Durante el verano muchas personas buscan lucir un bronceado y presumir de moreno, pero es una actividad más arriesgada de lo que parece e incrementa el riesgo de sufrir cáncer de piel.
En los últimos años la incidencia de los melanomas y los carcinomas ha aumentado considerablemente y según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se producen más de 3 millones de casos cada año.
Además, la 'Skin Cancer Foundation' alerta en su web de que pese a que el bronceado tiene buena aceptación social, la realidad es que "es evidencia de daño en el ADN de la piel".
En países como España, donde el sol es una constante y más en verano, evitarlo es difícil si uno quiere salir a la calle, por ello es necesario la protección solar.
Todo el mundo conoce ya las cremas protectoras, pero, ¿cómo elegir una adecuada? ¿en qué se diferencian?
La importancia del FPS
En todas las cremas solares certificadas aparecen las letras FPS (factor de proteccion solar) seguidas de un número.
Algo que los expertos recomiendan conocer en profundidad para comprar la crema que más se adapte a la piel de cada uno y protegerla mejor de los rayos ultravioleta del sol.
Tal y como explican en 'National Geographic', este factor multiplica el tiempo que la piel puede estar expuesta al sol sin sufrir daños.
Por norma general las pieles pueden estar 10 minutos al sol sin quemarse. Si se compra una crema con un FPS de factor 30, la persona estará protegida 300 minutos (30 FPS X 10 minutos).
Eso sí, es una regla estándar, pues la cantidad de tiempo que la piel puede permanecer al sol sin sufrir daños varía dependiendo del tipo de piel.
Las más blancas, de fenotipo 1, son las que peor aguantan y no superan los 10 minutos al sol sin daños.
Las personas con la piel más morena aguantan más, unos 20 minutos.
Pero se tenga el fenotipo de piel que se tenga, es necesario protegerse con crema para minimizar el riesgo de desarrollar cáncer.
Aplicar la crema antes de tomar el sol
Es común echarse la crema nada más llegar a la playa o a la piscina, pero los expertos en dermatología recomiendan que la crema se eche una media hora antes de exponerse al sol.
Se aconseja esto para lograr que las capas más profundas de la piel absorban toda la protección de la crema, pues de lo contrario quedarán menos protegidas.
Ahora existen cremas solares resistentes al agua o a la sudoración, pero es mejor echarse crema cada cierto tiempo. Como mínimo cada 2 horas se recomienda, pero se puede hacer tantas veces como sea necesario para evitar quemaduras o daños en la piel.
Conviene no escatimar a la hora de echarse crema y protegerse de más que de menos.
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