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Palabras para todos

miércoles 04 de octubre de 2006, 17:50h

En el Perú se celebra que el Presidente de la República “ponga la agenda”, es decir, en palabras de algunos columnistas “que ponga el tema del día”. Este primero de octubre, que se ha celebrado el día del periodista, esa frase tal vez simboliza el estado de decadencia ya no sólo de la política sino del periodismo peruano que deforma opinión.

Una agenda puesta desde el más alto nivel no significa que el presidente se convierta en el hombre que ponga los titulares en los medios. Tampoco que colabore en la edición final de las primeras planas. Colocar la agenda, en el buen y único sentido de la palabra, debe ser colocar un tema que aliente la discusión nacional, que sea responsable, que sea realista, que esté enfocado a la mejora de la situación actual y –sobretodo- que no sea tan sólo un elemento distractivo. Todo lo contrario es lo que hace el gobierno peruano actual. De manera totalmente irresponsable coloca día a día, hora tras hora una seguidilla de temas de poca utilidad pero de impacto político con el único fin de distraer a la opinión pública. Esto, que de por sí es dañino por los efectos en el mediano plazo, es celebrado por algunos directores de medios, contribuyendo así a que la discusión pública en el Perú se caracterice por su mediocridad y simplismo.

El presidente anuncia los programas Agua para Todos, Salud para Todos, Educación para Todos, sin que sus ministros ni siquiera estén enterados. Es decir hace gala del programa emblemático de la actual administración: “Palabras para Todos”, para todos los gustos pero que son únicamente títulos que no tienen nada detrás de sí. En el Perú de hoy hasta se decretan fenómenos de la naturaleza por decreto. En efecto el gobierno peruano, contra lo que dicen los analistas mas serios, ha decretado que haya Fenómeno del Niño, y --cómo no-- ha dado el Decreto correspondiente para que se exonere a las obras que se harán para contener “el fenómeno”. En tan sólo dos meses de gestión se han dado ya varios casos de exoneraciones de licitación para una serie de obras públicas y esto, por un Congreso que definitivamente no está a la altura de las circunstancias, no es fiscalizado.

Habrá algunos que dirán son tan sólo 60 días. Responderemos que no es así. Uno estaría obligado al silencio si no se estuvieran sembrando las semillas del desastre. Y esto está ocurriendo. Con el ejercicio de una demagogia y un abuso del gesto con la aceptación y modos complacientes de buen sector de la prensa, con un derroche no de miles en restaurantes y perfumes sino de millones de soles en obras muchas de ellas inútiles que liquidarán nuestras reservas es necesario plantear posición. Sobre todo cuando no se realizan las reformas necesarias para cuando lleguen los malos momentos. Pero en estos días peruanísimamente nos estamos dedicando a celebrar la guachita, la pared, el pasesito, la gambeta, la dominada: hacemos olas y gritamos ¡Oooole¡ ante el juego bonito así luego al final del partido perdamos por goleada. La diferencia con el desastre del 85 – 90 radica en que el daño será mucho mayor, la globalización y el ímpetu atrevido de nuestros vecinos nos devorará. Y de ello, de seguir así, será culpable este gobierno y los políticos y periodistas permisivos que se niegan a ver y señalar lo evidente.

Ing. Juan Sheput (Perú)
Ex consejero Presidencial en Asuntos Políticos y ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo durante el gobierno de Alejandro Toledo.

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