El Teatro Lagrada acoge hasta el próximo domingo una obra pequeña, humilde en apariencia, pero grandiosa en su fondo. Difícil contar más en menos tiempo y con mayor intensidad dramática, política y emocional. El montaje es La verdadera identidad de Madame Duval, dirigido por Antoine Jean Julien Rouillard, a partir de un texto de Antonio Miguel Morales Montoro, y protagonizada por María Díaz y Nuria Alloza.
La propuesta, de una hora de duración, gira en torno a la inmensa figura de Victoria Kent (1898-1987), política y jurista malagueña que en la II República llegó a ser directora general de Prisiones y dos veces diputada socialista. Pero siempre desde el prisma humano y muy personal. Aunque en el texto, como es lógico, no se dejan de hacer permanentes alusiones a la situación política que le hizo abandonar España a raíz de la Guerra Civil; refugiarse en la Francia que muy pronto entraría de cabeza en la II Guerra Mundial tras la invasión del ejército nazi; sobrevivir allí en la clandestinidad ayudada por una tupida red de mujeres, y, una vez acabada la guerra, dar el salto a México, primero y, finalmente, instalarse en Nueva York.
La propuesta comienza con dos mujeres conviviendo en un apartamento de la ciudad de los rascacielos. La misma Victoria Kent (encarnada por María Díaz) junto a Louise Crane (Nuria Alloza que, además, se desdobla en varios personajes más), ayudando a esta, enferma de Alzhéimer, a hacer memoria de estos últimos años, en los que han vivido juntas en Nueva York y, desde ahí, volver a echar una mirada retrospectiva a aquellos años difíciles como refugiada en el París ocupado por los nazis.
El tiempo, pues, va desde principios de los años 70 a mediados de los 40 y, con las palabras justas, los gestos precisos, Kent cuenta a Crane cómo, durante años, tuvo que adoptar una identidad falsa, la de Madame Duval para poder salvar su vida. La Gestapo y el mismo ejército nazi, con la ayuda de Pedro Urraca, un sanguinario policía franquista español, le iba pisando los talones y, de haberla encontrado, habría sufrido las mismas vejaciones, torturas e, incluso, la muerte, como padecieron muchas otras mujeres refugiadas de la República, o de la amplia red de apoyo que les ayudaron desde la resistencia francesa.
El clima de intimidad, de miedo, de temor a dar un mal paso, está dibujado con sensibilidad y verdad por las dos actrices. Pero a ello contribuyen también de manera decisiva el sencillo y agobiante espacio escénico de María Jiménez, la oscura iluminación de Samuel Silva y el diseño de espacio sonoro y composición musical de Milo Giraldo.
Los valores éticos, políticos, la amistad, el amor, la solidaridad, la fortaleza, la firmeza y la convicción de quienes buscan un camino común que albergue los valores de libertad, igualdad y fraternidad están presentes durante todo el emotivo montaje. El inesperado y drástico final deja perplejo y aterido al público que aún necesita unos largos segundos más para encajarlo y premiar a las dos actrices con un cerrado aplauso. Muy interesante.
‘La verdadera identidad de Madame Duval’
Texto: Antonio Miguel Morales Montoro
Director: Antoine Jean Julien Rouillard
Reparto: María Díaz y Nuria Alloza
Diseño de espacio escénico: María Jiménez
Diseño de iluminación: Samuel Silva
Diseño de espacio sonoro y composición musical: Milo Giraldo
Vestuario: Mª del Pilar Alloza y Mª Jesús Marugan
Diseño gráfico cartel y dossier: Virginia Hortal
Vídeo y fotografía: Vanesa Saiz Marugan
Producción: Ortzadar Producciones
Teatro Lagrada, Madrid
Hasta el 7 de mayo de 2023
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-(1).jpg "Crítica de la obra de teatro 'El rey que fue': añoranzas desde el Golfo")
