Un grupo de investigadores forestales de Cataluña ha logrado crear un modelo matemático para predecir el tipo de incendio que sufrirá un paisaje según sean sus características. El sistema logra diferenciar ciertos patrones como la vegetación, condiciones climáticas o el terreno, y a partir de esas variables elabora un diagnóstico sobre el tipo de fuego que podría ocasionarse. Gracias a esto la respuesta ante un incendio será más rápida y más eficaz ya que los bomberos que acudan para extinguirlo sabrán mejor a que atenerse y podrán tener bien elaborada una estrategia de antemano, sin demasiadas sorpresas.
Investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC) y de los Bomberos de la Generalitat de Cataluña han desarrollado un modelo matemático que permite predecir el tipo de incendio que sufrirá un determinado paisaje, en función de su vegetación, terreno y condiciones climáticas.
Este estudio, publicado en la revista 'International Journal of Wildland Fire', puede "mejorar la planificación de las estrategias de extinción de los incendios y adaptar las medidas de prevención ante el nuevo escenario de cambio climático", ha informado el Creaf en un comunicado.
Para desarrollar esta fórmula, los investigadores han analizado los datos de incendios forestales en Catalunya en los últimos 20 años, y han concluido que existe un patrón para cada uno de los tres tipo de propagación de incendios forestales identificados por los Bomberos de la Generalitat.
El tipo de fuego más fácil de controlar es el conducido por la forma del terreno, que se desplaza por movimientos de aire similares a las brisas, y depende de factores como la pendiente y la orientación de las vertientes.
Otro tipo de incendio es el que aparece en lugares donde se acumula mucha biomasa y hay mucho combustible disponible, de manera que se propaga de forma virulenta en todas las direcciones y se considera más grande y destructivo.
La tercera tipología se propaga con el viento y depende de factores que no se pueden modificar, como el viento y la topografía: "Son muy peligrosos y difíciles de controlar, porque el viento puede cambiar de dirección e intensidad de forma súbita", ha afirmado el agente de Graf-Bombers Marc Castellnou.
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