www.diariocritico.com
Reseña del libro 'Una conversación con Enrique Gallud Jardiel', de Roberto Vivero
Ampliar

Reseña del libro 'Una conversación con Enrique Gallud Jardiel', de Roberto Vivero

La claridad ante todo

jueves 21 de septiembre de 2023, 14:03h

Dos escritores atípicos, eruditos, sesudos, prolijos, alejados de todo aquello que suponga moda literaria o de cualquier otra índole, se ponen frente a frente, imagino que a través del ya casi anticuado correo electrónico para intentar que uno de ellos, Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958), responda como buenamente pueda a las variadas cuestiones que va formulándole el otro, Roberto Vivero (Neda, A Coruña, 1972), que muestra con sus afiladas preguntas que es un buen conocedor de la obra, la figura literaria y el pensamiento de Enrique Gallud. Pero nada me extrañaría que, más temprano que tarde, podamos ver otra publicación, pero en sentido inverso, a saber, que sea Gallud quien pregunte y Vivero quien responda.

El hecho cierto es que resulta más que difícil encontrar libros en los que la sinceridad y la claridad meridiana (guste o no guste) sea la nota dominante en las aseveraciones del entrevistado, y la inteligencia y el conocimiento profundo las del entrevistador. Pues ambas condiciones se juntan en ‘Una conversación con Enrique Gallud Jardiel’ (Ápeiron Ediciones, 2023), que repite la técnica que ambos autores emplearon en su celebrada y desternillante Correspondencia intelectual editada este mismo año también en Ápeiron.

Como digo, las preguntas son afinadas, fundamentadas y, en muchos casos, de gran enjundia académica, que Gallud responde de forma contundente, clara, directa y, probablemente, van a ser mal encajadas por ciertas élites intelectuales que lo acusarán, sin duda, de soberbio, adjetivo este que tampoco asustará ni afectará al dramaturgo, ensayista, actor, director y profesor Gallud Jardiel

porque él mismo confiesa tener algo de eso al definir, en fin, “la perspectiva galludjardiélica” ante la vida, el arte, el teatro y la historia.

Por supuesto, que el humor es uno de los ejes principales del encuentro intelectual entre ambos escritores, habida cuenta de que Gallud Jardiel da muestras públicas y permanentes de dominar el género, tanto en la técnica como en la forma. Afirma Gallud que “Como escritor cómico estoy en inferioridad de condiciones ante los «dramáticos», por varias razones, que enumeraré. Primero, he de competir con el mal gusto, pues mucha gente «hace humor» en las barras de los bares, contando chistes obscenos y dejando entrever su plebeyismo cultural; yo intento dignificar el humor y que no se confunda con ese humor bajo consistente en insultar y decir palabrotas. Segundo, el humor no gana premios: no lo ha hecho nunca ni hay visas de que lo haga en un futuro; esto es algo a lo que los escritores de humor estamos acostumbrados. Tercero, el humor es intraducible. Intenté en su momento verter un libro mío al inglés, que domino aceptablemente, para ver de ampliar mi mercado. Lo corrigieron varias personas expertas en la materia, el inglés quedó impecable... y el humor había desaparecido en un 90%”.

Pero Gallud Jardiel no se queda ahí, sino que avanza y decididamente a la hora de definir su modus operandi: “no he encontrado en la actualidad otro escritor cómico que se me parezca (los hay mejores, pero distintos). Creo que mis escritos se pueden reconocer, por lo que me felicito”. Y, más adelante, el autor vuelve a autoanalizarse en estos términos contundentes: “ideas, yo no tengo: no se me ocurren historias nuevas, por lo que me dedico a la parodia, en donde el argumento me viene dado. Pero en este terreno, con perdón por mi soberbia, no hay en España en la actualidad quien me meta mano”.

Hombre de teatro hasta la médula (nieto de Jardiel Poncela e hijo de actores), Enrique confiesa también en otro momento que “soy básicamente un hombre de teatro y eso me ha servido para «triunfar» fuera del teatro, en el sentido de que mis clases son divertidas, mis conferencias son amenas, mis presentaciones de libros son espectáculos…”.

Y lanzado ya en juicios de valor, Gallud no se arrodilla ante las vacas sagradas de la Literatura y no esconde su admiración por Borges, en la misma medida que aborrece a Cortázar o huye de Cela, de Aleixandre y de otros tontos novelados”. Pero si eso le parece poco al osado lector, el humorista, profesor y hombre de teatro lanza aseveraciones radicales como la de ponderar la obra de Calderón, Lope de Vega, Gracián o Góngora, al tiempo que lanza puñales acerados contra Cervantes: “Cervantes es el mejor ejemplo de injusticia literaria: un autor de segunda encumbrado a príncipe de las letras universales. Muchos (que no han leído a Cervantes, aunque digan que sí) me dirán que esto es una salvajada. Como ya he escrito mucho contra él, no quiero aburrir y resumiré. Su prosa es farragosa. Su técnica es nula (repeticiones, cabos sueltos). Su humor es inexistente (se limita a que unos peguen palizas a otros). Su continua actitud moralizante es francamente insoportable”.

Profundo conocedor —probablemente el máximo experto en todo el mundo—, de la obra y de la vida de Enrique Jardiel Poncela, estudioso ensayista, Gallud Jardiel es también uno de los más lúcidos conocedores de la cultura de la India y autor del único Diccionario hindi-español, español-hindi, existente, y ha publicado unos 30 libros sobre el tema (lengua, literatura, historia, religión… “Por circunstancias ajenas a mis propósitos, me encontré en la India, me aclimaté, aprendí la lengua, conocí su pensamiento y encontré esa patria que encaja con uno y que no suele ser en la que apareces un día al nacer. Si soy algo, en cualquier orden de cosas, la India es responsable al menos del 60 % de ese algo. La pena es no tener más años para vivirlos en otros lugares, como yo viví 18 años en esa cultura milenaria, que nos da sopas con honda a Europa (por mucho que los griegos se esforzaran en hacer algo válido)”.

No le falta, pues, razón, al interlocutor de Roberto Vivero cuando acaba por decir de sí mismo que “El único galludjardielista existente soy yo. Si alguno quisiera imitar mi estilo (suponiendo que lo consiguiera), no sería sino un impostor, un ladrón de almas, pues mi obra artística es mi obra de mi alma. El arte es un producto del genio individual y no puede hacerse una obra maestra por sufragio universal”.

La obra de Vivero incluye un catálogo actualizado y ordenado temáticamente de toda la producción literaria de Gallud Jardiel, unos 300 títulos que incluyen sus dos docenas de historias cómicas (entre otras, Historia estúpida de la literatura, Historia cómica de España, Historia cómica del arte e Historia cómica de la filosofía o Historia cómica de la zarzuela).

Personaje singular, individualista, difícilmente encasillable en lo artístico y literario, lo verdaderamente cierto que puede decirse de Enrique Gallud Jardiel es que respira humor por todas partes y hasta el más serio paso que puede dar el hombre, la muerte, tampoco escapa a su cómica visión.

‘Una conversación con Enrique Gallud Jardiel’, de Roberto Vivero

Autor: Vivero Rodríguez, Roberto

Editorial: Ápeiron Ediciones

Año de publicación: 2023

ISBN: 978-84-127342-8-7

Formato: Tapa blanda o Bolsillo (220 x 140 mm)

Nº páginas: 108

12,00 €

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios