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Un reportero catalán en Madrid: 'El público de las Ventas ha tocado mínimos'

Un reportero catalán en Madrid: "El público de las Ventas ha tocado mínimos"

martes 14 de octubre de 2025, 17:01h
El público de las Ventas ha cambiado, para peor...Ya lo veníamos diciendo en nuestras escapadas a Madrid, pero en la recién finalizada Feria de Otoño se ha comprobado claramente. Gritos sin venir a cuento de “Viva España”, otros intempestivos en momentos inapropiados de la lidia (cuando el torero se prepara para matar) y recuerdo uno de “Viva El Pilar” (el día 12), pero a destiempo, y con el matador lidiando. En el festival hubo peleas verbales en los tendidos y alguna voz destemplada, que incluso mandó callar Curro Vázquez..Influyen los invitados, y también un público nuevo. Algunos dicen que son “los jóvenes”...Yo creo que tiene más que ver con la educación, que es la que nos acompaña desde niños.

Para el visitante ocasional de las Ventas es una delicia (pasando a lo positivo) encontrarse con jornadas como la del festivo 12 de Octubre: por la mañana nos embargó la emoción de ver juntos a una pléyade de maestros retirados (unos más recientes que otros, como Ponce) junto a la joven Olga Casado, que no desentono en ningún momento. Como ya reflejó la crónica de Emilio Martínez, volvimos a saborear el toreo clásico y eterno de Curro Vázquez, la emoción que nos trasladó al 91 de César Rincón, citando de lejos al toro, y ver como éste se arrancaba (insólito normalmente en el toreo actual, salvo los repetidores aburridos del pase cambiado por la espalda). Fueron algunos momentos destacados…

Y por la tarde, de nuevo la emoción, ya con la corrida de toros “oficial”: el tiempo justo tuvo José Antonio Morante para desprenderse del traje corto y ponerse el de luces. Y lo que ya han leído ayer: la angustia del percance de Morante, los instantes después, donde no se sabia si saldría a torear. Lo hizo al final, y con majestuosidad y genialidad...Y lo inesperado: tras una gran estocada, sorprendentemente se decidió cortar la coleta.

Entre mañana y tarde fuimos al Wellington: los toreros actuantes ya retirados y triunfadores, se felicitaron en las habitaciones, y bajaron cuando a punto estaba de comenzar el festejo vespertino (y ya nos pilló en la plaza). Tuvimos ocasión de comprobar la cantidad de colombianos que poblaban el hall del hotel, y entre ellos el compañero de César Rincón: Luís Bolívar. Un niño toreaba al aire con un capote, ante la estatua que se encuentra frente al Wellington. Tanto a la ida como a la vuelta, no había prácticamente locales donde hubiera una mesa libre, y si tomabas la calle Alcalá la gente inundaba las aceras, en una salida interminable. ¡Y no digamos, ya por la tarde, con la salida a hombros del diestro de La Puebla!.

Prensa

En la sala de prensa, que la tarde del adiós de Morante tras la corrida, estaba abarrotada, siempre te encuentras a queridos compañeros (periodistas o fotógrafos) de Venezuela o Colombia...Y en lo negativo, reflejar el comportamiento maleducado de muchos de los integrantes del palco 26, el domingo por la tarde: gente entrando y saliendo durante la lidia;dos espectadoras que se sentaron en nuestro asiento (equivocándose de palco); ociosos sin oficio ni beneficio, sentándose donde les parecía. Y añádanle a eso, las peleas verbales y gritos de aficionados, especialmente durante la actuación de Morante…

Distinto fue el caso de la matinal, que nos pilló a muchos con el inesperado sol todavía potente de Otoño, después de un principio de mañana desapacible. Y claro, sin las gafas protectoras, muchos se ponían la mano sobre la frente, a modo de visera...Compartimos fila tercera con Sixto Naranjo, que por la tarde retransmitía para Telemadrid, y responsable de información taurina en la Cope. Y junto a ella, a nuestra derecha, la compañera segoviana Paula Herrero, que trabaja como becaria en el programa de Pilar García Muñiz (“Las tarde de Cope”), y además está colaborando en el programa, a través de la web taurina de Cope, del propio Sixto

Volviendo a la “degeneración del ambiente venteño”, señalar ese ruido insoportable que, a la salida del 9, se produce cada tarde como consecuencia de una banda que toca a todo volúmen. Uno acudió el sábado para saludar a una figura del toreo, en la bocana de ese tendido, y ahí no era posible entenderse, ni hablar con nadie. Tamaño despropósito ¿figura dentro de la “Cuota de modernismo” que proclaman algunos “salvadores de la Fiesta”?...Pues yo prefiero volver a lo de antes, y que las empresas (sin coleccionar toreros, como apoderados) consigan ingresos por los medios de siempre... Hay que felicitarse por los llenos (dos no hay billetes) o grandes entradas en esta Feria de Otoño, que para el reportero que viene de Barcelona, es un bálsamo de optimismo (aún con esas críticas vertidas) por la ausencia de toros en nuestra tierra...

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