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Los gestores mantuvieron 'discrepancias' que ralentizaron la detección del 'deterioro de los activos inmobiliarios'

Los gestores mantuvieron "discrepancias" que ralentizaron la detección del "deterioro de los activos inmobiliarios"

jueves 04 de diciembre de 2014, 18:02h
Los gestores del Grupo BFA-Bankia mantuvieron "discrepancias" sobre la situación de la entidad que prueban "retrasos en el reconocimiento contable" del deterioro de los activos inmobiliarios de la entidad, según pone de relieve el informe que dos peritos del Banco de España han remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.
"Los administradores y directivos del grupo tenían capacidad y experiencia para interpretar los datos y extraer conclusiones sobre el deterioro de los activos inmobiliarios. Si alguien podía conocer el deterioro de los activos inmobiliarios eran los empleados de Bankia, que llevaban décadas gestionando préstamos a promotores e hipotecas de particulares", destaca el informe.


Los expertos del organismo regulador señalan que "la contabilización definitiva de la combinación de negocios" de las siete cajas de ahorros que constituyeron Bankia reconoció deterioros de activos por 3.931 millones de euros, de los que 498 correspondían al Banco de Valencia, 1.747 a la inversión crediticia y 1.686 a activos adjudicados.

Los peritos rechazan el argumento de que el deterioro del Banco de Valencia no fuera conocido en la integración porque funcionaba "de forma autónoma", ya que, según exponen, formaba parte de Bancaja desde hacía 16 años y su situación debía ser conocida "necesariamente" por los consejeros de Bankia que provenían de la caja de ahorros valenciana, que "a su vez ocupaban la presidencia y vicepresidencia de Banco de Valencia".


En cuanto a los activos adjudicados, el informe señala que la "falta de información" que existía respecto a los mismos se solucionó con "la tasación de 42 activos en marzo de 2012". "En un contexto de facturas millonarias de auditores, asesores y expertos de diversa naturaleza no se entiende por qué no se encargaron estas tasaciones un año antes, pues los directivos y administradores del Grupo BFA tenían medios para haberlo hecho", apunta el informe.

Falta de inventario del deterioro

En relación con la inversión crediticia, los peritos del Banco de España consideran "una justificación peculiar" que no existiera un inventario integrado de riesgos hasta el verano de 2011, puesto que "ello no había impedido el primer ajuste a la combinación de negocios". También es una explicación "imprecisa", según apuntan, porque los gestores de la entidad no han aclarado si "el conocimiento del ajuste fue anterior o posterior a la salida Bolsa", que se produjo el 20 de julio de 2011.

"Se indica que había unos riesgos procedentes de Caja Madrid que contaban con toda la información necesaria, por lo que no se entiende la falta de registro de su deterioro", apunta el informe antes de añadir que "había otros con origen en las entidades restantes de los que se alega falta de información, aunque lo cierto es que se trataba de riesgos antiguos repetidamente auditados".

Tampoco entienden los peritos por qué no se aplicó "el mismo porcentaje de ajuste" a los riesgos restantes mientras se conseguía la información necesaria aunque concluyen que la inexistencia de un inventario integrado no es un argumento "sólido" porque "debido a la concentración de las carteras hubiera sido posible integrar manualmente los principales riesgos y alcanzar una cobertura suficiente en el análisis".

En este contexto, señalan que la fijación del precio de salida a Bolsa en 3,75 euros por acción tras la quiebra del BFA y su pérdida de valor en Bankia "rompe el grupo fiscal y automáticamente hace irrecuperables la mayor parte de los activos fiscales".

Deterioro antes de la fusión

El informe también destaca que sería "razonable" considerar que "parte del deterioro hubiera debido registrarse" antes de la constitución del Sistema Institucional de Protección (SIP), a través del que se llevó a cabo la fusión, o a lo largo del año 2011. Apunta, en este sentido, que, al haberse reclasificado a la categoría de "subestándar" riesgos refinanciados por 12.803 millones, sería "razonable considerar que alguno fuera en realidad dudoso".

También rechazan que el ajuste de activos adjudicados se justifique por la existencia de información adicional, al obtener nuevas tasaciones y recibir ofertas a la baja en la venta de los activos. "No es un argumento sólido, pues las ofertas o ventas realizadas en un corte periodo de tiempo difícilmente puede determinar la valoración de 53.000 activos, más los existentes en 294 sociedades participadas".

En este punto los peritos concluyen: "En realidad, el deterioro era conocido con anterioridad, como prueba el acta del Consejo de Administración de Bankia de 12 de diciembre de 2011, cuando se cuantificaron  las provisiones adicionales necesarias a 31 de diciembre de 2012 en 1.484 millones para Bankia y 700 millones para BFA".
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