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Crítica de la película

'Cisne negro': Réquiem por un director

jueves 17 de febrero de 2011, 11:45h
Aronofsky ejerce de prestidigitador y nos entrega un ejercicio de magia, al que se le ve el truco desde el principio. 'Cisne negro' es efectista, artificiosa, tramposa y lírica, una versión libre del mito de Jekyll y Hyde que vuelve a ser todo un recital de triquiñuelas por parte del director de 'Réquiem por un sueño'.
La película gira en torno a la obsesión por la perfección de la protagonista, una bailarina reprimida por una madre opresora a la que un director maquiavélico irá modelando hasta descubrir su parte salvaje. Su meta no es interpretar es ser y para ello tendrá que lidiar con esa parte oscura que todos llevamos dentro, su 'cisne negro'. La perfección sólo se encuentra dejándose llevar, olvidándose de que lo que se está haciendo para ser lo que se está haciendo.

En su invocación de una mente alterada está relacionada con "Repulsión" o "El quimérico inquilino", pero lo único que tienen en común ambos directores (Polanski y Aronofsky) es la rima de su apellido. Si el primero es un maestro del terror psicológico el segundo naufraga precisamente en esa faceta. Su visión de la dureza del mundo del ballet y del arte en general se hunde cuando se inclina por los efectismos del terror.

Evidentemente Aronofsky tiene talento visual y, además, Natalie Portman está magnífica y ganará el Óscar por este papel, pero si uno se fija con atención encontrará la diferencia entre bisutería y piedra preciosa. Si la comparamos con otras dos películas con las que está relacionada, "Eva al desnudo" de Mankiewicz y 'Las zapatillas rojas' de Michael Powell y Emeric Pressburger, vemos que este 'Cisne negro' palidece ante su presencia.

Si en las películas anteriormente citadas se cuidaba de toda la historia y de todos los personajes, en 'Cisne negro' nos encontramos con un personaje central y una actriz principal perfectos, y luego el resto del reparto absolutamente desperdiciado. Vincent Cassell no cumple con su papel de demiurgo maquiavélico, Mila Kunis parece sacada de 'Showgirls' y Barbara Hershey, se encuentra con un estereotipo no con un papel. Pero la palma se la lleva el papel de Wynona Ryder como la princesa usurpada, la prima donna veterana sustituida por un cisne más joven, bello y grácil. Un papel que nadie se toma la molestia de explicar.

Sacrificar toda la credibilidad de tu película por conseguir unos espléndidos momentos estéticos no tiene perdón. Y es que como decíamos 'Cisne negro' tiene momentos realmente bellos, aunque sea una belleza vacía que se descompone como un castillo de naipes cuando ves el resultado final.
 
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