Comprar seguidores en Instagram, una tendencia que crece

No todo lo que reluce es oro. Y esto es particularmente cierto en el mundo de las redes sociales, donde habitualmente se compran seguidores para acrecentar la popularidad de las cuentas artificialmente.

Si bien la red social más popular en cantidad de usuarios activos es Facebook, con 2.19 billones, es Instagram, con 1 billón de usuarios activos, donde más se compran seguidores. Instagram continuamente desarrolla esfuerzos para combatir la creación de cuentas falsas masivamente, pero quienes comercializan estos servicios muchas veces venden cuentas reales. Un mercado se ha desarrollado alrededor de esta actividad, con sitios web y apps que ofrecen la posibilidad de comprar seguidores Instagram a razón de 10.000 por $90 USD.

El caudal de búsquedas en Google de expresiones como “como comprar seguidores Instagram” y “comprar seguidores instagram seguro” se ha duplicado durante el último año y sigue un crecimiento constante, como se desprende de las estadísticas provistas por Google Trends, siendo los países de habla hispana de más demanda España, Colombia, Argentina y Chile.

Estadísticas mundiales de búsqueda para la expresión “comprar seguidores Instagram”, 2013-2017. Fuente: Google Trends

El fenómeno tiene tal que la empresa Unilever, la segunda más grande anunciante del mundo, recientemente declaró que dejará de contratar con fines publicitarios a usuarios influyentes que compren seguidores falsos. También aseguró que no comprará seguidores para sus propias cuentas en redes sociales.

La falsificación de la popularidad en Instagram no se limita a la compra de seguidores sino que también es posible obtener interacciones en la forma de “likes” para fotos y reproducciones para videos publicados en Instagram. De esta manera es posible aparentar que una cuenta tiene un alto nivel de actividad cuando en realidad no lo tiene.

Herramientas online como Social Blade permitían controlar las variaciones en cantidad de seguidores de cualquier cuenta en Instagram para detectar irregularidades, pero desde abril de 2018 Instagram ha bloqueado el acceso a estadísticas desde aplicaciones de terceros, lo cual dificulta en la actualidad establecer qué cuentas han comprado seguidores. Esto representa un problema para las marcas que invierten en publicidad en Instagram, ya que no tienen manera de controlar si la inversión está realmente llegando a la audiencia objetivo.

Según Juan Quaglia, especialista en marketing online, “Comprar seguidores funciona porque cuando vemos una cuenta de Instagram con cientos de miles de seguidores estamos más predispuestos a seguir a esa cuenta e interactuar con ella. Es un sesgo psicológico que se conoce como prueba social: nos gusta seguir a personas y marcas que dan la apariencia de ser ya exitosas”.

Si bien no se trata de una práctica ilegal, se ha reportado un incremento de casos en los que gobiernos utilizan seguidores falsos para manipular la opinión pública, con el objeto de falsificar el apoyo popular o para denostar a la oposición. Un informe reciente de Freedom House ha encontrado que 30 de 65 países relevados han incurrido en esta práctica.