La Monarquía parece que, de vez
en cuando, cumple con su gran deber: distraer al pueblo. Y vaya si lo ha hecho.
Cierto es que la ex periodista no se ha caracterizado por ceder ante las
pretensiones de revistas bellas y bonitas como
¡Hola! y siempre se resistió a
posar con las retoñas como hacen otras consortes europeas: que si los cumples,
que si hago mi primer dibujo, que si se me cae el diente...Para ella con posar el
primer día de cole, en Mallorca y cuando gana la Selección Española (cada dos
años) es más que suficiente.
Pero los hados se pusieron del
lado de los seres cotillas y sus Altezas accedieron a posar como si lo hiciesen
para Hola. En su defensa hay que añadir que no acompañan a las fotos la típica
entrevista cursi y previsible firmada por
Tico Medina. ¿Se imaginan? hubiera sido tal que así: Letizia habla de su trabajo:
-Tú ya me entiendes, Tico (se ríe)
-No, explícate
-
Tú me conoces desde hace años, ya sabes como soy...(la princesa vuelve a reír)
-Cómo no lo voy a saber...
Pero por lo demás,
calcado a cualquier posado de
Preysler, pies descalzos con pedicura
impecable
incluida. ¡Un momento! Letizia nunca se pinta las uñas de los pies con
un color que no sea el trasparente. Supongo que no quiere hacer
concesiones a frivolidades varias. Las operaciones de estética son otro
cantar. Ya puestos, en el reportaje faltan fotos del matrimonio haciendo la comida, el príncipe con delantal y ella cortando una piña. En la barra donde todos hacen la comida en familia hay una cesta con muchas frutas y muchas hortalizas QUe se note que en esa casa se come sano. Las
infantas, mientras, leen a
Tolstoi. No pierdo la esperanza, igual con la
próxima entrega.
No hubiera colado un sofá
Solsta
de
Ikea ni de coña. Hubiera quedado un reportaje amañado en demasía y con una
falsa modestia tipo el golf de hace veinte años de
doña Cristina. Eso tenemos
que agradecerlo. Las caras de enamoramiento mutuo de los herederos son propias
de
Carlos Baute y señora y sabemos que no son ellos porque el príncipe en
ninguna foto posa con intención de ponerse a bailar. La única foto que parece
institucional es en la que posan sentados enfrentados y girando sus cabezas
hacia
Cristina García Rodero, una grande de la fotografía y autora del magno reportaje que ha debido de
sucumbir ante los encantos de la monarquía. Nunca se sabe.
Letizia es madre, es lectora de
cuentos, es explicadora de la importancia que la coliflor y el brócoli tiene en
sus vidas (las tarteras/tupper que las infantas llevan cada día a su cole lo
demuestran) y es esposa amantísima pero de cara al objetivo. Por detrás manda
más que un general. Y eso se nota.
Si lo que se pretendía era que se
hablásemos de ellos en lugar de
Urdangarín (aunque fuese solo por unos días)
prueba conseguida. Eso sí, ya puestos a poner un reportaje cursi y lleno de
topicazos se echa de menos frases grandilocuentes de nuestra bella princesa
tipo: "
Me llena de felicidad oír a las niñas corretear por la casa", o "
Felipe
y yo estamos profundamente comprometidos con la unidad y la prosperidad de
España y no somos ajenos a la pobreza que se vive" Y eso último con una foto de
ambos sentados en un Ferrari y ya para rizar el rizo y hacerlo más en plan
Julio Iglesias añadir a la frase:
la pobreza que viven las gentes.
Y es que, ¿no me digan que no
parece un reportaje de
Julio y Miranda? Sólo falta
Hey (que en paz descanse)
Si quieres puedes seguirme en
twitter