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Remate capotero de Francisco de Manuel a su primer novillo
Remate capotero de Francisco de Manuel a su primer novillo (Foto: Plaza1)

San Isidro: el buen toreo de Francisco de Manuel lo salva de la quema en una novillada bonancible de La Quinta

Regular tirando a mal Angel Jiménez e importante petardo de El Galo, que desaprovecharon sendos lotes de triunfo

lunes 27 de mayo de 2019, 22:17h
La segunda aparición de la divisa de La Quinta en el abono, tras la desigual corrida que abrió el ciclo, mejoró mucho en líneas generales. Sus bicornes, justos de fuerza, todos cárdenos y pariguales de presencia, ofrecían tal grado de nobleza que parece mentira que la terna no cortara ni una oreja. Se disculpa a Francisco de Manuel, pródigo en excelentes verónicas toda la tarde y cuyos dos bureles fueron los más paradotes, lo que no impidió al madrileño para lucir, además de los lances capoteros, su buen concepto con la flámulla también. Pero Ángel Jiménez y El Galo -en mayor medida- desaprovecharon una gran ocasión para triunfar en la cátedra que ojalá no le pese en sus carreras.

Tranquilas. Bien tranquilas pueden estar las actuales figuras del escalafón de matadores si los que aspiran a desbancarlos son como dos de los coletudos de la segunda novillada de la Feria. Pogamos que se hable/escribe de Ángel Jiménez y Ángel Lagravere 'El Galo'. Sí puede apretarles y mucho, si la suerte y las oportunidades le acompañan, Francisco de Manuel, que bordó el toreo a la verónica en los de su lote y en los quites que le correspondían en los de El Galo.

Porque sin ser de juego sobresaliente, excepto el bravo y encastado segundo, al que se le caían las orejas y las ofrecía a su matador: “Tome usted, buen hombre, abra la Puerta Grande y dispare su carrera”, también eran todos tan pastueños -aunque justos de fuerza, como único defecto- que había que estar muy mal para no destacar con ellos. Y, sí, el sevillano y el mexicano, fueron capaces de fracasar.

Muy especialmente El Galo, ante ese segundo, ‘Marsellés’, del que quizás se acuerde en el futuro. Porque el animal, también un dechado de nobleza, como el resto, desbordó a su matador, incapaz de un solo muletazo de calidad de los 'tropecientosmil' que dio, incapaz de quedarse quieto o, incluso, de jugársela a la tremenda. El petardo fue gordo.

Y tan aciaga tarde la ‘redondeó’ ante su otro enemigo, de menor codicia pero igual boyantía, frente al que aplicó a su manera el dicho marxista –versión Groucho- de que "se puede permanecer callado y parecer tonto, a tener que hablar y despejar las dudas”. Que traducida a la tauromaquia signiifica que, tras los desafueros con percal –en los dos bureles- y pañosa –en el anterior- se podía haber ahorrado poner banderillas, pero lo hizo y demostró que es tan malo como con los engaños.

El lote de Jiménez, tenía algo menos de calidad que el de su colega mexicano, pero también ofrecía en bandeja los trofeos con una bondad supina. Sin embargo el sevillano se limitó a andar por acá, allá y acullá en ambos sin sentimiento, pasión ni arte salvo algún breve apunte suelto. Y, lo que quizás sea peor, sin rabia por comerse el mundo después de ocho temporadas con picadores.

En cambio Francisco Manuel, además de salvarse de la quema, volvió a demostrar su buenas maneras, esas con las que ya colecciona varias orejas y vueltas al ruedo en la Monumental. Mayormente con el capote, pues su ramillete de verónicas a lo largo de toda la función –no perdonó un quite-, embebiendo a los novillos en el percal, meciendo los brazos con templanza y hermosura y obligándoles alrededor de su cinturilla calaron hondo en el cotarro. Como las medias barrocas con que remató las series y también con la donosura con que llevó a los pencos a los novillos.

Nos las prometíamos felices desde los tendidos, como él aobre la arena, al inicio de sus dos faenas, pero los dos novillos, que no se empleaban mucho y salían de los pases con la cara alta tanto por un pitón como por el otro, no se lo permitieron. No obstante, el chaval pudo lucir su toreo oloroso y de mucha escuela clásica lo poco que le permitieron, aumentando así el buen cartel de que goza en Las Ventas.

FICHA

Novillos de LA QUINTA, bien presentados dentro se su encaste; nobles y cumplidores en los caballos -con 2º bravo- excepto los mansos 3º y 4º; todos justos de fuerza. ÁNGEL JIMÉNEZ: silencio; silencio. EL GALO. pitos; silencio. FRANCISCO DE MANUEL: ovación y saludos en los dos. Plaza de Las Ventas, 27 de mayo, 14ª de Feria. Dos tercios de entrada.

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