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'Isbrük': soledades superpuestas

'Isbrük': soledades superpuestas

viernes 24 de enero de 2020, 18:13h

El Off de La Latina acoge durante unas semanas la adaptación al teatro de 'Isbrük’, una excelente novela de David Vicente, que ha obtenido el premio internacional de novela corta Ciudad de Barbastro, y que ha sido posteriormente publicada en Editorial Pre-Textos. Es el propio autor quien ha adaptado la novela.

'Isbrük’ es el nombre de un pueblo imaginario, situado al borde del mar y que vive de la pesca, al que ha decidido irse la pareja formada por Anja y Andreas, un matrimonio esclavo de la rutina, con la vana esperanza de reencontrarse a sí mismo y recobrar la ilusión que, tal vez, algún día anidó en él. Ambos tienen una hija, estudiante en la capital, que va visitarlos de tarde en tarde. Los personajes están interpretados con verdadero convencimiento por Cristina Díez Villar (Anja), Antonio Ballesteros (Andreas) y Paula Ballesteros (Luissa).

“Ayer recolecté tomates. Hoy los he puesto al sol. Me he convertido en mi madre… Mi madre siempre deshidrataba los tomates al sol después de recogerlos en la huerta de la parte de atrás de la casa. Así se conservaban más tiempo y les aportaban más sabor a los platos. Eso decía”. Son las primeras palabras que pronuncia Anja para dibujar también con ellas el modo en que se ha ido apagando –en realidad, secando…-, su pasión por Andreas. Convertido ahora en hombre pez –como dice Anja-, Andreas confiesa que “En realidad me enamoré de la tristeza de Anja. Creí que podría convertir a la chica triste en una chica feliz. Creí que podría curar mi propia tristeza curando la de Anja. No fue así…”.

Las 150 páginas de la novela de Vicente se han comprimido aquí en 90 minutos de función, igualmente atravesada por un territorio de soledad, de melancolía, de depresión que, finalmente, desemboca en locura, una locura hereditaria que parece tener inoculada en sus genes la familia de Anja.

La fábula describe, a través de gestos cotidianos y reiteradamente llevados a cabo, la existencia tortuosa de los personajes, que introducen la idea del eterno retorno y la imposibilidad de salir de sus respectivas soledades, de saltar el muro de incomunicación que se ha instalado en la pareja y que sólo acabará rompiéndose con la llegada de la muerte. La situación recuerda mucho a las planteadas por los cineastas Bergman y Haneke en algunas de sus películas.

La novela es precisa, casi milimétrica, austera y exacta en el uso de las palabras justas, de modo que parece que la intención de quitar una sola de entre sus líneas, podría destruir el poético, doloroso y hermoso edificio que constituye ‘Isbrük’. Sin embargo, a mi juicio, el montaje teatral no le hace un gran favor a la obra original. Y digo esto fundamentalmente porque aquí falta la acción, uno de los cinco elementos que componen el complejo dramático y su interacción, junto a las circunstancias, los conflictos, los personajes y el texto.

Aquí, con la falta de acción (los personajes hablan directamente al público y apenas interactúan entre ellos, sumidos como están en la más absoluta incomunicación), provoca la ausencia de conflictos -más allá de los planteados en los primeros minutos-, o más bien, hacen que brillen por su ausencia, y estos son parte esencial del hecho dramático. Y hablamos aquí de conflictos en el sentido que apunta el maestro y director de escena argentino Marcelo Díaz en La puesta en escena (Ed. Fahnauer Verlag, Dresde, Alemania, 2016): “muchas veces se confunde al conflicto con sentimientos dolorosos o estados desagradables. Sin embargo, técnicamente, podríamos definir un conflicto como el choque entre dos o más fuerzas. Son dos o más elementos enfrentados que entran en colisión por intereses contrapuestos”.

Una misma historia, como se ve, puede ser estupendamente tratada y llevada a buen término en un género literario, la novela, sin que, por ello, y necesariamente, tenga que tener idéntico resultado cuando pasa al dramático. Invito a los lectores a que procedan a hacer este ejercicio a través de ‘Isbrük’, a ver si coincidimos o no en la apreciación.

'Isbrük'

Autor-Adaptación: David Vicente

Intérpretes: Cristina Díez Villar, Antonio Ballesteros y Paula Ballesteros

Compañía: Teatro de Hojalata

Off de La Latina, Madrid

16, 23 y 30 de enero de 2020

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