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Hinds, el espíritu del rock and roll toma Madrid
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Hinds, el espíritu del rock and roll toma Madrid

miércoles 27 de abril de 2016, 10:26h
El rock and roll nació como banda sonora de la rebelión juvenil, como el instrumento definitivo del desparrame y las ganas de juerga, como liberación de los instintos y ganas de montar un altercado. Con el tiempo se fue profesionalizando y dio cabida a cientos de estilos diferentes, pero cada cierto tiempo una nueva generación aparecía y volvía a las raíces del rock and roll primigenio de los 50. Primero fueron los grupos de garaje americano, estuvo el punk, los Strokes... A todos estos movimientos siempre se les ha acusado de lo mismo, de básicos, de no saber tocar, de no tener técnica. Claro que para tocar la, re y mi mientras se berrea 'Louie, Louie' no hace falta técnica, ni pericia instrumental, sino actitud. A Hinds, por lo visto ayer en Joy Eslava, les sobra y la fiesta que montaron entre los asistentes a su concierto fue digna de 'Desmadre a la americana'.
Las Hinds celebraban el segundo aniversario de su formación con un concierto en Madrid, su ciudad, en el que estaban rodeadas de sus más fieles y sus familias. También de mucha más gente y es que la Sala se presentaba abarrotada un martes de semifinales de Champions. En la segunda canción del concierto ya se había montado un pogo en las primeras filas que hacía presagiar el final que hubo.

El sonido no era el mejor y las voces de Carlotta Cosials y Ana García Perrote no se escuchaban con la mejor claridad. Daba igual, la gente tenía ganas de fiesta y ellas estaban dispuestas a dársela. Jugaban en casa y se notaba, la actuación fue subiendo en intensidad con la banda contagiada del entusiasmo de la platea. Cuando sonaron seguidas 'Bamboo' y 'San Diego' se supo que aquello no había manera de pararlo.

El final fue apoteósico con su versión del 'Davey Crockett' de Thee Headcoatees, que no es otra cosa que un remedo (practicamente idéntica) del 'Farmer John' de los Premiers (con el toque 'Gabba Hey' de los Ramones) que, a su vez, estaba inspirada en el 'Louie, Louie' el Santo Grial del rock garajero. Invasión de escenario y robo de guitarra incluida, aquello si lo mirabas fríamente no sonaba bien. Pero lo bueno del rock es que no lo puedes mirar fríamente y daban más ganas de unirse a la fiesta que de ponerse el monóculo y apuntar los errores de afinación. Al ver a Hinds y a su público uno no sabía si estar de acuerdo con Rubén Darío: "Juventud, divino tesoro ¡ya te vas para no volver!" o Bob Dylan: "Ojalá que tu corazón esté siempre alegre, ojalá que se cante para siempre tu canción, ojalá permanezcas joven para siempre".
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