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Patronal y sindicatos dan por hecho que el Gobierno tendrá que legislar

Qué está en juego en la inminente reforma laboral

martes 10 de enero de 2012, 08:51h
La reforma laboral con la supervisión del nuevo Gobierno del PP empieza de nuevo con mal pie, como acabó la del PSOE. Además de avisar ya del retraso en la presentación de un borrador por parte de los agentes sociales, -hay que recordar que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy mencionó que el 7 de enero habría un documento pero ahora se habla del 12 de enero-, no parece que se vaya a llegar a un acuerdo sobre el abaratamiento del despido y las fórmulas de contratación. Y estas dos, que son las claves del cambio en el mercado de trabajo para empresarios y Ejecutivo, no lo son para los sindicatos. Con este panorama todo parece indicar que habrá decreto ley por parte del Gobierno.

  • Agencias


  • EFE

Y eso a pesar de la clara advertencia realizada por la nueva titular de Trabajo. "Este es el Ministerio del diálogo social y de las reformas para el empleo", aseguraba el pasado lunes la nueva titular de Empleo, Fátima Báñez, en clara advertencia a los agentes sociales, que contrarreloj negocian por encargo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una reforma del mercado de trabajo que ayude a frenar la sangría del paro y la destrucción de empleo.

Las negociaciones que mantienen empresarios y sindicatos van a toda mecha, los encuentros son periódicos, pero las posibilidades de que puedan presentar al nuevo Ejecutivo un acuerdo global este mes son más que remotas, según reconocen en privado ambas partes. Una situación que obligaría al Gobierno a tomar la iniciativa y legislar también en materia laboral.


Dónde hay acuerdo


Para 'salvar la cara' habrá acuerdos sobre la gestión de las mutuas de accidentes de trabajo, el control del absentismo laboral o la formación continua, materias que esperan cerrar la próxima semana, como también el pacto para trasladar los festivos a lunes.CEOE, UGT y CC.OO. están prácticamente de acuerdo en trasladar tres días festivos anuales a lunes, con lo que se evitarían festividades como los producidos a principios del pasado mes de diciembre. El pacto estaría también prácticamente sellado en la solución extrajudicial de conflictos, cuya vigencia se extendería hasta 2016.


Dónde no lo hay


Y precisamente es en las claves donde no hay ninguna intención de converger, como ha ocurrido en los cuatro últimos años por parte de sindicatos y patronal. Esta, por vía de su vicepresidente y líder de la patronal madrileña,Arturo Fernández, ya avisó hace un mes de que abaratar el despido era indispensable para que los empresarios se animaran a contratar. Toda una declaración de intenciones que los sindicatos no pueden asumir, en lo que se ha venido a llamar el considerado núcleo duro de las negociaciones. En este núcleo se incluirían negociar la entrada y salida del mercado de trabajo, contratación y despido.

Sobre la extinción de la contratación, se trataría de aclarar las causas del despido de forma que no sean los jueces los que, en última instancia, tengan que interpretar si el despido objetivo de 20 días procede o no, como ocurre en la actualidad. La imposibilidad de aplicar este despido económico es el que obliga, en la mayoría de los casos, a los empresarios a prescindir de sus trabajadores con indemnizaciones de 45 días por año, las que recoge el despido improcedente.


Contratación y despido

Más que difíciles también se presentan las negociaciones en contratación. En materia de contratación, los sindicatos son partidarios de implantar el denominado modelo alemán de formación dual, el que combina formación con trabajo remunerado en empresas y advierten de que la reducción de los modelos de contratación es otro escollo.

En el caso de los contratos de formación, las diferencias estarían en que los empresarios quieren eliminar el límite de edad, que temporalmente se elevó de 25 a 30 años, y que tenga más carácter laboral que formativo, lo que choca de plano con los sindicatos.

Y si en estas materias el pacto es más que difícil, no lo es menos en salarios. Mientras la CEOE ha puesto su propuesta de sueldos extremadamente moderados sobre la mesa, las centrales sindicales defenderán subidas de sueldos en torno al 1%. Tanto CEOE como sindicatos dan prácticamente por hecho que el nuevo Gobierno tendrá que legislar.
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