Esta semana no se habla de otra cosa en redes sociales: el polémico filtro de belleza 'Glamour', en sus distintos nombres y derivados que han surgido, en algunos casos conocido como 'Bold Glamour'.
Se trata de un filtro para la cámara, destinado a mujeres, que hace que éstas aparezcan casi por 'arte de magia' con un look completo en cuestión de segundos para 'triunfar' en la sociedad actual: maquillaje de última tendencia, rasgos faciales acentuados que obedecen a los cánones de belleza demandados hoy en día (labios carnosos y acentuados, ojos grandes y con largas pestañas, cejas arqueadas, marcadas y pobladas, contorno facial destacado...).
Siempre ha habido este tipo de filtros de belleza que popularizaron primero los surcoreanos y japoneses para llegar después a todos los países del globo. Eran usados sobre todo para darnos un mejor aspecto con cara lavada o por tener 'mala cara' después de una mala noche de descanso o simplemente para tapar algún grano o la cara de recién despertado.
Pero este fliltro 'Glamour' va más allá y modifica la cara de todas las mujeres hasta el punto de bordear la realidad, llegando casi aquello que se conoce como 'deep fake', cuando la ficción y la falsedad supera a esa realidad y no parecemos nosotros mismos o nos suplantan la identidad.
En lugar de provocar alabanzas, los filtros Glamour han acaparado muchas críticas y condenas en redes sociales, destinados para usar en selfis y videoselfis en Tiktok o Instagram, donde son populares los vídeos verticales subidos a stories y demás contenidos de corta duración. Hay quien cree que denigra a la mujer y la reducen a objetos de belleza que deben cumplir siempre unos requisitos para estar bellas según la sociedad. Otros creen que es una gran ventaja tecnológica para ahorrar esfuerzos en aparecer con buen cara en un momento determinado.
Las opiniones son muchas:
Si (
No(
