Los datos del IPC de abril en Estados Unidos que hoy se publican son el principal foco de atención esta semana, aunque también los mercados intentan calibrar si lo peor de la crisis bancaria regional estadounidense ha pasado y si el Congreso elevará el techo de la deuda a tiempo para evitar un impago. Ayer, mientras el reloj avanza hacia el impago de la deuda, el presidente estadounidense y los principales legisladores republicanos se reunían para tratar el aumento del techo de la deuda de 31,4 billones de dólares, con un impago sin precedentes que se avecina en tres semanas si el Congreso no actúa. Antes de la cita no había indicios de que ninguna de las partes fuera a aceptar de inmediato ninguna concesión y así fue.
El presidente demócrata continúa pidiendo a los legisladores que eleven sin condiciones el límite de endeudamiento autoimpuesto por el Gobierno federal y el presidente republicano de la Cámara de Representantes mantiene su postura de que no se aprobará ningún acuerdo que no recorte el gasto para hacer frente al creciente déficit presupuestario. “No he visto ningún movimiento nuevo”, señalo el representante republicano tras la reunión.
En el pasado, las luchas por el techo de deuda solían terminar con un acuerdo apresurado de última hora, evitando un impago. En 2011, la lucha provocó una rebaja de la calificación crediticia del país. Ahora, la situación actual es más arriesgada, ya que las divisiones políticas se han acentuado. La secretaria de prensa de la Casa Blanca ya declaraba el lunes que Biden planeaba decir en la reunión que el Congreso tiene el deber constitucional de actuar para evitar el impago, añadiendo que “el presidente va a ser muy claro al respecto".
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