'La Venadita, un poema a la memoria': vivencias y recuerdos de la abuela

Los madrileños Teatros del Canal, dentro del Festival Hispanidad 2023, presentan durante sólo dos días un espectáculo producido por la compañía ecuatoriana Patio de Comedias, humilde en apariencia, pero inmenso en su humanidad y en su carga dramática. Me refiero a ‘La Venadita, un poema a la memoria’, escrita y dirigida por Susana Pautasso e interpretada por Juana Guarderas.

Una mujer entrada ya en años, algo fondona y de movimientos un tanto lentos, pero firmes y alegres a un tiempo, anda trajinando sin parar, de acá para allá, en casa. Rodeada por unos recipientes de barro, una banqueta minúscula, utensilios de cocina, productos de la tierra… Algunas vecinas y otras clientas han acudido a su casa para escuchar sus pláticas y, de paso, aprender alguna de sus pócimas de curandera y los secretos de cocina, de familia y hasta de alcoba. De todo hay en la viña de quién tanto y tan intensamente ha vivido. La mujer, que no cesa de mencionar su espera por Isabel, su nieta favorita, tiene hijos, nietos y bisnietos… Es La Venadita, primorosamente habitada por Juana Guarderas, que conecta inmediatamente con el público y hasta integra en el espectáculo con naturalidad asombrosa alguna de esas permanentes llamaditas al móvil que, en esta ocasión, le suena en la fila 1 a una mujer mayor que no es capaz de silenciarlo. Y, a renglón seguido, continúa con su retahíla de referencias, anhelos, trabajos, preocupaciones, anécdotas y vivencias que ensarta con la naturalidad de quién no tiene mucho que perder y nada que ocultar.

Cuenta La Venadita que, cuando apenas tenía 14 años, un angelito se la llevó de la mano hasta el cielo, allí “con Diosito”, hasta que este se dio cuenta de que no es a ella a quién debía llevar ese angelical trabajador del firmamento, sino a su tía, ya mayor. Su paso por allí y esa inesperada resurrección le vino con ciertos dones para la curación que la niña campesina no echó en saco roto. Y eso le hizo ya no temer a la muerte sino, incluso, a tratar con franqueza y naturalidad a ese angelito que, ya anciana, vuelve a visitarla y esta se atreve a negociar con él unos días más de propina en este mundo para poder ver a su nieta, La Sabel, para entregarle una cajita llena de recuerdos y para poder trasmitirle también sus dones de curación.

El sol, el fuego, el agua, la montaña, la tierra en general es la verdadera fuente de gozo y de sabiduría de la hoy anciana que siempre ha aprendido a tomar las cosas como vienen y a no quejarse de las carencias y a saber apreciar cuanto tiene: empezando por el maíz para hacer tortitas, el recuerdo de su Pedrito, el marido que sus taitas (padres), eligieron para ella y que hasta acabó queriendo, su prolífica familia, sus vecinas y vecinos, sus clientas…

Sus historias surgen anárquicas, desordenadas, pero siempre íntimas, cálidas, hermosas, tamizadas por ese amor a la vida que en La Venadita aparece como inquebrantable. Incluso los malos ratos que ha pasado, los revive ahora con cierta pátina de humor. Por ejemplo, esos tres o cuatro incidentes con algunos muchachos del pueblo que, una vez convertida en viuda joven, intentaron asaltarla por el corral para llegar a mayores intimidades y que ella supo sacudirse de encima con ayuda de un bastón que nunca dejó de tener a mano.

Inteligente, sensible y delicadísima dramaturgia y dirección de Susana Pautasso que, además, se ha apoyado firmemente en la iluminación (suave, delicada…), que firma ella misma junto a Anatol Waske, la música popular de Rubén Silva y la minuciosa labor de maquillaje de Marliz Romero.

‘La Venadita, un poema a la memoria’ es una verdadera fiesta para los sentidos, un chute de optimismo vital y una nueva lección del “más es menos”, de que sobre un escenario no hace falta más que una buena historia y, en este caso, una actriz (magnífica Juana Guarderas), que tenga el don de saber comunicarla y dotar de verdad lo que allí se cuenta u ocurre. Si llegas a tiempo, coge una entrada y no te la pierdas.

‘La Venadita, un poema a la memoria’

Autoría, dramaturgia y dirección de escena: Susana Pautasso

Intérprete: Juana Guarderas

Voces: Sara Tomaselli y Rubén Silva

Voces en off: Fabián Toro

Iluminación: Susana Pautasso y Anatol Waske

Maquillaje: Marliz Romero

Música: Rubén Silva

Diseño gráfico: Jose Durán III

Fotografía: Jorge Vinueza G.

Vídeo: Jorge Vinueza G. y David Navarro

Compañía: Patio de Comedias

Este espectáculo pertenece al Festival Hispanidad 2023.

Teatros del Canal, Madrid

8 y 10 de octubre de 2023