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Guía para cambiar el seguro al comprar un coche de segunda mano

Guía para cambiar el seguro al comprar un coche de segunda mano
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(Foto: Freepik)
Por Agencia

Comprar o vender un coche usado entre particulares siempre genera ilusión, pero también ciertas dudas legales y administrativas. Una de las más frecuentes es qué pasa con el seguro del vehículo. ¿Se mantiene? ¿Se puede traspasar? ¿Hay que contratar uno nuevo? Si estás en este punto, entender el procedimiento te ahorrará problemas. Conducir sin póliza activa está prohibido, por lo que es necesario haber comparado entre diferentes seguros de coche y escoger el que más se ajuste a tus necesidades antes del momento de la venta. A continuación, vamos a ver cómo gestionar correctamente el cambio para que todo quede en regla desde el primer kilómetro.

¿Por qué no se mantiene el seguro del propietario anterior?

Cuando un coche cambia de dueño, el seguro no se transfiere automáticamente porque la póliza pertenece al tomador, no al vehículo. Esto significa que, aunque compres un coche con seguro vigente, no puedes usarlo pensando que estás cubierto. La cobertura se asocia a la persona que lo contrató, su historial y sus datos de riesgo, por lo que mantenerla tal cual sería un error. Además, la aseguradora calcula la prima en base a criterios personales del asegurado, como antigüedad del carné, residencia o siniestralidad. Si todo esto cambia, el riesgo también lo hace. Por eso, lo habitual es cancelar la póliza anterior y contratar una nueva a nombre del comprador. No hacerlo supone circular sin cobertura legal, lo que puede derivar en multas importantes y, en caso de accidente, en gastos que nadie quiere asumir.

¿Qué pasos seguir para cancelar el seguro anterior?

Cuando el coche cambia de manos, el vendedor debe informar a su aseguradora. No es algo opcional, ya que la póliza sigue activa hasta que la compañía recibe el aviso. El procedimiento comienza enviando una notificación formal, preferiblemente por escrito, aportando copia del contrato de compraventa y la fecha en que el vehículo dejó de ser suyo. Algunas aseguradoras aceptan este trámite por correo electrónico o mediante la app, aunque otras requieren carta certificada. Una vez recibida la solicitud, la compañía procesa la baja y liquida la parte proporcional de la prima no consumida, que se devuelve al titular original. En ningún caso se puede transferir el importe al comprador, ya que el contrato es personal e intransferible. Este paso es fundamental para evitar que el vendedor siga figurando como responsable de un coche que ya no conduce, algo que podría generar problemas si ocurre un accidente con el nuevo propietario al volante.

¿Qué ocurre si el vendedor olvida comunicarlo?

Si el antiguo dueño no notifica la venta, seguirá figurando como tomador y titular ante la aseguradora. Esto implica que cualquier siniestro posterior podría repercutirle económicamente. Además, la renovación automática del seguro se seguirá cobrando en su cuenta bancaria, lo que supone pagar por un coche que ya no está en su poder. Este descuido es más habitual de lo que parece, y corregirlo tarde genera dolores de cabeza innecesarios.

¿Cómo contrata el comprador el nuevo seguro?

Una vez que el vehículo es tuyo, debes contratar tu propia póliza antes de circular. Para ello, lo primero es tener a mano la documentación básica: permiso de circulación, ficha técnica, número de bastidor y contrato de compraventa. Con estos datos podrás calcular el precio en distintas compañías. Lo más recomendable es comparar varias ofertas, porque no todas aplican las mismas condiciones a un coche usado. Aquí entran factores como la antigüedad del vehículo, el modelo, el uso que le darás y tu historial como conductor. Si tu coche tiene muchos años y su valor de mercado es bajo, un seguro a terceros suele ser suficiente, aunque siempre conviene añadir coberturas como asistencia en carretera o lunas.

En cambio, si es un coche seminuevo o con equipamiento costoso, podrías valorar un terceros ampliado. El todo riesgo rara vez compensa en vehículos con varios años, pero hay excepciones según la situación personal. Pero, además de elegir bien la modalidad, hay pequeños detalles que marcan la diferencia. Contratar la póliza anual en lugar de fraccionada, por ejemplo, suele incluir descuentos. Ajustar el número de conductores declarados o el uso real del coche también influye en el precio. Y no olvides revisar promociones online, porque muchas aseguradoras premian la contratación digital con rebajas importantes.

¿Qué pasa si compras un coche con el seguro en vigor?

Este punto genera mucha confusión. Aunque el coche tenga seguro activo, la cobertura deja de ser válida en cuanto cambia el titular, salvo que la aseguradora autorice expresamente el cambio de tomador, algo que no suele ocurrir. Lo más habitual es que el vendedor pida la baja y tú contrates tu propia póliza. Durante las horas o días entre la firma y la contratación, el coche no debería circular bajo ningún concepto. Algunas personas asumen el riesgo, pero es una imprudencia. Un accidente en ese intervalo puede arruinarte. La única excepción es que el seguro original incluya una cláusula que permita mantener la cobertura temporalmente, pero esto debe confirmarse por escrito y no darlo por hecho.

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