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Una de las bellas verónicas de Fortes a su primer toro.
Una de las bellas verónicas de Fortes a su primer toro. (Foto: Alfredo Arévalo Plaza1)

San Isidro: la espada le cierra la Puerta Grande a un Fortes que bordó el toreo

miércoles 21 de mayo de 2025, 23:28h
La magia del toreo nos emborrachó los sentidos y nos estremeció las fibras sensibles. Su autor no es ninguna de las figuras que ya han pasado por la Feria, ¡quia! Sino un coletudo de cotización modesta que lo bordó: Saúl Jiménez Fortes, ¡loor para él! Sus merecimientos tras dos faenas excelsas eran de Puerta Grande, pero sus espadazos desairados se lo impidieron. Mas nada impedirá las sensaciones que inundaron los tendidos y el recuerdo indeleble de su actuación. No alcanzó tal nivel Morenito de Aranda, aunque apuntó, y otro coletudo de la ¡ay! casi perdida línea artística, Adrián de Torres, sólo pudo dejar virutas por el nulo juego de su toro de la divisa de Araúz de Robles, que fracasó sin paliativos en todos los órdenes, y por el sobrero de Castillejo de Huebra, que parecía hermanico de los anunciados.

No tardó en hacerse presente el gran protagonista de la tarde, y, se insiste, de lo que va de abono, que ya es más de la tercera parte. Nada más salir su primero, manso, descastado -como todos- y, además, flojo lo recibió con un ramillete de verónicas de enorme belleza, que fueron un anticipo de lo que iba a acontecer con la sarga, a la que llegó el animal escaso también de resuello, por lo que la única emoción que cabía era la artística para valorar lo que pasaba sobre la arena.

Que no era otra cosa que el toreo: con mano de seda y cabeza superlúcida, el malagueño festoneó arte a borbotones, con media muletita embebiendo al burel en redondo y al natural, con pulso, ritmo, suavidad y plasticidad no exenta de mando y ligazón. Concluyó con extraordinarios ayudados por alto, trinchera y el de la firma, que levantaron a muchos espectadores de sus asientos. Pero el malagueño sigue siendo pésimo con el estoque y tras dos pinchazos le endilgó una estocada baja que tiró por tierra la salida a hombros que se barruntaba.

De similar guisa se planteó obrar en el quinto, con dos afiladas navajas albaceteñas en su testuz, que dentro de su mansedumbre tenía cierta movilidad -que no casta-, y entraba rebrincado, y al que cascabeleó nuevas bellas verónicas, una lentísima y eterna, para nuevo clamor del público. La emoción, sin dejar de viajar por el camino de la estética con una nueva labor de esencia, caló de nuevo también por los tendidos por cómo se la jugó el malagueño, y de no haber vuelto a marrar con la espada habría echado una oreja de mucho peso en su esportón. En definitiva, que Fortes dejó en el ambiente el incienso litúrgico del toreo puro. ¿Qué más se puede pedir?

Igualmente lo intentó otro coletudo con personalidad y muy del gusto de Madrid, Morenito de Aranda, pero, acelerado por la necesidad de triunfo, no llegó a acoplarse con el que abrió festejo, y salvo muletazos sueltos hubo más cantidad que calidad. Salió a revientacalderas en el otro -con el que saludaron tras buenos pares de banderillas Iván García y Pascual Mellinas-, un ejemplar feo y cariavacado con el que sí mostró a ráfagas sus cualidades en redondo y al natural, en uno de los cuales sufrió una fea voltereta sin ser herido. Volvió a la cara del toro para otra serie por la derecha y dos de la firma magníficos antes de marrar de nuevo a espadas, como en el anterior, y tener la suerte de que el manso se echó y hubo que apuntillarlo.

Hablando y escribendo de suerte: la peor la sufrió otro torero de corte clásico, Adrián de Torres, que se estrelló con un lote infame, dos moruchos que sólo le permitieron dejar algunos detalles. En definitiva, una tarde de mucho interés que se resume en la voz de Rosco desde el tendido 7, se supone que en este caso portavoz de ese sanedrín sabio que es la Asociación el Toro, expresando en alto -y siendo ovacionado- lo que pensábamos todos: “Empresa, hay que ver más a estos toreros”. ¿Le harán caso? Se admiten apuestas. Yo lo hago por el no.

FICHA

Toros de ARAÚZ DE ROBLES, desiguales de presencia, con 3º y 4º feos, y edad; nobles, mansos, sosos, descastados y justos de fuerzas. 6º, sobrero de CASTILLEJO DE HUEBRA (en sustitución del del hierro titular que se lesionó) muy manso y deslucido. MORENITO DE ARANDA: silencio tras dos avisos; ovación tras aviso. FORTES: ovación; vuelta tras aviso. ADRIÁN DE TORRES: silencio tras aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 21 de mayo, 11ª de Feria. Tres cuartos de entrada (16.687 espectadores, según la empresa).

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