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Una menor, maltratada hasta la muerte

Una menor, maltratada hasta la muerte

viernes 28 de julio de 2017, 11:11h

La pequeña Naiara de tan sólo 8 años, supuestamente estuvo sufriendo continuos malos tratos, por parte un familiar hasta fallecer. Parece ser que nadie se percataba de estos malos tratos, aun expresándolo la menor con conductas impropias de una niña de su edad, como, por ejemplo, orinarse encima.

Esta situación nos desvela la escasez de conocimientos en la sociedad, respecto a la detección de conductas o elementos fundamentales necesarios para determinar cuándo un menor no está bien, y hay algo que le ocurre o preocupa. Centrándonos en el ámbito educativo, los profesores pueden conocer o sospechar de las situaciones de maltrato por distintas vías, por comportamiento desajustado del niño o cambios en él, por signos o lesiones físicas, porque el alumno lo cuenta directamente o se lo cuenta a otro niño.

Los problemas que tienen los menores maltratados se traducen en unas manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales. Los niños que han sufrido maltrato pueden presentar algunas de las siguientes características, baja autoestima, conductas negativas, retraimiento, incapacidad para confiar o amar a otros, conducta agresiva, problemas de disciplina y rabia, pasividad, miedo a establecer relaciones nuevas, entre otras.

Los menores, víctimas de maltrato, tienen numerosos problemas en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales, conductuales y socio-cognitivos por lo que no desarrollan un adecuado de su personalidad. Por este motivo, es importante saber detectarlo n el menor tiempo posible.

En este sentido, es fundamental que el profesorado observa a los menores y si observa comportamientos que no son acordes con su edad o que distan mucho de su manera habitual de actuar, deben hablar con los menores, exponiéndoles su apoyo y confianza para lo que necesiten. Si el menor, decide contarlo en ese ambiente de confianza, se debe transmitir la idea de que no es culpa suya.

Entre los indicadores físicos podemos encontrar, dolor corporal, golpes, quemaduras o heridas en alguna zona del cuerpo, dificultades para andar o sentarse, mordeduras humanas, cortes o pinchazos, fracturas de nariz, etc. También existen indicadores en la conductas de los menores como pueden ser, pérdida de apetito, trastornos del sueño, hiperactividad, regresión de conductas, tendencia al secretismo, agresividad, problemas escolares, llanto, resistencia a desnudarse o bañarse, aislamiento social, enuresis o encopresis, etc. Entre los indicadores más habituales en términos emocionales podemos encontrar, tristeza, irritabilidad, miedo, odio, sentimientos de culpabilidad, impotencia, vergüenza, frustración, etc.

Es completamente fundamental, que en el ámbito escolar se atienda a cualquier indicador en los menores, pues son personas muy vulnerables y en muchas ocasiones no se ven con fuerzas para expresar su dolor.


Análisis elaborado por Paloma López & Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez'
Calle Velázquez 53, Madrid - 650541532
www.psicologiavelazquez.com


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