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Escasez, desabastecimiento e inflación: la bola de nieve que amenaza la economía madrileña
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(Foto: Chema Barroso / MDO)

Escasez, desabastecimiento e inflación: la bola de nieve que amenaza la economía madrileña

martes 23 de agosto de 2022, 08:57h

A las archiconocidas crisis del papel higiénico, la levadura, la harina y, en la actualidad, el hielo, seguirán, con vistas al próximo otoño, las de otros alimentos básicos en nuestra dieta como el pollo o la leche y sus derivados. Todos ellos son productos que, pese a su alta demanda por parte de los consumidores, comienzan a no resultar rentables por su elevado coste de producción, lo que podría terminar por repercutir en serias dificultades para encontrarlos en los estantes del supermercado. La escasez de materias primas, el desabastecimiento de algunos productos y la espiral alcista de los precios son fenómenos que, desde hace meses, a nadie se les escapan ya. Sin embargo, la cuestión se complejiza cada vez más y, como si una bola de nieve se tratase, comienza a afectar a determinados sectores de la economía que, hasta la fecha, habían capeado el temporal con relativo éxito.

Un claro ejemplo de los efectos de la escasez y el incremento de los precios lo encontramos en la obra pública. Tanto es así que, tal y como se anunciaba el pasado mes de julio, la Comunidad de Madrid ha comenzado ya a revisar el precio de los contratos de algunos proyectos que, en mayor o menor medida, se han visto afectados por el aumento de los costes en las materias primas. Los más significativos se dan en el aluminio y el cobre, así como otros materiales siderúrgicos y bituminosos. Este chequeo, que aparece contemplado en el Real Decreto-Ley 3/2022, se aplicará en aquellos casos en los que la subida de ciertas materias primas implique más del cinco por ciento del total de adjudicación de la obra. Tal y como afirman ya desde el Gobierno regional, las revisiones supondrán un impacto para las arcas públicas de hasta 26 millones de euros. Este, no obstante, servirá para “garantizar la viabilidad de las inversiones de mejora de las infraestructuras públicas madrileñas” y, al mismo tiempo, “dar respuesta a las inquietudes del ámbito empresarial en relación a la actual situación económica y el aumento generalizado del coste de las materias primas, garantizando la ejecución de los proyectos en curso, así como los que se vayan a iniciar en próximas fechas”.

Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid ha optado por una posición más cautelosa y, al contrario que la Comunidad de Madrid, aún no ha tomado ninguna decisión a este respecto. “Es un tema del que aún no podemos decir nada porque todavía lo estamos analizando”, reconocen fuentes municipales consultadas por Madridiario.

El sector tecnológico es otro de los que más afectado se está viendo en los últimos meses. Los importantes retrasos en la producción de semiconductores continúan lastrando la fabricación y distribución de chips y microchips, lo que mantiene en vilo a industrias como las del automóvil, una de las más punteras en España. En el día a día de los madrileños, esto se traduce en grandes periodos de espera para comprar un vehículo o poder recogerlo del taller tras una avería, por pequeña que sea, del circuito eléctrico. Tal y como aventura el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, la falta de semiconductores podría dilatarse hasta bien entrado 2023, lo que de manera inequívoca se traduce en pérdidas que se contabilizan por millones en comparación con la actividad propia de cursos anteriores a la pandemia del coronavirus.

"Hay oferta suficiente"

Con el punto final a las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina y la progresiva incorporación de trabajadores y estudiantes a sus puestos, otra cuestión que preocupa y mucho es la fabricación de dispositivos de telefonía móvil, ordenadores, tablets y otros aparatos similares que también requieren de componentes electrónicos concretos para su adecuado funcionamiento. No obstante, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) prefieren ser precavidos y, pese a la alarma generalizada, no poner el grito en el cielo antes de tiempo. “Los productos electrónicos pueden verse afectados por esta espiral de escasez y desabastecimiento porque cada vez se compran más tablets, ordenadores personales e impresoras. Esto podría provocar que se diesen problemas relacionados con el suministro de un modelo concreto, pero lo cierto es que hay suficiente oferta. Si el consumidor no encuentra ese modelo, podrá encontrar otro. Hay alternativas suficientes de compra”, afirman.

