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'Spectre': los grandes éxitos de James Bond
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'Spectre': los grandes éxitos de James Bond

> Crítica de la película

jueves 05 de noviembre de 2015, 18:03h

Si en 'Skyfall' Sam Mendes se entregó por completo a la nostalgia de Bond como icono pop, ahora en 'Spectre' regala a los seguidores de la cinta una especie de grandes éxitos de James Bond, con escena introductoria espectacular, canción y títulos de crédito cien por cien marca de la casa, malos de los de toda la vida, una organización criminal de toda la vida, chicas guapas, gadgets más propios del inspector, Aston Martin y martinis agitados y no revueltos.

Los fieles de la saga se pueden ir relamiendo, Daniel Craig confirma que es el único que puede discutirle a Sean Connery el título como mejor Bond y Sam Mendes hace lo propio con Terence Young como el director más adecuado de la saga. Por otra parte, ‘Spectre’ no hará nada por convencer a los no iniciados. Esto es una película de James Bond al cuadrado, en sus virtudes… y sus defectos.

La cinta comienza por todo lo alto con la que puede ser la mejor escena introductoria de la saga. Encuadrada en México DF Mendes se da el gusto de hacer un largo plano secuencia en el que vale cada dólar gastado. Luego pasamos a ver a Bond en acción, alcanzando momentos de muchos quilates con su manera de manejar un gran presupuesto, explosiones, persecuciones y miles de extras. Puro cine de acción, en el que la cámara vuela y el ritmo es adrenalítico. Títulos de crédito y gran canción, vieja escuela, de Sam Smith. Cine en su pura esencia. Luego comienza la historia y, claro, todo no puede ser perfecto.

Y es que, como casi siempre en la saga, la historia no es más que una excusa para que fluya la acción, Bond consiga a la(s) chica(s) y salve al mundo de un villano demasiado parlanchín. Eso sí, en ‘Spectre’ lo hacen autoreferenciándose todo el rato. De algo tiene que servir haber aparecido 26 veces en la gran pantalla. Así nos reencontramos con la organización criminal por excelencia del mundo Bond, Spectre, además de varios villanos de toda la vida, por un lado, Mr. Hinx, interpretado por Dave Bautista, un tipo que se podría pelear con Oddjob o Tiburón sin ningún problema, por otra, un malo con un gato al que acariciar con las facciones de Christoph Waltz. También hay referencias más cercanas en el tiempo, con especial atención a las tres anteriores películas de Craig. Si a ello le juntamos que Bond vuelve a vestir esmóquines blancos o a preferir su Aston Martin de toda la vida a los nuevos modelos, nos quedamos con la sensación de que para los nuevos responsables de la saga solo hay dos Bonds posibles, Connery y Craig.

La película vuelve a viajar por medio mundo, México DF, Roma, los Alpes, Tánger o Londres, con un ritmo muy vivo. Como es lógico en una película, y una saga, en el que la trama siempre ha estado al servicio de la acción. Pero no todo es positivo, la película pierde fuelle en su segunda parte y vuelve a caer en todos los clichés negativos relacionados con la misma, malos que sueltan el discurso antes de acabar con el héroe, cosa de la que ya se reían ‘Los Increíbles’, y demás cosas por el estilo.

Pero todo forma parte del plan de Mendes de reivindicar su marca. Esto es James Bond para lo bueno y para lo malo, lo tomas o lo dejas. Si se quiere desconectar un rato y pasar más de dos horas de diversión tonta, no hay mejor película. Si se está buscando algún tipo de profundidad… ¿qué haces viendo una película de James Bond?

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