'Pérgamo', la librería más antigua de Madrid, echa el cierre: "Ha sido nuestro medio de vida"

Un cartel blanco con letras negras, en el que puede leerse la palabra 'liquidación', anuncia el cierre de la librería más antigua de Madrid. En su interior, Lourdes y su hermana Ana viven los últimos días entre las estanterías de libros con más historia de la capital. ‘Pérgamo’ fue fundada en 1946 por su padre, Raúl Serrano, un hombre de izquierdas y fundador de la Juventud Republicana de Aragón que logró quedarse en la ciudad e instalar este pequeño local gracias a la ayuda económica proporcionada por una gran amiga de la familia.

Para Lourdes y su hermana la librería es sinónimo de infancia y recuerdos. En ella, pasaron horas y horas acompañadas de su padre y rodeadas de cientos y cientos de ejemplares. “Mi hermana ni había nacido cuando pusieron la librería. Aquí está toda nuestra vida, nuestra infancia, nuestros recuerdos y todo lo que supuso para mi familia montar este negocio. Esto ha sido nuestro medio de vida durante mucho tiempo”, explica Lourdes.

75 años después y tras vender miles de obras, la librería ‘Pérgamo’ echa el cierre. Los motivos no son tanto la crisis provocada por la pandemia o la actividad de los grandes gigantes digitales en el ámbito de la lectura, sino el fin de la actividad profesional de Lourdes y la llegada de su jubilación. “Soy la que ha estado aquí habitualmente y nadie de la familia va a continuar, por lo que hay que cerrar”, asevera.

El nombre de este pequeño local, ubicado en el barrio de Salamanca, se debe principalmente a las dos grandes bibliotecas que existieron en la Antigüedad Clásica: la de Alejandría y la de Pérgamo, en Turquía. “Es una especie de guiño humorístico a poner a una librería pequeña y modesta el nombre de una de las grandes bibliotecas de la Historia”, añade Lourdes.

Apurando sus últimos horas en el interior del local, las hermanas Serrano aseguran que siempre han sentido el cariño de los clientes habituales. Sin embargo, durante estos últimos días palpan más la cercanía de los vecinos del barrio, sobre los que aseguran que entran con el dolor de que su tradicional librería vaya a cesar su actividad. “Es muy conmovedor y bonito”, confiesa emocionada la mayor de las hermanas. Para ellas, la clave del éxito en su actividad profesional ha sido siempre la honestidad y la honradez a la hora de recomendar lecturas.

“Aquí nunca se ha recomendado un libro que no nos pareciera que fuera digno de ser recomendado. En una época en la que sí se recomendaba, en muchos sitios primaba el carácter económico sobre el literario. Podemos coincidir o no en gustos, pero los libros que se han recomendado en Pérgamo eran libros de calidad. Aquí ha venido gente recomendada por otros, precisamente porque sabían que se podían fiar de las recomendaciones de Pérgamo”, añade Lourdes.

Miles y miles de clientes han recorrido los estrechos pasillos de esta pequeña librería. Muchos de ellos, tal y como confiesa la propia Lourdes, han sido personalidades populares muy conocidas por todo el mundo. “Por aquí han venido a comprar políticos, escritores, cineastas, etc. No solo porque vivan en este barrio, sino también por los centros culturales que hay. Por aquí ha pasado gente de todos los colores: de izquierdas, de derechas y mediopensionistas”, comenta entre risas.

Honradez y honestidad, las claves del éxito

Además de la honradez y la honestidad que han caracterizado a lo largo de su historia a este local, los propios clientes también se han convertido en un elemento clave para la configuración de la personalidad de este espacio. Lejos de ser una librería centrada en la venta de best-sellers, los lectores buscan en ‘Pérgamo’ diferentes tipos de ensayos, biografías y libros basados en la Historia. “Hay lectores de bestsellers, pero este es un barrio de un nivel cultural muy alto. Aquí por ejemplo hemos vendido menos Ken Follet, que sí se ha vendido muy bien en otros sitios y hemos vendido mucho a Luis Landero, que aquí es un escritor casi de culto. Los de ‘Pérgamo’ son clientes distintos”, explica.

"Aquí se han creado grupos de lectura y de amigos"

Al mismo tiempo que atiende a los periodistas, Lourdes no deja de lado a los clientes que continúan entrando al establecimiento. “Mira, justo ahora un hombre se está llevando un libro que aquí ha tenido muchísimo éxito. ‘Imperiofobia y leyenda negra’ de María Elvira Roca”, comenta mientras cobra el ejemplar. Entre las cosas que esta librera destaca de su establecimiento y sus clientes habituales es el elevado índice de lectores jóvenes que acuden a su local a adquirir obras de forma habitual. Además, tal y como asegura la propia Lourdes, ‘Pérgamo’ no ha sido únicamente un punto de venta de libros, sino que se ha convertido con los años en un punto de encuentro entre lectores. “Aquí se han hecho muchísimas presentaciones de libros y firmas. Ha sido una de las actividades clásicas y normales de la librería. Lo normal también entre mis clientes es que se queden aquí charlando sobre las obras o que se vayan a una cafetería. Se han creado grupos de lectura y de amigos porque se han encontrado aquí”, explica orgullosa.

Y es que, a pesar de que le parece “fantástica y fenomenal” la digitalización, Lourdes ve en los pequeños comercios y la venta física una posibilidad que los grandes gigantes, como Amazon, no conseguirán lograr nunca. “Cuando yo era jovencilla, en cualquier librería había gente que leía libros, que sabía sobre ellos y comentaba. A la gente le gusta comentar y eso no se encuentra en otros sitios. La gente quiere saber lo que compra y quiere ojear su libro”, asegura.

En cuanto a qué va ocurrir con su vida y con la de la librería, la hija del fundador de ‘Pérgamo’ asegura que disfrutará de todas las actividades culturales que el tiempo invertido en su establecimiento no le ha permitido disfrutar. Quiere ir a exposiciones un día que no sea los sábados y los domingos o la hora de comer y quiere también disfrutar de conciertos a través del abono que tiene y sobre el que asegura que no ha dado el uso que se merece. “Madrid es una ciudad llena de atractivos y de incentivos para vivir, incluso para pasear viendo escaparates”.

Que el legado continúe

A pesar de que su deseo es que el legado continúe y que este pequeño local ubicado en el barrio más elitista de Madrid siga vendiendo libros, Lourdes desconoce cuál será la actividad que albergue este espacio en el futuro. “Nuestra idea es que continúe siendo una librería, pero no sé lo que ocurrirá porque el alquiler, al estar en esta zona, es muy caro”, confiesa.

Con la esperanza puesta en que algún candidato mantenga el espíritu lector en la calle General Oraá 24, Lourdes y su hermana echan el cierre definitivo a años de historia, esfuerzo y dedicación. Entre estas paredes aprendieron a leer y han invertido la mayor parte de su tiempo. Un periodo en el que las recomendaciones, las sonrisas, los nuevos vínculos y, sobre todo, los libros, han estado a la orden del día.