Imagen promocional de 'Limbo'

Crítica de la obra de teatro 'Limbo, esperpento posmoderno': el mundo que se nos viene

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viernes 17 de febrero de 2023, 10:56h

Tres capítulos y un prólogo conforman este ‘Limbo, esperpento posmoderno’, de Guillermo Lain Corona, que puede verse cada jueves en el nuevo espacio Sojo Laboratorio Teatral, muy cerca de la madrileña y castiza Puerta de Toledo.

Salva Buitrago (Pedro, Steve Jobs y Esteban), Belén García (Carla), Andrea Marcotegi (Clara) y Jorge Silvestre Martín (Paulino y Carlos), son los cuatro actores que, durante casi hora y media defienden con tanta credibilidad como dignidad a varios personajes sacados de las entretelas de estos tiempos líquidos que nos ha tocado vivir, atravesados por las redes sociales, la apariencia, la inmadurez casi generalizada y la falta de compromiso, aún más generalizado. En escena Carlos y Clara, Pedro y Paulino, Steve Jobs y un Carlos Marx devenido (transicionado, se dice ahora…), en Karla. Los cuatro actores asumen varias personalidades, se mueven y hablan con suma naturalidad por el escenario y mantienen el interés del público de principio a fin de la propuesta.

En la fábula, verdadero esperpento posmoderno -como se dice en el subtítulo de la propuesta-, los personajes viven entre Madrid y Londres, toman vuelos low cost, como hoy hace todo hijo de vecino, se aman, se desaman, corren aventuras sentimentales propiciadas por las redes y fuera de la pareja, y viven en un limbo que, si se caracteriza por algo, es por la falta de valores claros y compartidos. Cada uno va a lo suyo y es imposible conciliar deseos, caprichos y voluntades. Al final, como dirían nuestros padres, cada uno en su casa y Dios en la de todos.

Guillermo Lain Corona firma dramaturgia y dirección. La primera aborda sin excesivo adoctrinamiento y con notable sentido del humor, además de los temas ya indicados, asuntos del nuevo feminismo, que ve raíces machistas hasta en la poesía de Lorca o en la de Neruda, el marxismo dialéctico, las nuevas tecnologías que vaya usted a saber adónde van a dar con nosotros, y unos cuantos asuntos más. Lo hace con agilidad y determinación, lo mismo que sus labores de dirección que tiene que compaginar el movimiento de actores con el escaso espacio disponible en Sojo, la pequeña y nueva sala. Interesante pero solo para los muy teatreros.