La subida de los precios de la celulosa también se ha dejado notar en el tejido empresarial español. Tal incremento afecta, como es lógico, a la producción de papel y cartón y, por ende, a medios de comunicación impresos y editoriales. También a otros sectores como la industria farmacéutica, lo que, pese a no generar aún desabastecimiento, si podría dar lugar a retrasos a la hora de adquirir determinados productos.

Héctor González, responsable de producción de una importante industria cartonera con sede en Móstoles, explica a este digital como los precios han alcanzado cotas nunca vistas: “Las subidas en los precios del papel y el cartón vienen arrastrándose desde el inicio de la pandemia y continúan hoy en día. El ecommerce nunca se detuvo, lo que provocó que la demanda subiese muchísimo. Esto se suma a la mayor demanda de productos concretos, como el papel higiénico, y que la oferta ya era baja de por sí, fruto de los elevados costes, las dificultades técnicas y los permisos necesarios a nivel de emisiones. Además, hemos registrado subidas del papel nacional de entre el 50% y el 55% en el último año. Del mismo modo, los papeles internacionales, procedentes de Estados Unidos y Alemania, han subido por encima del 100 por ciento. En la actualidad, el cliente final está pagando en torno a un 80 o un 100 por ciento más y no se prevé una solución inmediata porque la oferta sigue siendo muy baja y los precios de la energía y las materias primas necesarias en el proceso de producción, como el almidón, continúan al alza”.

Pese a todas estas cuestiones, motivadas fundamentalmente por los conflictos geopolíticos en ciernes, el incremento del precio de la energía, el periodo de ajuste necesario entre oferta y demanda aparejado a la recuperación del consumo tras la pandemia y la inestabilidad del sector del transporte de mercancías, continúa habiendo esperanza para la economía madrileña. Tanto es así que, en lo que llevamos de año, la región se sitúa como la segunda mayor exportadora del país, solo superada por Cataluña y seguida por Andalucía, la Comunidad Valenciana y el País Vasco.

Encarecimiento, el verdadero problema

Pese a las ya mencionadas previsiones de escasez en ciertos sectores, representantes de diversos colectivos relacionados tanto con la producción como con el consumo advierten que el verdadero problema se relaciona con el encarecimiento de los precios y no tanto con desabastecimiento de los productos finales. En esa línea, desde la OCU advierten que “en los próximos meses se espera un incremento generalizado de los precios en muchos productos, aunque depende de cada sector y aún no se pueda hablar de cifras concretas”.

Desde el sector agrícola, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), Pedro Barato, asegura que no habrá desabastecimiento, aunque sí un importante encarecimiento de los productos como consecuencia de los altos precios de la energía, de las materias primas y de los efectos de la sequía. Tal importancia revisten estos factores que la cosecha del cereal a nivel nacional ha caído un 30 por ciento, la del girasol ha sido un 50% inferior y la vendimia en determinadas zonas de nuestra geografía, sobre todo en el centro y el sur peninsular, ha tenido que adelantarse por las altas temperaturas.

En esa línea, Barato no ha dudado en cargar contra la postura adoptada por el Gobierno de España y la Unión Europea. "No se ha hecho nada. Lo más triste es que el desde el Ministerio para la Transición Ecológica se va en contra de las obras hidráulicas, de los regadíos, de la riqueza y no está haciendo absolutamente nada", ha lamentado. En cuanto a la Política Agraria Común (PAC), el presidente de ASAJA pone el foco en que “no sea una política donde se incentive la producción” y, sin embargo, “se pongan tantas trabas”.

A las críticas contra el Gobierno central se suma CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE. La patronal madrileña se han posicionado en contra del plan de ahorro energético y reprocha al Ejecutivo la falta de estrategia en sus políticas. También que no se haya tenido en cuenta a los afectados a la hora de diseñar un plan que, a su juicio, “perjudica gravemente la actividad y carece de medidas que favorezcan la producción y el empleo”. Todo ello, vaticinan, dará lugar a una “ralentización en la creación de puestos de trabajo si no se produce un cambio de rumbo”.

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