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‘Alicia’, original, sugerente y atrevida propuesta de Juan Codina, basada en el cuento de Lewis Carrol

‘Alicia’, original, sugerente y atrevida propuesta de Juan Codina, basada en el cuento de Lewis Carrol

martes 27 de octubre de 2015, 18:31h

Las apariencias engañan. Las propuestas confunden. Los titulares también. Un anuncio publicitario puede ser el ejemplo perfecto de cuanto digo. Pero también un menú del día, cazado al vuelo en una ciudad desconocida que, al final, puede defraudarte o sorprenderte radicalmente. Y es que, como digo, un titular puede no decir nada o decirlo todo. Por eso en los titulares de mis críticas intento siempre el eclecticismo -no sé si lo consigo en todas las ocasiones- para que el curioso, el impaciente, el morboso, el superficial, no se vea defraudado del todo. Pero si se queda solo en el titular, probablemente no habrá conocido más allá del diez o el quince por ciento de la impresión personal del crítico. Eso que gana (o que pierde, según se mire…).

Es verdad que este espectáculo, ‘Alicia’, de Lewis Carrol, en versión y dirección de Juan Codina, es un montaje original, sugerente y atrevido. Pero es tan cierto como eso, sino más aún, que es mucho más que teatro, sin dejar de serlo también. Si el teatro es palabra, poesía, emoción y sorpresa sobre un escenario, ‘Alicia’ es puro teatro. Pero, esta vez sí, ‘Alicia’ es también danza, música, juego, broma, filosofía, ilusión, pensamiento, evocación… Todo eso es también ‘Alicia’, pero seguramente cada uno de los espectadores que acuden a ver el montaje, que estos días ha pasado por el Teatro del Arte de Madrid, perciben cada uno de esos aspectos del espectáculo en distinto grado, con distinto énfasis, color, tono y matiz. Y llegado el caso, ¿a cuál de ellos dirigir el foco principal del montaje para ser leal y objetivo con el lector?

Dejo ahí la pregunta antes de adentrarme ya en lo que se vio y lo que no se vio en escena, el sábado pasado, a las 22:30 horas, en el Teatro del Arte y que no sé si seguirá en la programación de este u otro teatro, aunque sí puedo decir que debería hacerlo porque lo merece…

Se apagan las luces. Los actores se tumban en el escenario vacío. Pasan varios minutos, en silencio, totalmente a oscuras. Una cierta expectativa que pronto se vuelve inquietud, si no confusión, se adueña del espectador. De pronto, suenan golpes. Se encienden las luces.
Una de las actrices repite obsesivamente una frase, “¡Llego tarde!” “¡Llego tarde!” “¡Llego tarde!”, y así una y otra vez. Ese es el primero de los temas que sobrevuelan toda la función sobre el escenario: el tiempo. Con ella, otros once actores más (seis chicos y cinco chicas), todos ellos miembros de la Compañía Noctámbulos. Es difícil destacar a ninguno de ellos, porque todos son estupendos actores y actrices: Jorge Varandela, Olivia Delcán, Marina Esteve, Raúl Marina, John Cámara, Marc Fernández, Natalia López, Alex Stanciu, Elisabeth Ojeda, Roció Peláez, Sandra Garaizar y Jordi Roig.

El personaje de Alicia, (está interpretado, primero, por Jorge Varandela), llega a una encrucijada de caminos y le pregunta a un patinador cuál es el camino a escoger. Él le contesta que cualquiera, porque vaya donde vaya están todos locos.
Otro personaje que se encuentra en el bosque, le pregunta qué prefiere que un reloj se atrase varias veces al día o una sola vez pero mucho más tiempo… Un tercer personaje, mientras la besa en la boca, le dice que hay 364 días en el año que puede recibir regalos de cumpleaños...

Los personajes con quienes se encuentra Alicia son animales, hombres, conceptos y seres extraños: Conejo, Sombrerero, Liebre, Rey, Reina Blanca, Huevo, Reina de Corazones, Malicia, Delicia y Gato, y un grupo de Orugas, que representan varios actores, duplicando personaje.

Dos grandes temas

Uno de los personajes dice a Alicia (también al público) “Cuando abandonen este lugar, habrán pasado 150 años”… Alicia -ahora encarnada ya por Olivia Delcan- tiene ya 7 años y 6 meses, y escucha de otro personaje que “Los sueños de los hombres permanecen en Dios, que mira al revés”… Un tercero le espeta que “Hay veces que a la hora del desayuno ya me había creído seis cosas imposibles”..., o “Un lado te hará crecer y el otro te hará menguar”. Y todo esto lo traigo a colación porque este es el segundo gran tema del montaje, la dificultad en la comunicación entre nosotros…

Los cánones convencionales, científicos si quieres, no cuentan en ‘Alicia’. Si para nosotros, por ejemplo, el tiempo es el periodo durante el que tiene lugar una acción o acontecimiento, o la dimensión que representa una sucesión de esas acciones o acontecimientos, en el mundo de ‘Alicia’ no es contemplada como una de las magnitudes fundamentales del mundo físico, como podrían ser también la longitud y la masa. Por eso, en una de las escenas, Alicia corre durante mucho tiempo con uno de los personajes, y no dejan de estar en el mismo sitio. Alicia le dice, entonces, confundida, que “en mi país es distinto. Si corres, llegas a otro sitio”.

Por otro lado, los personajes de esta ‘Alicia’ de Juan Codina, parecen haberse propuesto, de principio a fin, darle la razón a un viejo profesor de universidad que nos decía los alumnos que “lo que dices, me confunde sobre lo que eres”. Y es que, muchas veces, hablan para no decir nada, y dejar a Alicia tan confundida como antes de formularles la pregunta, o darles una respuesta (deliciosa esa escena sobre suma, resta, división…). La palabra, no, pero el cuerpo no deja de comunicar permanentemente, a través de gestos y, sobre todo, de movimientos…

Después de ese viaje fantástico, irreal, libre, soñado, que hace posible lo imposible, la escena final de ‘Alicia’ culmina un montaje magnífico. Se quedan los 12 actores en ropa interior y bailan juntos hasta que la luz funde a negro y los espectadores, con un sobreesfuerzo, vuelven de nuevo a la dimensión de lo real, pero con ganas de volver a repetir o de hacer del montaje la vida misma…

https://m.youtube.com/watch?v=8M-blItB_Kc


Alicia’, de Lewis Carrol

Adaptación y Dirección: Juan Codina

Diseño de Iluminación: Raúl Alonso

Diseño de Sonido: Maikel

Diseño de Vestuario: Chechu Zeta

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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