Emprender online tras la pandemia, un negocio en alza

Marzo de 2020. Pocos podremos olvidar esa fecha que nos paralizó. Una pandemia que nos recluyó en nuestras casas y que algunos supieron usar para reinventarse y lograr transformar sus vidas a nivel laboral y, por supuesto, a nivel profesional. Pero ¿cómo lo hicieron? Las redes sociales, especialmente Instagram y LinkedIn, hicieron mucho. Es curioso el caso de mujeres como Ana, de 45 años, que vio cómo, o cambiaba su forma de hacer las cosas, o los ahorros iban a durar poco. Es una de tantas mujeres que decidieron ponerse manos a la obra para poder gestionar sus negocios de una manera que hasta ese momento no habían hecho. Pero no estaban solas. Hablamos con varios expertos en mentorizar, guiar a las personas que, como Ana, dieron un giro radical en sus vidas.

Rubén de Gracia, resume de una sencilla manera qué hace por sus clientes: “ayudo a que sus potenciales clientes los descubran, conozcan, confíen en ellos y pidan presupuestos que acaben en ventas, pero como un buen perfil en Linkedin no es suficiente y depender solo de de que te encuentren es muy arriesgado, también les ayudo a saber detectar a sus mejores clientes y poder vender”. De Gracia lo tiene claro: “Toda emprendedora o empresaria necesita dos cosas. Más clientes para mantener la línea de flotación del negocio y poder generar ingresos o mejores clientes para tener más tiempo libre, poder conciliar mejor, pero seguir facturando igual o más. Muchas veces tener menos clientes pero que paguen mejor por tus servicios, acaba dándote una vida más tranquila, con más posibilidad de estar con tu familia y con unos ingresos muy similares.

Errores comunes

El principal error es el miedo que lleva a tirar los precios. Muchas personas se sienten pequeñitas al arrancar un negocio y piensan, ¿cómo voy a cobrar yo esto si acabo de empezar?, mejor cobro algo pequeñito y luego ya veremos. Esto de cobrar poco está genial si necesitas casos de éxito o testimonios, el problema, es que te puede anclar en los precios bajos en tus futuros clientes y eso es una rueda de la que es complicado salir.

Rubén de Gracia tiene claro cómo ayudar a sus clientes. “En primer lugar hacer que los clientes te encuentren y saber encontrarlos, conseguir reuniones de venta, ganar visibilidad y sobre todo saber convertirlos de potencial cliente en cliente de pago. Me baso en Linkedin como la primera piedra de todo el proceso ya que te permite conocer mucho de una persona incluso antes de la primera reunión, no solo su historial laboral o su puesto si no su personalidad en base a sus textos, de forma, que vas a las primeras reuniones con los deberes ya hecho y sales con ventaja. Después aprendemos a dominar la venta telefónica, el email marketing y la negociación, pero como siempre digo, el primer paso es prospectar bien porque si has filtrado bien y ya tienes un buen cliente al inicio, ya tienes el 80% del camino recorrido.

Marielys Ávila es experta en la creación de programas de mentoring de alto valor. Tiene las cosas clarísimas en cuanto se presenta una potencial clienta. No son matemáticas puras pero casi siempre las que triunfan, explica, “están motivadas por sus familias, por hacer algo y no quedarse donde estaban, confiando en ellas mismas y en poder compartir su sabiduría por medio de formaciones, coaching y terapias online. No había otro camino más que reinventarse frente a una pandemia que nadie tenía idea de cuánto iba a durar ni cuáles serían las consecuencias”, explica.

¿Cómo las ayuda?

Primero que nada, “creando la mentalidad correcta como empresarias y emprendedoras, estoy convencida de que los empresarios exitosos en el mundo no piensan como el promedio de los humanos; la mentalidad es la clave de todo”, asegura.

Una mentalidad mediocre se quiere hacer rica de la noche a la mañana, una mujer con mentalidad empresarial conoce los procesos y entiende que para crear un negocio escalable a largo plazo se necesita tiempo, energía y dinero. Así es como las ayudo en la parte de mentalidad. En la parte estratégica, las ayudo a crear sistemas de ventas y modelos de negocios escalables, pero no necesariamente difíciles, no creo en embudos de ventas complicados ni estrategias que parecen una telaraña, pienso que lo más simple siempre ha funcionado porque antes de los embudos y las automatizaciones siempre se ha vendido, y aunque todo eso se puede utilizar como ayuda secundaria las ventas siempre se van a basar en la confianza.

De eso estoy convencida, y más después de una pandemia… Gente que no te conoce no te compra, las ventas se basan en la confianza. necesitamos más el contacto con la gente con nuestros prospectos y no dejarle todo a las apps, programas, funnels y automatizaciones. Creo en las marcas humanizadas y es así como enseño a vender.

Para mí, vender es ayudar. Soy bastante estricta, pero a la vez muy humana, aparte no practico el marketing puro y duro, sino que he creado mi propio sistema integral de marketing, crecimiento personal, espiritualidad y ventas conscientes.