En el Reino Unido, la inflación se mantuvo estable en septiembre en un 3,8%, por debajo de las expectativas del Banco de Inglaterra y de los economistas, que anticipaban un 4,0%. Este dato aumenta la probabilidad de un recorte de tipos antes de fin de año y ofrece cierto alivio a la ministra de Finanzas antes de presentar el presupuesto en noviembre. Aunque la inflación parece haber alcanzado su pico, sigue siendo casi el doble del objetivo del 2%, con presiones persistentes en transporte, energía y alimentos. Economistas destacan que, pese a la estabilidad, el gobierno deberá equilibrar la política fiscal para evitar repuntes en 2026. La libra esterlina se debilitó frente al dólar, reflejando la cautela de los mercados ante el débil crecimiento y los elevados costos de la deuda pública.
En Europa, el Banco Central Europeo, que decidió mantener los tipos en el 2%, confiando en que la inflación se mantendrá cerca del objetivo del 2% hasta 2027, y proyecta un crecimiento estable aunque moderado, con riesgos a la baja en Alemania y Francia. En contraste, en Estados Unidos el cierre del gobierno, que se ha convertido en el segundo más largo de la historia, además del bloqueo en la publicación de algunos datos económicos, también paraliza programas de incentivos fiscales para comunidades de bajos ingresos. La reducción de personal en el Departamento del Tesoro afecta los Créditos Fiscales para Nuevos Mercados y las Zonas de Oportunidad, comprometiendo la ejecución de fondos federales y la inversión privada en zonas vulnerables, acentuando la tensión social en los sectores dependientes.