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Cartel del festival de San Sebastian
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Cartel del festival de San Sebastian (Foto: Twiiter)

La película 'Modelo 77’ triunfa en San Sebastián

viernes 16 de septiembre de 2022, 20:51h

Alberto Rodríguez, director de la premiada película Isla Mínima, inaugura el festival de San Sebastián con ‘Modelo 77’ , cine histórico carcelario con Miguel Herrán y Javier Gutiérrez.

La Transición española es un territorio fértil Rodríguez quien retrató sus sombras en la celebrada La Isla Mínima y ahora regresa huyendo de la ficción para abordar una historia real: la lucha de COPEL, el 'colectivo de presos en lucha' que porfió por una amnistía total de los presos en el nacimiento de la democracia.

Modelo 77 es la mejor apertura que ha tenido el Festival de San Sebastián en años y, otra más, de las grandes películas del cine español en 2022.

Para Alberto Rodríguez y el guionista Rafael Cobos ,se vieron fascinados por la llamada ‘fuga de los 45’ de la cárcel Modelo de Barcelona en 1977 y se propusieron buscar testimonios con el objetivo de conseguir levantar el proyecto que era casi una obligación. Hoy se ha visto en San Sebatián, ha explicado Rodríguez.

La amnistía era la gran reivindicación de COPEL: presos comunes que reclamaban vaciar las cárceles. Si los presos políticos habían salido, si incluso etarras fueron liberados, ¿por qué no podían ellos? Si se trataba de resetear el país, ellos, víctimas de un código penal anacrónico, no podían quedarse orillados.

“Las cárceles están hechas para separar y, en ese momento lo que imperaba era el miedo, que llegase a haber un movimiento de solidaridad que buscaba la libertad con mayúsculas era una espacie de utopía. Una búsqueda de lo imposible que fue lo que nos atrajo”, explica Rodríguez.

La película Modelo 77 trata sobre la relidad histórica pero condensa en la Modelo algún aspecto de lo que ocurrió también en la cárcel de Carabanchel. Miguel Herrán y Javier Gutiérrez dan vida a dos presos comunes que progresivamente se introducen en COPEL. Huelgas de hambre, autolesiones y motines eran su llamada de atención. En la Modelo, 200 presos llegaron a cortarse las venas de los brazos para conseguir que la prensa entrase y sus reivindicaciones fueran escuchadas. El grito de la prisión, situada dentro de la ciudad, no se podía ignorar.

Los rincones oscuros de la Transición

Para Rodríguez, el ambiente carcelario no le era del todo ajeno. Cada año acude con una asociación sin ánimo de lucro, Solidarios, para participar en charlas con presos de una prisión sevillana. “La última vez acabamos hablando de las cárceles del siglo XVI que salen en la serie La peste. Cualquier cosa que rompa su monotonía les va bien”.

Las condiciones penitenciarias, al menos, sí cambiaron gracias a COPEL y la Ley penitenciaria fue la primera ley orgánica de la democracia. Los presos comunes sufrían una legislación anticuada y desproporcionada: el código penal sancionaba duramente y leyes como la de 'peligrosidad social' que castigan conductas más que delitos. Además, estaban las deficiencias de higiene, sanidad, alimentación, y la agresividad de los funcionarios. En los años 70 las cárceles empezaron a saturarse y el hacinamiento y la llegada de las drogas dibujaba un panorama devastador.

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