Siglo de Oro. Francisco de Quevedo y El buscón. Muestra luminosa y grotesca de los defectos y los males de los españoles de aquel tiempo. Y a juzgar por la libérrima adaptación al teatro de Nazan L. Bamio, ‘Jácara para un pícaro o La España negra’, aquel catálogo de vicios (los más) y virtudes patrias (las menos), esencialmente no hemos cambiado nada de nada. Pudimos comprobarlo en la última representación de esta divertida y ácida propuesta que durante varios días del mes de marzo se ha podido ver en la madrileña Sala Tarambana.
Una espléndida actriz, Sandra Gade, sola ante el peligro de tener que transformarse en docenas de personajes en un abrir y cerrar de ojos, que lo mismo hace de jovencita que de madre, de alguacil que de fraile o de hombre de escasas luces, de avaro, de posadero, de sirviente o de cristiano nuevo, entre muchos otros papeles, y durante hora y media ante un público absorto, boquiabierto, perplejo y sonriente mirándose ante el espejo de vicios y virtudes que permanecen siglos para descubrirse a sí mismo, a su vecino, a su amante, a su amigo o a su casero.
Digo que Sandra está sola y no es exactamente así porque está acompañada en escena por Álvaro Revuelto, un estupendo músico que domina la trompeta, la percusión y recrea en cada función el espacio sonoro creado por Wiloo y que él mismo maneja con destreza y armonía desde un ordenador situado en una esquina del escenario, para acompañar los mil gestos, movimientos corporales y la palabra de los personajes que habita Sandra Gade: “…Prestad atención a la historia. Recordad aquella novela escrita por Don Quevedo. Pero no os llevéis a engaño, que esto ayer fue descubierto. Juzgad vosotros mismos y, por favor, sed sinceros… Si este retablillo de costumbres es reflejo, y este muchacho inmigrante ayer fue cristiano nuevo…”.
De pronto una voz surge de una grabadora –es la voz en off de Ogulcan Güzeller-, que ha recogido las memorias de ese joven cristiano: “Grabo estas líneas para quién le pueda interesar…”. A partir de ahí viene la aventura, la chanza, el peligro, el humor, la chispa y la sorpresa constantes, proporcionadas desde y con el desparpajo, la gracia, la agilidad y el descaro de una joven, pero magnífica actriz, Sandra Gade, que llena con su presencia, su cercanía, su armonía de movimientos y su savoir faire toda la función. Hora y media se transforman en un santiamén.
Sencillo y funcional todo el diseño de escenografía, vestuario y atrezo, que llevan el sello de Ana Montes De Miguel. No se puede dar cuerpo a más ambientes y a más personajes con menos elementos ni con más imaginación. Un espacio prácticamente vacío al comienzo, se va poblando de gentes variopintas, no solo gracias al casi milagroso y permanente desdoblamiento de Gade, sino también a ese globo pintado, a un embudo que lo mismo hace de gorro del hombre de luces ajustadas, que de pene de otro personaje inerte. Un verdadero festival de sorpresas y de imágenes surgidas desde la nada…
Y la ingeniosa dramaturgia y dirección de Nazan L. Bamio no solo no desvirtúan ni adulteran la intención de don Francisco de Quevedo en El buscón, sino todo lo contrario. Animan a releer o a descubrir –según los casos-, al genio de las letras españolas.
Una propuesta deliciosa esta ‘Jácara para un pícaro o La España negra’, creada desde la compañía LaGriot’te y celebrada hace muy poco en Surge Madrid, y antes premiada en Londres (Festival of Spanish Theatre London-FestelOff) 1er premio del público y 3º del jurado). No se desviaba ni un ápice sobre lo que puede disfrutarse en escena Nacho García, director del Festival de Almagro, cuando decía sobre esta propuesta que presenta un “interesante juego entre tiempos y estilos para hablar de los pícaros modernos, de la España negra y de los suburbios sociales de ayer y hoy”. Doy fe. Y animo a exhibidores y distribuidores a que no dejen pasar de largo esta joyita que lo mismo va a ser entendida y celebrada en Burgos, Sevilla, Barcelona o La Coruña que, en Bogotá, Buenos Aires o Quito, por poner nombre a algunas ciudades del otro lado del Atlántico. Más que divertida e interesante.
‘Jácara para un pícaro o La España negra’
Dramaturgia y dirección: Nazan L. Bamio (Adaptación libre de ‘El Buscón’ de Francisco De Quevedo)
Interpretación: Sandra Gade
Música en directo/Trompetista: Álvaro Revuelto
Voz en off: Ogulcan Güzeller
Diseño de escenografía, vestuario y atrezo: Ana Montes De Miguel
Música original: Álvaro Revuelto
Espacio sonoro: Wiloo
Diseño de iluminación: Antuán Del Toro
Grabación voz en off: Dinamic Studio
Diseño gráfico: J. Carlos Degal
Producción ejecutiva: Sandra Gade
Contabilidad/gestoría: Fenus
Dirección de producción: Nazan L. Bamio
Sala Tarambana, Madrid
Jueves, 31 de marzo de 2022
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