Luis Rubiales está más rodeado que nunca. El que debía ser su mejor momento tras ganar este año la Selección masculina la Liga de Naciones europea y ahora la femenina el Mundial, se está convirtiendo en su momento más complicado.
El presidente de la Federación de Fútbol se encuentra en el disparadero público y su comportamiento en público tras ganar el equipo nacional femenino el Mundial en Australia ha dado la vuelta al planeta, acaparando titulares en la prensa internacional por el beso no consentido a Jenni Hermoso y también por su gesto agarrándose los testículos en pleno palco de autoridades.
No es algo nuevo. Llueve sobre mojado. Desde que en 2018 asumiera la presidencia para sorpresa de muchos, los problemas no han dejado de llegar en estos 5 años.
Comienzo de las polémicas
Si bien accedió al cargo con ilusión porque muchos aplaudían el fin de la 'era Villar', pronto pasó de las altas expectativas a la decepción más absoluta. Nada más llegar se cargó a Julen Lopetegui, en plena preparación del Mundial de Rusia 2018, porque éste había firmado un contrato para posteriormente a esta cita incorporarse al Real Madrid. Tiró el Mundial, con un entrenador improvisado, Fernando Hierro.
Después llegó Luis Enrique, que lejos de conseguir algún título, protagonizó otra etapa polémica y controvertida por su talante y falta de empatía con gran parte de la afición. Actualmente eligió a Luis de la Fuente, que venía de ser seleccionador de los equipos juveniles y sub-21, ganándose más críticas, puesto que no tiene experiencia en el fútbol de élite.
Más escándalos
Pero de por medio ha habido más escándalos, no deportivos: presuntos desvíos de fondos para intereses personales, acusaciones de varios delitos y también el escándalo del traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí previo contrato millonario logrado a la par con Gerard Piqué.
Ahora, con sus gestos machistas y obscenos en plena final del Mundial femenino, crece la presión para que Rubiales deje el cargo.
Varios miembros del Gobierno han manifestado su contrariedad por su actitud, como la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, por el beso a Hermoso. También el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, que estaba junto a Rubiales en el palco de autoridades, se ha sumado a las críticas.
En el mundo del fútbol no quedan apenas apoyos para Rubiales. Los medios especializados están descontentos con su actitud y sus posteriores justificaciones, que consideran que tienen poco de disculpa.
Y por si fuera poco, regresa al ruedo Iker Casillas, quien intentó hacerle frente para presidir la Federación pero que finalmente desistió al valorar que no tenía suficientes apoyos de las federaciones regionales.
Con humor, y un video-meme de la película 'Pulp Fiction', el ex guardameta del Real Madrid y campeón del mundo en 2010 con la Selección, se preguntó: "A ver que yo me entere: entonces alguien ha dimitido o no? Qué ando perdido…".
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