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Obra 'Sueño de una noche de verano'
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Obra 'Sueño de una noche de verano'

'Sueño de una noche de verano': Facal adapta a Shakespeare

lunes 06 de junio de 2016, 17:44h

Darío Facal abrió la temporada del Teatro Español con su versión de ‘El burlador de Sevilla’ y cierra ahora la de las Naves del Matadero con ‘Sueño de una noche de verano’, de Shakespeare, que ha traducido junto a su ayudante de dirección Javier L. Patiño. La lucha de sexos, la impulsividad de unos y otros, la pérdida de la identidad, la influencia del entorno natural en nuestras vidas, el animalismo o el travestismo son solo algunos de los temas que la compañía Metatarso ha subrayado con indudable comicidad en la nueva versión del clásico que permanecerá en el escenario de las Naves del Español hasta el próximo día 12 de junio para continuar después con el periplo emprendido hace ya más de un año por escenarios de toda España.

En un espacio escénico diseñado por María de Prado, a un lado hay una mesa alargada y varias sillas metálicas y, diseminados en medio de un bosque, con diversos animales disecados, cuelgan bustos, calaveras, astros, formas poliédricas, un corazón. Al fondo, también sobre una pantalla, van cayendo ilustraciones casi naif que, a modo de sábanas, enmarcan el espacio de lo que acontece en cada escena, que un display situado también al fondo, ubica al público asistente en el espacio físico donde tienen lugar los hechos a los que asiste el espectador (palacio de Atenas, un jardín de Atenas, el bosque…). Algol parecido hizo Facal en ‘El amor de Don Perlimplín…’ como ya comentamos recientemente.

Lo que sucede en este ‘Sueño de una noche de verano’ de Facal es “una fiesta del teatro”, que transcurre en un bosque de la Grecia clásica en donde el amor circula como el aire, del que no se pueden zafar ninguno de los personajes mitológicos y fantasiosos que por allí pululan. Pero la legítima apuesta de Facal por poner el énfasis del montaje en una visión cómica, hilarante y juguetona del amor, al mismo tiempo la aleja de la original óptica shakespeariana del amor poético y trascendente que el genio británico plasma en su texto original y que el espectador no encuentra aquí por ningún lado.

Con todo, el montaje interesa sobre todo por ver en acción al imponente cuadro de excelentes intérpretes, que es capaz de captar la atención del espectador más crítico y hacerle pasar un rato inolvidable: Carmen Conesa, Alejandro Sigüenza, Emilio Gavira, Vicente León, Agus Ruiz, Óscar de la Fuente, Antonio Lafuente, Alejandra Onieva y Katia Klein, divierten y se divierten en una trama que circula en tres planos distintos y paralelos.

En uno de esos planos, el duque y la reina de las amazonas están a punto de casarse, pero antes de que se celebren los esponsales, y las fiestas populares que llevan aparejados, deben mediar en un conflicto de compromisos maritales. Como no hay consenso entre las parejas, estas huyen al bosque en el que las hadas y los duendes compiten con Cupido en su labor de herir sus corazones con las flechas del amor. Allí, en el interior del bosque, dirimen también sus diferencias, los reyes Titania y Oberón. También el geniecillo Puck -encarnado por el soberbio Emilio Gavira-, hace de las suyas con el elixir de una flor que, aplicada durante el sueño sobre alguien, tiene el poder de que este se enamore del primer ser (animal o persona, da igual), que vea nada más despertarse. Y, por último, el tercer argumento lo conforma una representación teatral que han preparado unos artesanos en honor de Hipólita y Teseo. La función gira en torno al episodio de Píramo y Tisbe, que se encuentra en la ‘Metamorfosis’ de Ovidio. El esperpento resultante es tan hilarante que las carcajadas resuenan en toda la sala por mor de los excesos de los esforzados y “limitados” actores… Mención especial merecen Óscar de la Fuente, con su creación de Francisco Flauta; Agus Ruiz en Nicolás Trasero, y Katia Klein, estupenda en sus papeles de Tomasa Morros (la calderera), y Helena.

Una vez más, y partiendo del texto de un clásico, Facal ha adaptado sus contenidos para traerlos a nuestro tiempo y conformar así un lenguaje y una visión personalísimas que definen claramente su teatro. Eso es justamente lo que ha hecho en las cuatro obras que hemos podido ver en los últimos meses: ‘Amistades peligrosas’, ‘El burlador de Sevilla’, y ‘Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín’ y, ahora, con este ‘Sueño de una noche de verano’.

Como todo es cuestión de gustos, y el deber del crítico es explicar el por qué de esos gustos, creo honesto apuntar que, de todos ellos, este lo pondría en cuarto lugar, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que no merezca el interés del espectador.



‘Sueño de una noche de verano’

Autor: William Shakespeare

Versión y traducción: Javier L. Patiño y Darío Facal

Dirección: Darío Facal

Ayudante de dirección: Javier L. Patiño

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