La Reserva Federal decidió mantener los tipos de interés en el rango del 4,25 % al 4,50 %, reforzando su postura de cautela frente a una inflación más resistente y señales de desaceleración económica. Aunque la mediana de las proyecciones sigue anticipando dos recortes en 2025, el consenso dentro del Comité se ha debilitado: siete miembros no prevén ningún ajuste este año, frente a cuatro en marzo, mientras que solo ocho mantienen la previsión de dos bajadas. Durante su comparecencia, el presidente de la Fed reconoció que “la inflación se mantiene por encima del objetivo” del 2 % y subrayó que los precios PCE aumentaron un 2,3 % interanual en mayo, con una inflación subyacente del 2,6 %. Aunque consideró que el mercado laboral “está en general en equilibrio” y “no es una fuente de inflación”, advirtió sobre el posible impacto de los aranceles anunciados por la administración estadounidense: su efecto dependerá de su magnitud, pero probablemente “pesarán en la actividad económica e impulsarán la inflación”. El escenario proyectado por los miembros de la Fed refleja estos riesgos. El crecimiento del PIB para 2025 se recorta al 1,4 % y la inflación se eleva al 3,0 %, mientras que la tasa de desempleo se sitúa en el 4,5 %. Para 2026, el dot plot refleja una mediana del 3,6 % (vs. 3,4 % en marzo), lo que sugiere una senda más elevada de tipos y una relajación más lenta. Solo se proyecta un recorte por año en 2026 y 2027. Pese a las crecientes presiones políticas, la Fed insiste en mantener su enfoque técnico y dependiente de los datos. El presidente reiteró que “la mayoría de las medidas de expectativas de inflación a largo plazo siguen siendo consistentes con el 2 %”, subrayando así el compromiso institucional con la estabilidad de precios.