tienen sus raíces y que, a pesar de los nacionalistas, pueden confiar en el Estado español moderno : les ha defendido en Europa, y ahora ha aportado ya dinero:150 millones de Euros en la subasta de fondos para liquidez de las kutxas y cientos de millones para la llamada
"Y vasca" y otras infraestructuras, como el previsto puerto exterior de Pasajes, que acabarán trasformando las comunicaciones del norte de España y el este de Europa.
Curiosamente el gran relanzamiento de la industria vasca coincide con el gran revolcón de la economía mundial y con unas elecciones políticas interiores en el próximo mes de marzo en las que el PNV se juega -por desgaste y abuso de poder- el liderazgo al frente de la política vasca. Las fuerzas nacionalistas vascas están divididas y en descrédito al menos en el exterior (de ahí tantos viajes del lehendakari por el extranjero) por sus implicaciones, su condescendencia o su inoperancia con la violencia etarra y esto, tal
vez, puede actuar sobre el electorado. Pero
"el nacionalismo es un
refugio contra el miedo", como señalo en mi libro Vascos el problema no es ETA /Razones y sin razones de los nacionalismos. Si se va
"a por ellos" como en el 2001, la gran red de intereses que han sabido crear a todos los niveles se cerrará y volverá a darles el poder: se vive muy bien en el País Vasco. Pero si los socialistas –la otra fuerza cohesionadora - saben exponer con seriedad y objetividad sus programas modernos y moderados pueden obtener la confianza. Falta por ver qué hará la "
tercera" fuerza que tanto miedo da, si se mira hacia atrás y hacia Madrid.
TORRES MURILLO J.L.Torres Murillo es autor de "Vascos/ El problema no es ETA/ Razones y sin razones de los nacionalismos"(Editorial visionlibros.com)
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