Crítica de la obra de teatro musical 'Los bufos madrileños': burla, diversión y fiesta con Arderíus

A partir de la casi desconocida figura de Francisco Arderíus (Évora, Portugal, 1835-Madrid, 1886), y la zarzuela bufa Los órganos de Móstoles, con música de José Rogel y libreto de Luis Mariano de Larra, el Teatro de la Comedia acoge hasta mediados de enero próximo, ‘Los bufos madrileños’, una encantadora propuesta de teatro musical español versionada y dirigida por Rafa Castejón , con la ayuda en la dirección de Nuria Castejón -también creadora de la coreografía del espectáculo-, y la dirección musical de Antonio Comas.

Confiesa Rafa Castejón en la presentación de este, su primer espectáculo como director, que “A mí, que vengo de una familia con una larga tradición en el género lírico, me sorprendió no saber nada de don Francisco Arderíus, el poco conocimiento que se tenía en general de este interesantísimo fenómeno teatral decimonónico y la honda huella que dejó en su época”. De Castejón ya sabíamos que es un magnífico actor y cantante, y ahora nos alegra tremendamente asistir a su afortunado bautismo como director de escena porque ha trenzado un montaje divertidísimo, revelador y lleno de aciertos porque -estamos seguros de ello-, este es el primer espectáculo que redescubre y homenajea la figura de Francisco Arderíus y su compañía, ‘Los bufos madrileños’, pero no debiera ser el último.

Castejón nos lo ha dejado bien claro: ni el género chico, ni la revista, ni el cuplé habrían tenido el éxito y el eco popular que tuvieron durante décadas en nuestro país de no haber sido porque Arderíus -actor, cantante y empresario teatral-, introdujera en España, en la segunda mitad del siglo XIX, el género de la ópera bufa, siguiendo el modelo del Théâtre des Bouffes-Parisiens, fundado por Offenbach en París.

Quede claro, pues, desde el primer momento, que a todos estos nombres debemos hoy que un espectáculo como ‘Los bufos madrileños’, lleno de alegría, de diversión, de música y letras de tono popular y pegadizo, salpicada con momentos burlescos y picantes, es posible por un acertadísimo y escogido ramillete de actores, cantantes y músicos como son Clara Altarriba, Chema del Barco, Paco Déniz, Eva Diago, Natalia Hernández, Beatriz Miralles, David Soto Giganto, además del director del espectáculo y su director musical, es decir, Rafa Castejón y Antonio Comas. Espléndidos, burlones, jocosos e hilarantes todos ellos.

Atrapa desde el primer momento del montaje, una breve introducción teatralizada que ilustra la figura de Arderíus, su compañía teatral y la época de los convulsos años que antecedieron y sucedieron a la revolución de 1868, la Gloriosa, que fue el momento en el que surgió este fenómeno musical y teatral que tanta influencia dejaría en décadas posteriores.

El grueso del espectáculo, no obstante, lo constituye la representación de Los órganos de Móstoles, una zarzuela ligera, en tres actos que cuenta la loca idea de un padre que no se le ocurre mejor cauce para desprenderse de sus hijas que la de anunciar en el periódico su pública subasta. Ya en edad casadera, se las dará en matrimonio a los caballeros mejores postores que pujen más alto por ellas. Las hijas -tres eran tres, como las hijas de Elena-, son de armas tomar y no se dejan manipular ni siquiera por su padre... La aparición en escena de un vecino de la familia, Don Juan Tenorio (¡vaya lección de interpretación la de Rafa Castejón...!), será el catalizador que busque una vía de salida a las tres hermosas jóvenes. La pieza entera está llena de fiesta y de bullicio y, si tuviera que escoger una sola escena, me quedo con la declaración de Don Juan a su Doña Inés (Pilar, Clara Altarriba), cantándole a ritmo de swing una adaptación particular de los famosos versos de “¿No es verdad, ángel de amor, que más pura la luna brilla y se respira mejor…?”

Magnífico también el trabajo del equipo artístico del montaje: desde la sencilla, elegante y eficaz -como siempre- escenografía de Alessio Meloni; la precisa y delicada luz de Juan Gómez-Cornejo; el precioso vestuario de Gabriela Salaverri, y el claro y nítido diseño de sonido de Benigno Moreno.

El montaje no sólo gustará a los amantes del género chico porque, en realidad, estos son aún sus precedentes, sino también e incluso a quienes no se sientan especialmente inclinados por él. Y extraordinario el descubrimiento de un nuevo director de escena en la figura de Rafa Castejón en la que nuevamente incide Lluis Homar, después de aquel otro afortunado montaje de Valor, agravio y mujer, con el que también se inició en La Comedia como directora otra actriz de referencia, Beatriz Argüello. Nadie, ni grandes ni chicos, debiera perderse este espectáculo porque a todos va a agradar un montaje que sólo busca “Distraer la imaginación /con pensamientos risueños /y agradable diversión, /es la única aspiración /de ‘Los Bufos Madrileños’”.

‘Los bufos madrileños’

Un espectáculo a partir de la figura de Francisco Arderíus y la zarzuela bufa Los órganos de Móstoles, con música de José Rogel y libreto de Luis Mariano de Larra

Dirección y versión: Rafa Castejón

Dirección musical: Antonio Comas

Reparto: Clara Altarriba, Chema del Barco, Rafa Castejón, Antonio Comas, Paco Déniz, Eva Diago, Natalia Hernández, Beatriz Miralles y David Soto Giganto

Dirección adjunta y coreografía: Nuria Castejón

Escenografía: Alessio Meloni

Iluminación: Juan Gómez-Cornejo

Vestuario: Gabriela Salaverri

Diseño de sonido: Benigno Moreno

Producción: Compañía Nacional de Teatro Clásico

Teatro de la Comedia, Madrid

Del 21 de diciembre de 2023 al 14 de enero de 2024