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Un Qujote distinto y 'ronlalero'
Un Qujote distinto y 'ronlalero'

Ron Lalá nos presenta un Quijote distinto..., más rebelde y actual que nunca

En el madrileño Teatro Pavón a partir de diciembre

martes 29 de octubre de 2013, 10:55h
¿Un Quijote distinto? Sí. ¿Un Quijote distante? No. Porque la más que contrastada compañía teatral Ron la la, sin abandonar el humor, se ha caracterizado siempre por una clara apuesta por la calidad teatral. Incluso atreviéndose con esta "batalla perdida" de enfrentarse a la que su director y actor, Yayo Cáceres, considera "la mejor novela de la literatura universal".   
La compañía de humor, teatro y música Ron La lá presenta su visión contemporánea de uno de los grandes mitos de la literatura universal: Don Quijote de la Mancha. Un canto a la imaginación, al libre albedrío y a la rebeldía necesaria en el marco de una época que guarda sorprendentes parecidos con nuestra actual crisis de principios de siglo. Un viaje del XVII al XXI a lomos de Rocinante.
 
Como es habitual, con espíritu dialéctico entre tradición y modernidad, los 'ronlaleros' recrean las correrías del caballero andante y su escudero y simultáneamente, el proceso de escritura de la novela por parte de un Miguel de Cervantes desencantado, sarcástico y lúcido espejo de la terrible situación social, económica y política de la España del Siglo de Oro.

Y, claro, para ello, Ron Lalá -que cierra así este 2013 a partir de diciembre en el madrileño Teatro Pavón- apela a la magia del teatro (la transformación y movimiento del tiempo y el espacio) para plantear un formato cervantino donde las carcajadas se funden con la reflexión, las canciones con las escenas y la participación del público con los textos adaptados de la obra.

Constante batalla contra molinos de viento

En definitiva, se trata de enfrentarse a un montaje del Quijote, que será siempre hacer pie sólo "en un lugar del Quijote" y, a partir de ahí, pelear contra los molinos de viento. "Enfrentarse a, quizás, la mejor novela de la Literatura Universal y además hacer de ella un montaje teatral es de por sí una batalla perdida", asume Yayo Cáceres, que no sólo interviene como actor, sino que se encarga de la dirección.

Y, de inmediato, el mismo se pregunta: "Usted podría pensar entonces: ¿y para qué lo van a hacer?". A lo que él, en nombre de la compañía, responde que porque hacer teatro es eso: "batallar de manera constante contra molinos, aceptar como norma que siempre es perfectible el artefacto y como un Sísifo levantar la piedra otra vez sabiendo que invariablemente se caerá para ponernos frente a frente con la dificultad de hacer del teatro algo vivo.
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