Ya se sabe que, como aquella antigua canción de Marisol, la vida es una tómbola (tom, tom, tómbola). Cual se ha convertido el otrora dignamente exigente coso de Albacete, que ahora rifa orejas similares a las de las plazas de talanqueras o menos. Con un público festivo y jaranero y un usía cómplice, el resultado era el lógico. Si bien es cierto que no podía librarse Albacete del declive generalizado de la Fiesta, al menos la capital manchega no ha bajado el nivel en la presencia del toro, lo que, recordando al gran José Luis Cuerda, no es poco. El caso es que la terna de Alejandro Peñaranda, Nek Romero y Manuel Mazo -y hasta el mayoral de la ganadería, para que el triunfalismo llegara al máximo-, salió en volandas por una chica Puerta Grande, como si hubieran ofrecido una sinfonía de toreo. Que no fue tal.
El encierro de El Montecillo tuvo magnífica aunque no parigual presencia -con algunos de los bicornes a falta de un punto de remate por detrás-, y no habría desmerecido incluso como toro en varias plazas de primera como Valencia. Eso sí, con el denominador tan común ahora de su justeza de casta y fuerzas, lo que impidió la emoción a lo largo de toda la tarde. Pero no importó ya que tras las seis estocadas que se vieron -que no es poco en estos tiempos de pinchaúvas- un resorte hacía que parte de los espectadores sacaran el pañuelo, aunque tampoco fueron peticiones abrumadoras. Pero con Joaquín Coy en el palco, cualquier excusa es buena para que él dispare también su moquero.
Paradójicamente, lo más destacable en cuanto al toreo clásico lo llevó a cabo Mazo, el debutante local y aventajado alumno de la Escuela Taurina. Ocurrió en el que cerró la triunfalista función y no fue para tirar cohetes pero el chaval llevó a cabo una labor con altibajos en la que hubo fases de temple en redondo y al natural con la muleta a rastras. También se lució con el percal al recibir al burel y en un quite. En el otro sí apuntó retazos de su buen concepto y con la espectacular muerte del bicho echó su primer trofeo en el esportón.
Más placeado que sus compañeros, Nek Romero anduvo tranquilo, relajado y con oficio en los de su lote, de cabezas derrotonas por su poca fuerza, y con eso y su efectividad con estoque le bastó para el triunfo. Otro exalumno de la Escuela es Alejandro Peñaranda, reciente vencedor de la serie de novilladas del mes de julio en Las Ventas, quien apuntó algunos detalles en el que abrió festejo pero sin mayor relieve. Ya ni eso con el cuarto, un inválido protestado que Coy mantuvo en el ruedo incluso tirando de su ya famoso pañuelo para cambiar el tercio con dos pares de banderillas impidiendo el tercero ¿…? A este animal que daba pena su matador lo toreó de salón con la nula emoción que se puede suponer.
FICHA
Novillos de EL MONTECILLO, con trapío, blandos, -con 4º inválido-, mansos y nobles. ALEJANDRO PEÑARANDA: oreja; oreja. NEK ROMERO: oreja tras aviso; oreja. FRANCISCO JOSÉ MAZO: oreja; oreja. Los tres salieron a hombros. Plaza de Albacete, 11 de septiembre, 4ª de Feria. Dos tercios de entrada.
Si (
No(
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