Luque se salva (un poco) de la quema en un festejo muy plano de toros y toreros

La culpa, como siempre, la soportan los taurinos profesionales, auténticos enemigos y cáncer interno de la Fiesta. Ellos y sus manejos son responsables de que la otrora encastada divisa de Puerto de San Lorenzo, que incluso llegó a lidiarse como de las duras o semiduras, haya demudado en una especie de asnos con cuernos, incoloros, inodoros e insípidos (los asnos).

Y para ejemplo, los seis animales que saltaron al ruedo venteño, que intentaban esconderse siempre en la querencia de chiqueros, y que si les abren cualquier puerta escapan raudo y veloz a la dehesa. Como además, salvo el complicado segundo de Ferrera, eran incapaces de tener una mala idea, de buscar engaños o toreros con aviesas intenciones, el sopor se adueñó de la plaza, donde la parroquia conversaba de cuestiones tan taurinas como la 'corná' de Florentino Pérez a Ancelotti o la de los electores al PP.

Y lo poco aprovechable que mostraron algunos de estos mulos, fue desaprovechado por sus matadores. Así, Antonio Ferrera, en su última comparecencia isidril, tras andar vulgar con los palitroques, intentó el toreo bueno ante el de inicio sin lograr 'na' de 'na'. Al menos frente a su otro enemigo, con cierto peligro -al que colocó un par asomándose, ¡noticia, noticia!-, pudo apuntarse a esa excusa.

Luque acalla los diálogos

Otro que dijo adiós a su triste paso por el abono fue Miguel Abellán, que salvo unos naturales de frente concierto son y una buena estocada, naufragó en su intento de lucirse con su primero, muy colaborador pese a su mansedumbre. También, como Ferrera, se tapó con el otro, no por peligroso, sino porque sus fuerzas eran justas y se rajó pronto sin que el madrileño, quizás desengañado, echase tampoco toda la carne en el asador,

Los diálogos en los tendidos se abandonaron con Daniel Luque, que logró que se fijaran en algún capotazo bello y con gusto en los de su lote. Al de la divisa titular, persiguiéndole por el anillo le robó varias cortas series con cierta clase, pero siempre periféricas. Al sobrero, que iba con la cara alta, con una faena de mayor intensidad y calibre artístico al principio, pero que después fue bajando de interés por varios enganchones, por lo que no culminó a pesar de una buena estocada.

Ficha del festejo

Toros de PUERTO DE SAN LORENZO, desiguales de presencia y edad, aunque con trapío; mansos, descastados y noblones, con 4º peligroso; 6º, sobrero, de JOSÉ LUIS PEREDA, bien presentado, mansote, manejable y flojo. ANTONIO FERRERA: silencio; silencio. MIGUEL ABELLÁN: división de opiniones al saludar; silencio. DANIEL LUQUE: silencio tras aviso; vuelta tras aviso. Plaza de Las Ventas, 26 de mayo. 19ª de Feria.Tres cuartos largos de entrada. 

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