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'Patria': reseña de la nueva serie de HBO
(Foto: HBO)

'Patria': reseña de la nueva serie de HBO

miércoles 11 de noviembre de 2020, 08:18h

Con una gran repercusión comercial y tras haber sido traducida a más de treinta idiomas tan solo era cuestión de tiempo que 'Patria' (2016), la novela de Fernando Aramburu, tuviese su adaptación audiovisual.

Efectivamente, a finales de septiembre de 2017, HBO España anuncia la creación de su primera serie, basada en dicha novela. La ficción puso su punto y final este pasado fin de semana. Habiendo leído la novela y habiendo visto la serie, ¿qué nos ha parecido? Lo comentamos, sin spoilers.

Estrenados los primeros episodios en septiembre, el drama de Aitor Gabilondo recibe elogios de crítica y público. Semanas después se alza con el Premio Ondas a la mejor serie dramática. Parece que nos encontramos ante un producto impresionante y, desde nuestro punto de vista, lamentamos discrepar. A pesar de ello, la serie tiene elementos a destacar. Hablemos de ellos. Porque no se puede hablar de Patria sin mencionar a Elena Irureta y Ane Gabarain interpretando respectivamente a Bittori y a Miren. La primera, una viuda cuyo marido ha sido asesinado por ETA. La segunda, una madre de familia radicalizada cuyo hijo mayor ha entrado en la lucha armada. El asesinato del Txato (José Ramón Soroiz) marca el rumbo de la vida de estos dos personajes principales durante años, hasta que ETA depone las armas y comienza la historia de Patria. Todas las interpretaciones de Patria con convincentes, pero Irureta y Gabarain brillan especialmente.

Y, sin embargo, y a pesar de que la trama gire en torno a estas dos cabezas de familia, no podemos afirmar que Bittori y Miren sean el corazón de la serie. Ese lugar lo ocupan, al igual que en la novela. Arantxa (fantástica Loreto Mauleón) y Gorka (Eneko Sagardoy). Y resulta imposible el visionado de Patria sin empatizar especialmente con ellos dos. Cualquier espectador querrá traspasar la pantalla y, simplemente, darles un abrazo y decirles que todo va a ir bien. A pesar de ello, nos preguntamos por qué Aramburu decide convertirlos en víctimas por partida doble, pues no podemos comprender a estos personajes si no es una, en silla de ruedas tras sufrir un ictus, y el otro, víctima de la homofobia de la época.

¿Más cosas buenas de 'Patria'? Sus aspectos técnicos y ambientación. Normalmente HBO es sinónimo de calidad en estos aspectos y, una vez más, no defraudan. No soy el indicado para hablar de la naturalidad que transmiten las escenas o de la verosimilitud de la recreación histórica pues no he crecido o vivido en Euskadi, pero me consta que quien si lo ha hecho ha elogiado el trabajo como sobresaliente. Escenarios, vestuario, peluquería y maquillaje (estupendo el empleo de estos recursos para retratar las distintas épocas), todo transpira naturalidad. Y por último (y muy importante): al igual que la novela, la serie es tremendamente entretenida. De no querer soltar el libro a desear tener a mano el siguiente episodio (y eso que alguno supera los 50 minutos de duración). De nuevo, al igual que en la novela, triunfan dos decisiones narrativas: por un lado, la historia no se cuenta en orden cronológico, lo que añade una capa de complejidad al relato; por otro, cada episodio se centra más en un par de personajes principales. Si bien prácticamente la totalidad del elenco aparece en los ocho capítulos, en cada uno de ellos conoceremos mejor a alguno de los personajes. Gorka, por ejemplo, pasa bastante desapercibido durante la primera mitad de serie para después brillar en el quinto episodio. Estas técnicas también permiten a Aramburu y al equipo de guionistas mostrar el mismo evento desde distintos puntos de vista. Así pues, a una de las escenas clave de la serie volveremos más de una vez, obteniendo cada vez más información, como si de un puzle se tratase.

Nos resulta más complicado hablar de los “contras” de 'Patria', y sobre todo tras la polémica del póster, vilipendiado por la derecha española y criticado por el propio Aramburu. Pues esperábamos un producto arriesgado, incómodo al nivel de otras obras con elevado contenido político de HBO (The Wire, Show me a Hero) e, incluso, según se dijo, “necesario”. Lamentablemente nos hemos encontrado con una serie en la línea de la novela: simplemente correcta, convencional y que juega sobre seguro. En cualquier otra circunstancia esto no es necesariamente algo malo, pero cuando la televisión ha pasado casi siempre de puntillas con cualquier cosa que tuviera que ver con ETA y por fin se aborda el tema, deseábamos que Patria hubiese ido un poco más allá. El material promocional prometía abordar ambos puntos de vista de la historia y, sin embargo, nos encontramos con una visión sesgada y en ocasiones maniquea en la que un punto de vista se aborda en profundidad y el otro con brocha gorda. ¿Cómo acaba alguien formando parte de ETA? ¿En qué punto Joxe Mari (Jon Olivares) o Miren se radicalizan de tal modo? Ni Aramburu ni Gabilondo parecen tener interés en contarlo. Cuando se narran los hechos desde el punto de vista de Joxe Mari, él ya está completamente vinculado con la causa de la banda terrorista. No existe un desarrollo de personaje que nos lleve a este punto. Más sangrante es el caso de Miren. Imperdonable que, siendo uno de los personajes principales, no exista un arco narrativo en el que se nos explique el porqué de su evolución tras la estremecedora escena del autobús. Miren está retratada con la sutilidad de un obús nuclear, la profundidad de una villana Disney y menos características redimibles que Cersei Lannister. Es, simplemente, “la villana”. Una oportunidad perdida para profundizar y reflexionar. Probablemente a propósito, pues por supuesto que es controvertido y espinoso abordar uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente de nuestro país.

Terminemos hablando del idioma. Si bien es comprensible que se pretenda que un producto con este presupuesto y magnitud tenga el mayor alcance posible, nos mantenemos en la postura firme de que la serie debió haber sido rodada en euskera. La suspensión de incredulidad pudo funcionar con 'Fariña' (2018), en la que los personajes gallegos apenas hablaban el idioma; pero aquí no nos sirve. El euskera como idioma es uno de los temas centrales de la serie y del conflicto. No tiene ningún sentido que los personajes mantengan conversaciones en castellano explicando la importancia de utilizar el euskera y tildando al castellano de idioma opresor. Por un lado, es algo que saca al espectador del episodio. Por otro, supone otra oportunidad desaprovechada de impulsar un idioma vulnerable que convive con otro en una situación de diglosia. Ha ocurrido con el gallego en 'Fariña' y vuelve a ocurrir con el euskera en 'Patria'.

Y, a pesar de todo esto, ¿nuestra opinión? Vedla. Juzgad por vosotros mismos. Que no os echen atrás las críticas o la polémica con el cartel. Patria es una serie correcta, que engancha, hecha para gustar y con final cerrado. Son sólo 8 episodios y la tenéis en HBO.

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