Estados Unidos ha dado un paso de gigante en la lucha contra el virus de la inmunideficiencia humana (VIH), conocido popularmente como Sida, con su nuevo fármaco.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha comenzado a comercializar la primera vacuna contra el VIH. Todo un hito en la lucha contra esta enfermedad que tantas vidas se ha llevado por delante y que, a día de hoy, pese a los avances médicos, el virus sigue abriéndose camino.
La nueva vacuna se comercializa bajo el nombre de Yeztugo (Gilead Sciences) y se basa en el fármaco lenacapavir. Este fármaco no es una cura en sí, sino que ayuda a prevenir el contagio del virus.
2 pinchazos cada 6 meses
Uno de sus principales avances es que solo se debe administrar una vez cada 6 meses. Una fórmula mucho más cómoda que los tradicionales fármacos antirretrovirales que suponne la ingesta de una pastilla diaria.
Estas pastillas son la forma de prevención y protección más extendida, ideada para aquellas personas sanas que tienen más riesgo de contagio.
Pero tomar medicamentos cada día no es una situación ideal, por ello esta vacuna, además de su eficacia, podría incrementar la adherencia a este tipo de tratamientos preventivos. Pasar de pastillas diarias a 2 pinchazos cada 6 meses (4 en total en un año), es sin duda un salto cualitativo.
El reto ahora está en los precios
Lencapavir fue uno de los fármacos revelación de 2024 y demostró una eficacia de prácticamente el 100% a la hora de prevenir el virus.
La FDA ha dado luz verde a la comercialización de la vacuna tras 2 ensayos en fase 3 que mostraron una eficacia del 99% en los participantes.
Gilead está ahora trabajando para que la vacuna llegue a más mercados como Europa.
Pablo Ryan, presidente de SEISIDA (Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida) ha celebrado este hito, aunque ahora cree que el reto está en conseguir unos precios accesibles.
"Con la ciencia no basta, necesitamos políticas que garanticen la equidad en el acceso. El reto es el precio", ha remarcado a RNE. Y es que, como ha comentado, los precios de la vacuna en Estados Unidos son muy elevados, en comparación al coste de las pastillas, que pueden ser incluso céntimos.
Por ello cree que ahora es fundamental " negociar, desde la industria farmacéutica y las instituciones públicas, un precio para que sea asequible a todos los países y también a todas las poblaciones".
Según medios especializados, se estima que el coste de esta vacuna será de unos 20.000 dólares anuales. Un precio que, de confirmarse, pocos podrán permitirse.