Crítica de la obra de teatro 'Sweet Sixty': tengo más de 60, ¡y qué!

Caty de la Cuesta Navarrete es una sesentona que ha sabido sortear alegrías, tristezas, dificultades y contratiempos hasta aterrizar ahí con una dignidad que a muchos les gustaría imitar si alcanzan, como ella, la dicha de llegar a cumplir las seis decenas en esta vida. El personaje, encarnado por Celia Bermejo, es la única protagonista de la fiesta de los ‘Sweet Sixty’, un teatro cabaret que ha podido verse durante unos cuantos días por ahora -al menos- en La Usina para sorpresa de unos, regocijo de otros y escándalo de unos cuantos (estos últimos yo diría que constituyen una cifra casi, casi despreciable).

Cara a cara con el público a muy pocos metros del escenario, Celia baila claqué, canta, se mueve como una ninfa, maneja títeres y se mete en la piel de varios personajes (Caty niña, adolescente, joven y madura…; su madre, su abuela, su padre, una presentadora de espectáculos de boxeo…), para contar la historia de vida de Caty en una autoficción divertida, a veces incluso descarada, en la que los coetáneos de la sala se ven más que identificados. Ahí salen a colación desde los anuncios de épocas bien remotas (ginebra Foking, Fundador…), hasta las trifulcas familiares, los ligues, los pecadillos íntimos y la denuncia de un sistema que parece haber olvidado a quienes más años cumplen y, por tanto, han demostrado tener más salud, más fuerza, más vitalidad y más ánimo. Y, sin embargo, ahora nadie llama para contratarla: “tengo vacío de nada…”.

Con todas las señales del paso del tiempo a cuestas (arrugas, carnes flácidas, michelines imposibles de bajar ya, los primeros síntomas de la falta de memoria…), Caty se burla de todo y de todos, comenzando por ella misma, para intentar decir al mundo que los mayores siguen siendo personas humanas de carne y hueso y que, por tanto, exigen su lugar en la sociedad por la que tanto han hecho durante décadas.

Bajo la dirección de Walter Velazquéz, Celia Bermejo -que también ha escrito el texto-, transita de personaje en personaje en cuestión de fracciones de segundo y con apenas un pañuelo que se quita o se pone, con un giro corporal, y con una voz maravillosa que maneja con la soltura de quien viene haciéndolo con oficio ya durante años. El público está ganado desde el primer momento y, a veces, corea con ella los chascarrillos que tiene la Caty, sus canciones, y celebra en todo momento las ocurrencias y las vivencias de esa mujer normalita que, como todos, ha hecho auto-stop, se ha ido alejando de la Iglesia, ha tenido sus aventuras amorosas y, después de tanto, y a las puertas de la vejez, de pronto se ve sola y la única alternativa posible e inmediata que encuentra es la de tener un perrillo a quien dar cariño y del que recibirlo multiplicado por diez.

‘Sweet Sixty’

Autora: Celia Bermejo

Dirección: Walter Velazquéz

Intérprete: Celia Bermejo

Iluminación, espacio sonoro y fotografías: Javier Botella

Títeres: Rosa Fernández

Cartel: Carlos Brayda

Vestuario, escenografía y producción: Celius Company Corporeison

Agradecimientos: A mi madre, Morboria teatro, La Zaranda, Cristina Corrales, Pepe Núñez, José Luis González, Carampa, Ayna Whistler, Lo Máximo, Aisge, Concha Torres, Willy Monroe, Monica Botella, Carlos Bandrés, Montse Portero, Malena Gutiérrez y a todos los que me han aguantado a diario, en este largo proceso

Sala La Usina, Madrid

17 de septiembre de 2023