Petit Pop 'surfean en la bañera' con sus clásicas dosis de irreverencia, ternura y buena música

Desde el primero de sus cortes: Chuta el balón, oda llena de ironía a esa vehemencia infantil hasta el infinito que trasforma hobbies en obsesiones, pasando por Danza de la nieve, segundo corte que sigan o no la coreografía, suena a los mejores Jackson five; Barbaridá: fotografías pop del amor incondicional a ritmo sesentero; Soy una pupita: tierna y preciosa balada a las pupas que sí se pueden curar que bien podría interpretar una Marilyn de tres años (no más) a ritmo de ukelele; Aires folk para hablar de las raíces en Tatarabuelismo.

Este quinto tetetema es un tetetemazo; El hermanín, canción llena de ironía que seguro que ayuda a más de uno a llevar con deportividad eso de que llegue un nuevo miembro a la familia; Familias de ciudad es un himno urbano y el rock and roll que no podía faltar en un disco de Petit Pop; Soy como soy, octavo corte del disco, un canto a las peculiaridades sin complejos; Surf en la bañera, que da título al álbum y captura la capacidad infantil de trasformar la realidad.

Y ya en la recta final: otro temazo de pop titulado Atraco de cosquillas; las escenas playeras (incluida la regañina para hacer la digestión) en Calypso en la playa; y la primera Nana de Petit pop, que lejos de hacerte dormir lo que hace es que quieras volver a empezar a escuchar.

Si a esto le sumamos el arte del disco, de nuevo con la firma de Pedro Balmaseda, la producción a cargo del Sr. Gafotas Pedro Vigil y la grabación realizada en Sonidópolis (la escuela de música que este mismo año ha abierta la banda en Gijón) pues publican lo que se llama un discazo. Cuyas presentaciones tienen ya tres fechas cerradas: 4 febrero, OVIEDO, Teatro Filarmónica (18.00 h.); 19 febrero, EL FERROL, Teatro Jofre (12:00 h.), y 26 marzo, MADRID, Teatro Nuevo Apolo (12:30 h.)