Todo lo que debes tener en cuenta cuando compras una moto de segunda mano

España es un país con muchos amantes de los vehículos de dos ruedas, especialmente en aquellas regiones en las que su clima templado permite disfrutarlos aún más. Comprar una moto está a la orden del día y el mercado de segunda mano ofrece muchas opciones interesantes. De hecho, se estima que duplica al de motos nuevas. Pero ¿qué hay que tener presente a la hora de valorar esta opción?

Lo cierto es que, según datos de la Asociación de Fabricantes e Importadores (ANESDOR), el primer semestre de 2021 fue bastante movido en este sector, ya que se vendieron 2,3 motos de segunda mano por cada nuevo modelo recién salido del concesionario.

Si nos fijamos en las ventajas económicas, parece que las motos de segunda mano tienen las de ganar puesto que su precio de venta suele ser más económico, nos ahorramos el Impuesto de Matriculación, y podemos encontrar muchas ofertas para el seguro de moto. Sin duda, todos estos aspectos favorecen a este próspero mercado.

En el caso de que queramos adquirir una moto usada, es preciso que tengamos en cuenta una serie de detalles. Aquí exponemos algunas recomendaciones básicas que conviene tener en cuenta a la hora de comprar una moto de segunda mano:

Elige bien el modelo

Escoge una moto que realmente se ajuste a lo que necesitas. Piensa bien en el uso que vas a dar a la moto y por dónde vas a circular para elegir la moto que mejor se ajuste a tus necesidades. Deja que el sentido común tome el control y no te dejes llevar por impulsos.

Compara precios

Aunque es cierto que puede ser un poco tedioso tomarse la molestia de consultar en varios establecimientos o particulares, conviene hacerlo, pues podemos ahorrar mucho dinero con este sencillo gesto.

Elige un establecimiento de confianza

Es conveniente adquirirla en algún concesionario especializado, ya que son los que más garantías ofrecen. De esta manera, si algo no funciona correctamente, siempre podremos reclamar sin mayor problema.

No obstante, en el caso de decantarnos por un particular, debe ser alguien que inspire confianza tanto en el trato como en las posibilidades que nos ofrece de constatar el estado de la moto. Además, conviene informarse de las razones que motivan la venta de la moto. Nos puede aportar datos muy valiosos.

Inspecciona la moto y pruébala

De esta manera, no se te escapará detalle alguno. En un primer examen pueden saltar a la vista arañazos en la carrocería y raspones. Esto puede servirnos para deducir que el propietario no ha sido especialmente cuidadoso o que incluso ha sufrido una caída que puede haber estropeado partes internas de la misma. No obstante, tampoco su ausencia ha de servirnos para bajar la guardia. También debemos estar atentos a los retrovisores, los contrapesos y las manetas, ya que son zonas muy expuestas y, por lo tanto, sensibles a los golpes.

Echar un vistazo a los frenos es otro de los aspectos que no hay que dejar de lado. Desliza los dedos por los discos para asegurarte de que su superficie está plana y sin surcos.

Por supuesto, hay que ponerla en marcha y rodar con ella con carácter previo a su compra. Solamente así podremos cerciorarnos de que todo fluye correctamente. Recuerda antes dejarla al ralentí durante unos minutos y chequea que se mantiene constante. Otro detalle que no debes pasar por alto es el humo que emana del tubo de escape, pues conviene vigilar que no salga muy sucio.

No olvides comprobar el cuentakilómetros. Este último suele ser una prueba inequívoca de lo usada y traqueteada que se encuentra la moto. No debemos fiarnos de una cantidad sospechosamente baja de kilómetros recorridos.

Papeleos y garantía

Procura constatar que el vendedor es el titular de la moto y que está libre de cargas. Recuerda, asimismo, que no es adecuado adquirir una moto que tenga pendiente la revisión de la ITV. Es probable que el propietario sugiera incluso descontar el precio de este examen. Una situación así debería despertar todos los recelos porque quizás esa motocicleta no esté en disposición de superar la prueba.

Tampoco pagues por adelantado. Lo más adecuado es que tanto el dinero como la entrega de la moto se produzcan de manera simultánea. Por supuesto, no olvides pedir tu factura.

No hay que subestimar la garantía. Obviamente no dispondrás de un plazo muy amplio al ser de segunda mano, pero al menos te cubrirá seguramente durante un año.