En Budapest llevan 30 años celebrando el orgullo, pero pocas veces ha habido tantos motivos porque Hungría representa, como pocos, la regresión de derechos del colectivo LGTBI en toda Europa.
Estos últimos años ha sido la avanzadilla: la obsesión del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, contra el colectivo ha tenido y tiene un impacto directo en sus vidas.
Con Orbán, las parejas del mismo sexo han perdido el derecho a adoptar. Su argumento, sin base científica y que también le ha valido para prohibir la marcha del sábado, es la protección de los menores.
Pero la mayor violencia, física y administrativa, la sufre el colectivo trans, como explica Tamás Dómbos, coordinador de uno de los grupos del colectivo movilizado para la marcha alternativa del sábado que mantiene el alcalde de Budapest.
Una convocatoria para la que han recibido numerosos apoyos internacionales. Hasta allí se han desplazado delegaciones oficiales y organizaciones de distintos países, eurodiputados y la propia sociedad húngara. Dómbos confía en que la marcha se desarrolle sin incidentes, pese a las amenazas del gobierno.
El alcalde de Budapest, el progresista Gergely Karácsony, acusó este viernes al primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, de llevar 15 años destruyendo la democracia, y aseguró que la prohibición de la Marcha del Orgullo LGBTI es un aviso de lo que puede ocurrir en otros países de la UE.
"Hace 15 años que, en vez de gobernar, Orbán sólo señala enemigos", dijo el político en una multitudinaria rueda de prensa en el Ayuntamiento.
La vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, se han desplazado este viernes a Budapest (Hungría) para testimoniar su apoyo a la comunidad LGTBI húngara ante los intentos del primer ministro del país, Viktor Orbán, de "prohibir" las manifestaciones del Orgullo.


"El orgullo no se puede perseguir ni silenciar, esto es para defender los derechos y libertades de todos y todas", ha subrayado Urtasun.
Por otro lado, Díaz ha asegurado que España va a enviar este sábado "un mensaje de que los derechos no se tocan porque todos tienen derecho a amar y ser como les dé la gana". "Mañana vamos a decir a Orbán y la extrema derecha mundial que vamos a seguir siendo libres", ha añadido la vicepresidenta segunda.
El Ayuntamiento de Budapest organizó una recepción con todas las autoridades internacionales que participan en la marcha. Así, Díaz y Urtasun se reunirán con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, con quien conversarán acerca de las amenazas que se ciernen sobre los derechos, el avance de los discursos de odio y aquellas medidas o acciones que impulsen la protección y visibilización de la diversidad y que combatan los retrocesos en materia de derechos humanos en el ámbito europeo.
Más de 70 organizaciones de la sociedad civil firman un manifiesto conjunto para apoyar la celebración:
"El gobierno intenta crear un país donde nos quieren decir quiénes son las familias, cómo vivir, qué ver, leer y pensar. Donde se espera que demos la espalda a los vulnerables y que no nos defendamos mutuamente. Pero somos la mayoría".
"Rechazamos y condenamos todos los actos de violencia, incitación al odio, acoso, estigmatización y discriminación", apunta.
"Creemos en una Hungría donde cada persona pueda ser ella misma con seguridad. Donde las personas no sean estigmatizadas por su identidad de género, orientación sexual, visión del mundo, situación económica ni ninguna otra característica. La libertad y la seguridad pertenecen a todos. Por eso, decimos no al odio, la intimidación y el silenciamiento. Decimos no a la prohibición del mayor movimiento de derechos humanos".
Reductos ultras
Obviamente, quedan reductos como los grupos ultras que han convocado concentraciones el sábado para desafiar esta convocatoria.
Se cree que puede ser la más importante demostración de diversidad que han visto nunca las calles de Budapest a pesar de las amenazas de Orbán, que ha vuelto a lanzar desde la radio pública.
El primer ministro húngaro, que ya avisó al alcalde de Budapest de que puede ir a la cárcel, ha declarado este viernes que habría "consecuencias legales" para quienes organicen o asistan a una marcha del Orgullo en Budapest en violación de una prohibición policial del evento, previsto para el sábado.
"Somos adultos, y recomiendo que cada uno decida lo que quiere, que respete las normas... y si no lo hace, entonces deberá afrontar las claras consecuencias legales", ha dicho Orbán, quien ha apuntado que la policía podría disolver un evento prohibido, pero que Hungría es un "país civilizado" y que la tarea de la policía es convencer a la gente de que cumpla la ley.
"Sin temor a sanciones"
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha avisado al Gobierno de Viktor Orbán de que manifestarse pacíficamente es un "derecho fundamental" que deben proteger todos los países de la Unión Europea, por lo que ha pedido que el Orgullo se pueda celebrar el sábado en Budapest "sin temor a sanciones".
"Quisiera reiterar mi llamada a las autoridades húngaras para que permitan que el Orgullo de Budapest se celebre este sábado. Es importante que se lleve a cabo sin temor a sanciones penales ni administrativas contra los organizadores o participantes", ha dicho Von der Leyen, quien ha recalcado que el derecho a reunirse de manera pacífica es "un derecho fundamental" y "debe ser defendido en todos los Estados miembro", una declaración que llega horas después de que el propio Orbán, que también ha estado en la cumbre de Bruselas, criticara al Ejecutivo de Von der Leyen por tomar partido en esta polémica.
La jefa del Ejecutivo comunitario ya defendió la víspera en un mensaje difundido en redes sociales que el Gobierno húngaro permitiera el desfile del Orgullo en Budapest, que ha sido prohibido en base a la controvertida legislación que afirma proteger a la infancia, pero que apunta directamente hacia la comunidad LGBTI.
Orbán reaccionó poco después, también en redes sociales, pidiendo a la Comisión Europea que evite "interferir" en los asuntos nacionales de los Estados miembro, en "donde no tiene ningún papel que desempeñar".
Una veintena de Estados de la UE secundaron el mes pasado una carta pública contra la reforma promovida por Orbán para limitar los derechos del colectivo LGTBI y apuntando a la posibilidad de que la Comisión Europea avanzara en un procedimiento de infracción.
Además, eurodiputados de los grupos Socialistas y Demócratas (S&D), liberales (RE) y Verdes han anunciado que estarán el sábado en Budapest.